Lanza de hielo azul

En los confines más remotos del norte existen glaciares eternos, muchos de los cuales jamás han sido hollados por las razas de Pangea y donde ni siquiera el Wukran perturba la calma helada. Se dice que en el corazón de cada uno de esos glaciares existe un bloque de hielo azul, un bloque de hielo tan puro y tan frío que el simple sol no puede derretirlo.

Algunos chamanes aisdwan han aprendido a emplear ese hielo para fabricar lanzas de hielo azul, un objeto terrible capaz de matar todo aquello a lo que golpea. En caso de guerras o en las épocas de los ataques de los tocados del Wukran, se realizan peligrosas búsquedas para conseguir un pedazo de hielo azul para llevárselo a uno de esos chamanes, con lo que éste le fabricará una punta de lanza mediante sus artes místicas.

Las lanzas de hielo azul parecen ser lanzas ordinarias, pero cuando se clavan en su objetivo dejan dentro algunas de las esquirlas del hielo. Estos fragmentos comienzan lentamente a viajar por el torrente sanguíneo hacia el corazón de la víctima y, cuando lo alcanzan, ésta muere en medio de dolores terribles.

Las esquirlas de hielo azul tardan en abrirse paso hasta el corazón de su víctima tantas jornadas como el resultado del Dado Sombra en la TA. Además, cada noche hasta el momento en que causen la muerte a su víctima, el insoportable dolor le irá causando un +1 acumulativo a todas sus tiradas.

Las lanzas de hielo azul ni se rompen ni se derriten bajo el sol. La única manera de destruirlas es arrojarlas al fuego. No se conoce ninguna cura para las víctimas de una lanza de hielo, aunque unos pocos chamanes creen que bañarse en aguas termales extremadamente calientes puede llegar a disolver las esquirlas. De ser esto cierto, seguramente sería necesario sumergirse en el agua hirviente durante tantos asaltos como el resultado del Dado Sombra en la TA del atacante (sufriendo el daño que corresponda por ello). Si la víctima sobrevive, el hielo se habrá disuelto y estará curado.