Razas de Entrovia.

Perspectiva general.

La península de Entrovia, es como su geografía y su clima, terriblemente uniforme, lo que ha dado lugar la existencia de pocas razas sobre ella lo suficientemente adaptables para poder sobrevivir a ella. Es por ello, que lo primero de lo que se sorprenden los viajeros que llegan a Entrovia, es la percepción (errónea) de que sólo existen hombres de ébano. Si bien esta subraza mendwan es con creces, la aplastante mayoría en la práctica totalidad de la extensión entroviana, también es cierto que existen otras notorias razas sobre ella. Por ello, sirva esta segunda entrega como ejemplo de toda raza diferente de los mendwan que viven en Entrovia. Los hombres de ébano tendrán un extenso tratamiento más adelante.

Como inicio, y siguiendo siempre de Norte a Sur, en Vaalmari, tenemos dos tipos de raza que, son unas viejas conocidas en las llanuras y en Aguaclara y alrededores: los dwandir de ébano, y los tikki. A pesar de su nombre, los dwandir de ébano no son de color oscuro como los hombres de ébano, si no que siguen siendo pálidos, pero debido a la clara piel que es habitual entre esta raza, comparativamente hablando, la piel morena que lucen todo el año, bien les merece ese apelativo. Como raza, son mucho más recluidos que sus contrapartidas, celosos guardianes de su intimidad. Sus comunidades suelen establecerse en las zonas de claros, entre las copas de los árboles, debido a las condiciones climatológicas que se dan en la zona, ya que las inundaciones hace que la habitabilidad permanente a nivel de suelo sea prácticamente imposible. Una de las cosas que más asombran a los comerciantes que alcanzan estos lugares, es ver entre las copas, casas y canoas. Sin embargo, en épocas de lluvias, son una necesidad. De hecho, muchos de los dwandir que se aventuran hacia el sur, suele bajar rio abajo, como medio habitual, hasta el grakin, con un grupo de mercaderes.

Los tikki por el contrario, habitan las zonas exteriores de la selva, y difieren en poco del resto de sus congéneres, aunque a nivel social si son bastante más "extraños". Añadiremos más detalles cuando pasemos a detallar cada raza por separado.

En la sabana, es donde los hombres de ébano tienen la supremacía, sin embargo, aún tenemos ejemplos de razas no humanas: Los gardan. Esta raza, se mantiene, si bien comienza su declive al igual que el resto de gardan de Pangea, como una de las mayoritarias que pululan por la sabana, y una de las que más enfrentamientos ha sufrido con los hombres de ébano, principalmente por la caza, en las estaciones secas. Incluso ha llegado a producirse un estado de guerra generalizado, en ocasiones. Aún hoy, algunas tribus humanas y gardan se encuentran en un amargo feudo de sangre.

Un detalle importante, es, S´labu, la ciudad serpiente. Nadie sabe cuando ni como esta ciudad fue fundada, siendo la teoría más común la leyenda de un destacamento h´sar, de mercaderes, decidieron asentarse en la zona de la costa noroeste, hasta el día de hoy. Actualmente, es un pequeño reducto de los serpientes en Entrovia, algo que no gusta a los residentes. Funciona como cabeza de playa para los h´sar, como puesto militar avanzado, "grakin" no oficial (es donde se da la mayor parte del comercio de esclavos, después del grakin de Entrovia) y zona de descanso para las razas reptiloides. Ha de quedar una cosa clara, h´sar y draks, son una rara visión en Entrovia, pero de todas maneras los hay, ya sea de camino al grakin, a S´labu, o a la caza de esclavos.

Otra raza inhabitual, pero que también suele ser vista con regularidad, son los dwaldur, provenientes de Tarrham. Suelen salir de su feudo por tres razones: O bien buscan minerales, o son comerciantes, o son guerreros que van a intentar limpiar los dos peligrosos pasos de Agatjar. Poco más se relacionan con el resto de las razas, siendo en ese sentido como los dwandir de ébano. Por lo demás, mantienen una sorprendente homogeneidad con las características del resto de dwaldur.

Otra a tener en cuenta, son los ogros, bastante abundante en Agatjar, siendo uno de los peligros más grandes que existen en el Desfiladero del Lobo, y la Garganta de la Niebla, y una de las razones por lo que lo hacen tan peligrosos. La inexistencia de gigantes, su enemigo natural, agrava e problema. De hecho es una de las regiones en las que más prospera esta raza. Se dedican al pillaje como modo de vida, y muchas veces han intentado erradicar el problema, como los dwaldur, que hemos mencionado antes, e incluso dwandir ha intentado una tímida alianza con estos para tratar de acabar con ellos de una vez por todas, lo cierto es que no solo ha dado poco resultado, si no, que es una de las razas entrovianas con mejor salud. En Agatjar también viven varias colonias de los conocidos Arwan, con quienes mantienen una larga guerra de guerrillas los ogros. De hecho, son los mejores aliados de los dwaldur, en sus incursiones contra territorio ogro.

Del resto de razas que existen en Pangea, son o bien traídas aquí como esclavos, caso de los kotai, o bien son exploradores y aventureros, personajes extraordinarios y que laman la atención allá donde van en Entrovia.

Por último, los hombres de ébano. Esta raza es tan extensa, y de por si tan variada, que es imposible dar una definición estándar de los mismos, si no que hemos de dar una descripción detallada de las tribus más importantes que son las realmente representativas de los mismos. Bate decir por ahora, que estas se dividen según vivan en el río, en el grakin, o en las zonas costeras. Cada una de ellas ha desarrollado una serie de características idiosincrásicas que las diferencian de las demás pero que a la vez definen a estos mendwan.

Un último detalle: Existen rumores, que hablan de una raza de draks que viven al sur de las cordilleras del Fin del Mundo, alados y otros con pieles aún más duras… el único problema es que aquí en Entrovia, son más que un rumor.

Bueno, pues hasta aquí. En la próxima entrega, intentaremos desgranar todas las razas no humanas con más detalle, para pasar a un apartado exclusivo de humanos. Espero que sigamos leyéndonos por aquí.