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ENTROVIA
La península de Entrovia es una extensión de tierra que se extiende el sur del continente de Pangea. Es un apéndice del mismo, que divide en dos el Mar del Sur, y que se conecta a Pangea a través del macizo de Agatjar, una extensión montañosa, que debido a su dificultosa accesibilidad, debido en parte al formidable accidente geográfico que supone (sólo existen dos pasos, el Desfiladero del Lobo, y la Garganta de la Niebla), y en parte a las bestias y bandidos y amenazas del Wukran que merodean por la zona, hacen que dicha península sea de hecho un mundo aparte de lo que se podría considerar como estándar en Pangea.
Entrando dentro del propio terreno que nos ocupa, hemos de decir que la península como tal posee una homogeneidad bastante acusada en cuanto al terreno en el que nos moveremos. Empezando por el norte de la misma, gracias a la cadena montañosa antes mencionada, que retiene las corrientes que de otro modo se dirigirían hacia el sur de Pangea, con la consecuente tasa elevada de precipitaciones y cielos encapotados la mayor parte del año. Fruto de este hecho, existe dos de las cosas que hacen más famosa a Entrovia: El Río Tamora y su afluente el Zamir. Aquí es donde estos dos ríos nacen entre las montañas para convertirse en los dos ríos navegables que vertebran la práctica totalidad del comercio y la relaciones intertribales de Entrovia, uniéndose al final de la selva, y siendo regados por otros dos afluentes comunes, el de Mopo, que nace en la última de las montañas del Macizo de Agatjar, y posteriormente, por el Jambou, un solitario río en el centro del continente.
Si seguimos descendiendo hacia el Sur, justo después de Agatjar, se encuentra la selva de Entrovia, conocida con el sobrenombre de Vaalmari, vocablo dwandir que significa "Agua Verde", debido a que en la estación lluviosa, dicha selva se inunda debido a las intensas precipitaciones. Es una región muy húmeda y fértil y fruto de ellos es la exuberante naturaleza que circunda la zona.
Siguiendo nuestro recorrido de Norte a Sur, abandonamos la espesa floresta de la selva de Entrovia, mientras la vegetación va desapareciendo paulatinamente en espesor, para llegar a lo que compone prácticamente las dos terceras partes del continente: la sabana. La sabana es una región que se asemeja a la pradera en su extensión plana y sin grandes accidentes geográficos, con poca concentración arbórea, salvo en las regiones en que pueden darse las condiciones más idóneas. Se diferencian en la fertilidad del suelo, que provoca la predominancia del amarillo por encima del verde, ya que más que hierba lo que hay son arbustos más o menos elevados, capaces de resistir períodos de sequía. Es en esta región sobre toda lo largo de los márgenes del río Tamora, donde habitan la práctica totalidad de las razas de Entrovia.
Dentro de la monotonía de las llanuras, sólo tres accidentes geográficos reseñables transforman el paisaje: el monte Jambou, al centro, situado al este del río Tamora, de la que nace el afluente del mismo nombre, montaña en la que podemos contemplar el grakin de Entrovia, elegido por su fértil tierra y uno de los pocos verdaderos bosques que existen en la sabana. el Kimanja, al este y siguiendo siempre hacia abajo, que es un enorme pico de cumbres nevadas, y por último, la cordillera del Fin del Mundo, una aglomeración de montañas realmente antiguas, no muy elevadas, que marcan el inicio de las enormes playas del Sur, una pequeña extensión semidesértica de piedras y pequeños arbustos.
En cuanto a la climatología de Entrovia, a diferencia de Pangea, no existen tres estaciones, sino dos, por la influencia del Mar del Sur y el Macizo de Agatjar: la lluviosa y la seca, las cuales duran aproximadamente unos 150 días cada una, con unas diferencias muy acusadas entre ellas, existiendo unos 20 días en los cuales el cambio produce un período de tormentas y desastres climáticos bastante espectaculares.
En la estación seca, el Tamora, debido a la pérdida de caudal de sus afluentes, reduce el suyo propio de manera drástica, lo que junto a las grandes temperaturas, hace que se inicie un período de carestía en todos los ámbitos de la vida. Es aquí donde la lucha por la supervivencia adquiere todo su significado práctico. La mayor parte de conflictos entre seres inteligentes y no, es en esta época del año. Por el contrario la estación de lluvias, es un período de riqueza enorme, agua suficiente para conseguir que incluso la sabana resplandezca verde y saludable. A pesar de las constantes lluvias, la temperatura sigue siendo agradable. No se conoce la nieve, salvo en el Kimanja o Agatjar.
Un último apunte sobre la flora y la fauna. Al igual que el resto de Pangea, existe una enorme vida vegetal y animal en Entrovia. En la sabana, animales como los antílopes, los ñues, cebras, caballos y búfalos se reúnen en enormes manadas de miles de individuos, que migran hacia el norte en la época seca buscando pastos, y vuelven al sur en la época lluviosa, que son la base de la alimentación de los habitantes de la península, tanto de dos como de cuatro patas, ya que leones, guepardos y leopardos sobreviven gracias a ellos. En los ríos miles de peces de todas clases, así como el temido cocodrilo y el tiburón de río. Aves, reptiles, insectos, en gran número que enumerarlos sería imposible, así como algún que otro dinosaurio propio de esta zona, como el Lendrak marino (plesiosaurio). En el norte, en las selvas existen otros tipos de animales, diferentes gracias a las condiciones en las que se mueven, radicalmente diferentes a la sabana. Pero eso, lo dejaremos para otra entrega. Espero que os resulte interesante.