Estación Espacial Presidente Ri-Scipio, Sistema Blingo, República de Verea

En un sucio y desordenado hangar, un joven Marbagán vestido con un mono de trabajo impoluto y una pesada mochila al hombro se acerca a un humano entrado en años y carnes que viste una prenda similar pero sucia y con algunos bolsillos rotos, que está tomando nota de las cajas de suministros que está cargando un robot de carga de la estación, en ese momento el robot se acerca con la última.

- Disculpe, ¿es usted el señor Sánchez?

El humano se gira hacia el Marbagán con cara contrariada y le responde de forma elusiva mientras lo examina de la cabeza a los pies:

- ¿Y si lo fuera?

- Debo presentarme ante él, soy Lucius Tusci...

- Bueno, bueno, bueno - Le interrumpe el humano. - Así que tu eres el nuevo mecánico, ¿eh? – En cuanto el robot deposita su carga en el elevador se sube en el y se gira hacía el joven Marbagán - Vamos Lucius, sube, yo soy Rubén Sánchez, el ingeniero. No te esperábamos tan temprano.

El marbagán sube con aprensión en el elevador de aspecto destartalado y que parece sobrecargado y mira al humano con cara de no entender nada. Este sonríe y hace ascender el elevador hacía las entrañas de la nave. Cuando el elevador se detiene se encienden de forma automática todas las luces de la bodega de carga.

- Bienvenido a la "Galatea". Es una buena chica - Dice dándole unas palmadas a uno de los paneles de la nave. - Siempre se ha portado bien con nosotros, se porto bien con tu tío y se portará bien contigo. Ven te acompañaré a tu cuarto, podrás dejar tus cosas y luego te la enseñaré.

Lucius miro a su alrededor y se quedo asombrado tanto del aspecto destartalado de la bodega de carga en la que se encontraban, con paneles abiertos y cables expuestos, como de la cantidad de contenedores estandarizados que había en la bodega. Siguió a Sánchez por los estrechos y mal iluminados pasillos y pregunto:

- Es una clase Fénix de la Kioba, ¿no?

Ante la pregunta Sánchez sonrió burlonamente y respondió con sorna:

- Bueno, podríamos decir que en algún momento del pasado fue una Fénix de la Kioba.- Antes de que Lucius pudiera decir nada, Sánchez se paró y abrió una puerta en un lateral del pasillo, se produjo un corto siseo y volviéndose hacia Lucius dijo. - ¡Bienvenido a tu nuevo hogar!

Lucius se quedo boquiabierto, en comparación con el destartalado aspecto de toda la nave la habitación estaba impoluta y pulcramente ordenada, el espacio aunque pequeño, estaba perfectamente aprovechado. Riéndose, Sánchez le palmeo y dijo:

- No te preocupes, a todo el mundo le pasa lo mismo. - A Sánchez se le ensancho la sonrisa - El aspecto de la nave es una pantomima para distraer a los de aduanas, los baroniles y los errefeperos no se fijan mucho en los detalles cuando piensan que se les puede caer encima un panel o ven las conexiones expuestas chisporroteando a medio metro de su cabeza.

Después de dejar sus cosas en la habitación, Lucius siguió a Sánchez para conocer la nave, y se quedo asombrado cuando este le enseño las torretas escamoteables y su sistema hidroneumático en las partes superior y ventral de la nave, los sensores de alta gama, y los compartimentos de carga ocultos tras paneles en los pasillos.

Lucius sabía que su tío era un contrabandista, pero nunca pensó que el acabaría siéndolo y menos aún que sería el encargado del mantenimiento de una nave como la Galatea, que escondía muchos secretos en su interior aparentemente sucio y destartalado. Sonriendo pensó que era muy probable que le gustara su trabajo.

Carguero ligero de contrabandistas, clase "Fénix"

Este modelo de carguero es uno de los favoritos de muchos contrabandistas de la Federación, debido al elevado número de ellos que surcan las rutas comerciales de la misma, y por que su estructura modular es fácilmente modificable. Aunque cada contrabandista lo "mejora" según su gusto personal, el modelo que presentamos es el más representativo de los usados por los contrabandistas de la República de Verea en sus habituales trasiegos por la R.F.P. y a la Baronía Hassel.