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Maza Roja
Uno de los más claros distintivos de los Guardianes de la Roca son las rojas mazas que portan. Hogar de un poderoso espíritu son tanto vitales herramientas de trabajo como signo de su importante estatus.
Las mazas rojas las fabrican los mismísimos Viajeros Rojos en el corazón del Desierto del Escorpión. La cabeza mide una palma de largo y esta hecha de roja piedra caliza extraída de la mismísima Roca Roja. Está profusamente tallada con imágenes que representan tanto servicio al Sabio como la identidad del guardián que ha de esgrimirla. Así pues cada maza es única y propiedad de un guardián determinado. El mango mide algo menos de dos palmas y algunos guardianes graban en el mango pequeñas runas reflejo de las vivencias que acumulan durante sus años de servicio. La maza en sí no es especialmente fuerte o efectiva, haciendo el daño habitual de I de las mazas de piedra. Lo que realmente da un poder especial a la maza es el espíritu que la habita. La naturaleza de este espíritu es un misterio. Muchos piensan que se trata de grokas de antiguos Viajeros y Guardianes. Otros creen que son virnas inusitadamente peligrosos, más orientados a proteger el conocimiento que ha divulgarlo. En cualquier caso este espíritu permite al esgrimidor de la maza el poder de dañar a los espíritus. Si un guardián se enzarza en combate con un espíritu que alguna vez haya tenido o tenga asociada forma terrenal, como un ibu o un groka, podrá parar sus ataques y golpear al espíritu usando su habilidad de ataque con maza. Cuando el espíritu pierde tantos puntos de vida como su aura por 3 se retirará al plano espiritual.
En el caso de espíritus completamente inmateriales la maza le otorga a su poseedor un +2 a su fuerza espiritual, además de permitirle forzar un combate espiritual con el mismo, si acaso el espíritu fuese visible.