Llego hasta aquí
Entrovia. Razas Humanas (I)
Explicamos en esta nueva entrega de artículos referidos a todos los (dentro de lo posible) ámbitos de la península de Entrovia, lo referido a la raza más abundante dentro de este lugar: los mendwan, en concreto, los hombres de ébano.
Lo primero que hay que señalar, es que debido a las especiales características de la región, se dividen en dos subgrupos tribales, que a grosso modo, podemos definir como hombres de ébano de la jungla, y hombre de ébano de las llanuras o sabana. Aquí describiremos el primer grupo de ellos.
Los primeros, son los menos habitualmente vistos fuera de su entorno, y considerados, con cierta injusticia dentro de esa afirmación, como mucho más primitivos que sus congéneres del sur. Si bien a simple vista lo son, se debe más a las especiales características del entorno donde se mueven que les limita en cuanto a desarrollo técnico, más que a un atraso cultural en sí. Prueba de ello, son las múltiples muestras de arte pictórico, y la singular estratificación tribal de jerarquías que han desarrollado para darse cuenta de lo erróneo de esa afirmación. Estas tribus son sociedades de cazadores-recolectores (con la división por sexos habitual en estas tribus) en una gran mayoría, habiendo pocos casos que se salgan de esas profesiones, (entendiendo esto a efectos de juego, que la dedicación más común son cazador, recolector y guerrero tribal, también hay lugar para chamanes y curanderos, siendo escasos o inexistentes los ejemplos del resto de profesiones).
Físicamente son más bajos que la media mendwan, siendo algo más de una vara y media, la estatura de un miembro adulto de estas tribus. Suelen llevar por atuendo un taparrabos, o un simple utensilio de madera, previamente vaciado, para cubrir el pene y los genitales, aunque esto último sólo lo suelen llevar los más ancianos, o los más tradicionalistas, ya que el creciente comercio con las tribus dwandir, ha hecho que se esté extendiendo la costumbre de llevar encima atuendos más elaborados. Suelen perforarse las orejas y la boca, decorándose con abalorios de huesos de animales, o de madera. A pesar de usar pinturas profusamente sobre su cuerpo, sólo las usan para momentos señalados, como son la caza (rojo y negro), la guerra (verde y negro), o los rituales de celebraciones tales como bodas, fiestas al Gran Espíritu y demás, en las que, usando unas flores específicas, mezcladas con agua, obtienen unos preciosos colores, azul, rosa, etc. Son muy buenos escondiéndose, acechando y preparando trampas. También son muy buenos trepando a los árboles, de donde les viene el sobrenombre, los "hombres-mono". De hecho, muchas veces, los adiestradores de estas tribus, si cuentan con alguno, suelen capturar y domesticar diferentes tipos de simios: gorilas, orangutanes, chimpancés… para ayudarles en ciertas tareas, como es la recolección y transporte de frutos. También, aunque pueda sonar absurdo, son una parte fundamental en los primeros años de vida de un hombre de ébano de la jungla, que a través de los juegos con estas mascotas, aprende cosas útiles, como trepar, o rudimentos de pelea, es por esa razón que parte del proceso de domesticación suele ser, la extirpación de los colmillos, y en casos menos frecuentes, la castración. A pesar de lo que se rumorea, no los entrenan para luchar, ya que no son útiles, prefiriendo domesticar algún tipo de felino de la jungla, al estilo tikki, ya sea un jaguar, o similar, para defenderse de los ataques vecinos. Suelen seguir, como cualquier tribu por defecto, un Consejo de Ancianos, asistido por un Chamán, como sistema político. En ese sentido, existe una gran rigidez, en la que la palabra de ese Consejo es la ley.
Respecto a su relación con otras razas y tribus, suelen llevarse bien con todo aquel que contacta con ellos, y gustosamente comerciarán con ellos, lo que no implica que sean ingenuos en ese sentido… ya que observarán al intruso, hasta estar seguro de sus intenciones. Mantienen asimismo, una gran relación con los dwandir de ébano, y de hecho si se busca información sobre esta elusiva raza, un hombre de ébano de la jungla es la persona a acudir para preguntarles, (aunque hay cosas que ni ellos saben, como la localización de los asentamientos dwandir). De hecho, existe alguna tribu que ha estrechado lazos de cooperación con ellos.
Por el contrario, con los tikki, han tenido y tienen problemas de convivencia, y hay una hostilidad patente entre ambas razas, a pesar de no moverse por el mismo entorno, ya que los tikki suelen estar en los exteriores de la jungla, y los hombres de ébano más al interior, sin llegar a las zonas donde la selva se vuelve más densa. Suelen producirse frecuentes feudos de sangre entre ellos.
Para aquellos que deseen jugar con uno de estos personajes, aquí mostramos el ajuste para hacer un personaje:
Sus características son las de los humanos descritos en el libro básico.
Respecto a sus ventajas y desventajas, son Resistentes al Calor, y aún poseen la característica Llamativo, incluso entre los hombres de ébano.
Como modificadores a las características tenemos, Sigilo y Esconderse a +3 (+6 en los bosques y selvas que habitan) y Trepar a +4.
Como arma por defecto, están la lanza, el garrote y la cerbatana, esta última la usan con un veneno sacado de unas ranas que habitan en la selva y que son extremadamente venenosas (sus efectos son similares a los del veneno de escorpión presentado en el básico, salvo que la muerte es el 1d10 horas y la potencia es x4).
Las profesiones más habituales son: Cazador, Guerrero tribal, Recolector, Artesano, Explorador, Chaman, Iniciado, Curandero, Adiestrador y Bardo. Las demás son o raras, permisibles sólo por el DJ, o directamente inexistentes, como Pastor por ejemplo, o Mendigo.