Llego hasta aquí
Escupidor
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Sujetas firmemente tu lanza y te arrastras sigilosamente hasta situarte a pocos pasos de la manada. Nunca antes habías visto animales como éstos; el balanceo de sus cabezas, sus colas y su estampa resultan ridículas cuando caminan desgarbadamente sobre sus fuertes patas traseras. Sin embargo su movimiento, aunque cómico, es también extremadamente ligero y seguro. Los animales mantienen sus orejas erectas y están atentos ante cualquier peligro que pudiera amenazarles...
FUE 5/21. Iniciativa 14. Rastrear 20. Sprint 20. Fondo 12. Ataque mordisco 14 (daño I). Ataque cabezazo 14 (Daño I). Ataque escupitajo (veneno). Esquivar 15. Puntos de diseño 18.
El veneno produce unos efectos atenuados de ceguera temporal (dado de color mayor) y completos de desorientación y mareos en un tiempo igual a la suma de los dos dados de color. El escupidor suele apreovechar este tiempo para escapar.
Descripción
La cabeza de los escupidores alcanza la altura del hombro de un hombre fuerte. Es un animal de huesos finos pero de miembros extraordinariamente robustos, capaces de correr y saltar a una velocidad sorprendente para un bípedo. La velocidad es fundamental para su supervivencia ya que en las llanuras donde pastan no hay lugares donde esconderse fácilmente. Por desgracia, los escupidores no son capaces de mantener su velocidad punta de carrera durante demasiado tiempo.
Su coloración varía, siendo por lo general blanca, crema o rojiza. Las manadas de regiones septentrionales suelen ser más oscuras y tienen un mechón pectoral de pelos largos y blancos. Su pelaje es muy liviano (el pelo es hueco) pero suave y cálido al tacto, por lo que son muy apreciadas entre las tribus de ogros y mendwan de las llanuras.
Los escupidores son animales gregarios nómadas que recorren todo Pangea en pequeños grupos familiares formados por un único macho, tres o cuatro hembras y sus crías. Las hembras son fértiles en todo momento. No siguen ningún patrón migratorio permanente sino que siguen una ruta aleatoria en busca de nuevos pastos. Están continuamente en movimiento pero se detienen temporalmente cerca de abrevaderos cuando una de las hembras está próxima al momento del parto. La parada se prolonga durante el lapso, de apenas unos días, que la cría precisa para erguirse, caminar y ser capaz de mantener el paso de la manada. Durante estos períodos las manadas son especialmente vulnerables y por eso el comportamiento del macho es más agresivo frente a las amenazas, pudiendo incluso llegar a plantar cara a los depredadores en vez de optar por la huida.
La protección de la manada por parte de los machos se da tanto individualmente, manteniéndose alerta y patrullando los alrededores, como a través de comportamientos agresivos en forma de combates contra otros machos. Cuando dos manadas se encuentran ambos machos se enfrentan entre sí. Las luchas no son excesivamente cruentas ya que se limitan a un breve intercambio de cabezazos, mordiscos y escupitajos hasta que uno de los dos reconoce la superioridad del otro. El macho vencedor se aparea entonces con las hembras del derrotado y ambos grupos continúan su camino aunque es normal que alguna hembra joven se marche con el otro grupo, en donde será aceptada sin problemas.
Los jóvenes machos son expulsados de la manada por su progenitor cuando se acercan a la madurez sexual. A partir de entonces merodean en solitario en busca de otras manadas, desafiando a los machos e intentando que alguna de las hembras quede tan impresionada que decida acompañarle.
Los escupidores reciben su nombre debido a su gran habilidad para escupir, tanto saliva como hierbas y hojas que puedan estar rumiando. En ocasiones pueden emplear su desagradable esputo contra un depredador.
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