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Hoz de asta de ciervo
La hoz de asta de ciervo es uno de los ¿fetiches? ¿objetos? más antiguos que se conocen. Se cree que fue creada por un trío de chamanes a las que en las historias que se cuentan alrededor del fuego se conoce como las Tres, la "Hija", la "Madre" y la "Abuela". Las Tres son, sin duda alguna, extremadamente poderosas y ancianas ya que, desde hace incontables inviernos, han sido vistas en diversos lugares de Pangea muy lejanos entre sí. Sorprendentemente, a pesar del paso del tiempo su aspecto siempre es descrito del mismo modo: tres mujeres mendwan, una de ellas apenas una adolescente que apenas sí ha sangrado, otra una mujer madura y la tercera una anciana decrépita. A las Tres se les atribuyen multitud de prodigios y portentos a lo largo y ancho del continente, tanto benignos como maléficos.
Se cuenta que la hoz de asta de ciervo fue un regalo de las Tres al chamán de una tribu mendwan a quien también enseñaron el secreto de la agricultura. Según esta historia, la hoz sería la primera herramienta de este tipo que existió en Pangea, habiendo sido las demás posteriormente copiadas de ésta.
No se sabe si esta historia es cierta o no pero lo que sí que es patente es que la hoz es extremadamente vieja y está muy desgastada, aunque nadie sabe con certeza cuán antigua es. Tampoco se sabe qué poderes posee, si es que acaso posee alguno que no sea el de exacerbar la codicia de los hombres. Por este motivo es incluso menos comprensible por qué todas las tribus de las llanuras se disputan incesantemente su posesión. Lo único cierto es que la hoz ha pasado de propietario en propietario en multitud de ocasiones. Ya sea debido a haber sido empleada como moneda de cambio, tributo, soborno, recompensa, objeto de robo o botín de guerra, la hoz nunca ha permanecido más que unos pocos inviernos en las mismas manos...
Resumiendo sin tapujos, la hoz de asta de ciervo es el perfecto MacGuffin (¿Qué significa Macguffin?) alrededor del cual hilvanar una partida de Pangea.