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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

FRAGMENTOS DEL OLVIDO

La presión que el espíritu ejercía sobre Naest era abrumadora. Le urgía a que midiera cuidadosamente sus preguntas, ¿quién sabe cuantas aceptaría responder esa misteriosa entidad? ¿Qué podía preguntar?

"¿Y bien? ¿Has hecho todo este camino y ahora no sabes que decir? "

Tras mucho titubear, una sensación que parecía una punzada reactivó su adormilado ser, y las palabras adecuadas surgieron de su boca:

- ¿Cómo hemos llegado a esto?

Por unos breves instantes, el espíritu pareció desconcertado por la pregunta.

"¿A qué te refieres? ¿A ti y a mí, o a la tierra llamada Pangea en general? "

- ¡Me refiero a todo! A ti y a todos. ¿Qué hemos hecho para llegar a esta situación? ¿Por qué la gente se odia por el mero hecho de no poder permitir la existencia del otro? ¿Por qué, pese a que la Taga es poderosa, el Wukran lo impregna todo cada vez más? ¿Por qué no podemos colaborar entre nosotros?

"Esa es una pregunta muy buena, la mejor que puedes llegar a plantear en este lugar. Aprendiz Naest, tienes mi respeto por la cuestión que has formulado. Los pocos que han llegado hasta aquí preguntaban como conseguir mas poder, y esa cuestión no va a ser respondida aquí, aunque existen aquellos que pudieran hacerlo. Sin embargo, tú has demostrado preocuparte tanto por el pasado, y eso nos honra. Dime Naest, ¿qué es lo que sabes del pasado? "

- Sé todo lo que pudo enseñarme mi maestro Uormo. Pangea fue creada por el Gran Espíritu y este creó a sus Avatares, los cuales fueron definiendo todas las cosas puras que conocemos. Después llegó el Espíritu Oscuro y con él la maldad y los odios, pero el Gran Espíritu se sacrificó para librarnos del Oscuro. Ahora, la Taga asumió el papel de nuestra protectora y nos confirió poderes para luchar contra el Wukran y los Kiva y Morkiva que amenazan nuestra existencia.

"Esa definición es correcta, pero demasiado vaga. Desde que existe Pangea se han venido sucediendo una serie de acontecimientos muy importantes para que ahora estemos aquí, y en verdad que casi ninguno de ellos ha sido realizado ni por el Gran Espíritu ni por El Oscuro, sino por mortales como tú, que en su día tuvieron las mismas dudas y miedos que tú ahora tienes, pero que supieron lo que tenían que hacer y cual era su cometido en Pangea, para bien o para mal. "

Una vez dicho esto, el espíritu se retiró lentamente de Naest y se interpuso entre él y la salida de la cueva. Ahora apenas podía vérsele, entrecortado en la entrada de la cueva. Naest pegó un respingo y se echó para atrás, antes no se había percatado de que la luz del día había vuelto y que ya no estaban en la oscuridad dominada por las antorchas en la que antes se encontraban.

"¿No estás a gusto de haber vuelto al mundo tal y como tú lo conoces? No te preocupes, sea como sea aquí estarás a salvo. "

Se percató de que la luz que entraba a la cueva era radiante, y que fuera ya tenía que haber terminado la colosal tormenta que ayer martirizaba su cuerpo.

"Por ahora yo ya te he dicho todo aquello que debía, y me toca dejar paso a otros. Algunos te sonarán por las enseñanzas de Uormo, de otros no habrás oído hablar nunca, pero te garantizo que todos poseen pequeños fragmentos de tu respuesta, y te la contarán a su modo. "

Un símbolo de la pared comenzó a brillar. El símbolo parecía representar una montaña o algo parecido. Al tiempo el haz de luz apuntó al suelo, frente a Naest, y como antes pasó con el otro espíritu se fue formando un cuerpo, aunque en esta ocasión era mucho más nítido. El cuerpo que estaba viendo era de una mujer mendwan, y aunque no era físico se adivinaban sus desnudas formas. Era una hembra bastante alta y esbelta, pero ya no era joven. Su porte era orgulloso, y parecía moverse con mucha naturalidad.

Naest se planteó el intentar tocarla aunque fuera una pierna, pero prefirió permanecer prudente ante lo imposible que le resultaba el creer que todo esto sucediera en verdad.

Al poco tiempo terminó de materializarse, y miró a los ojos a Naest. Este sintió auténtico miedo por primera vez desde que había entrado en la caverna, y su reacción lógica fue pegarse contra la pared opuesta. Entonces, ella habló:

- No tienes que temer de mi presencia aquí, niño. El tiempo en el que podía afectar vuestro mundo se ha acabado, y ningún mal puedo hacerte. He venido por ti, me llamaste con tu pregunta y estoy aquí para ofrecerte una respuesta.

Naest comenzaba a sentirse mareado. La voz de la hembra sonaba poderosa y rugiente dentro de su cabeza, y si a eso se le añadía todo lo demás era comprensible que sus fuerzas comenzaran a fallarle. Aun así, ni se le hubiera ocurrido ni por un momento desfallecer allí, menos aun estando postrado ante ella. Ella hizo un ademán de apoyarse en la pared que estaba a sus espaldas y comenzó su relato...

« Mi nombre es Kora, y mío fue el privilegio de ser el primer mendwan que pisó la superficie de Pangea. Fui creada directamente de la voluntad del Gran Espíritu, y del trabajo de Smegba, uno de sus Avatares. Al principio estaba confusa y desorientada en una tierra cambiante, en la cual surgían a cada momento nuevas criaturas, ríos, bosques y junglas. Al cabo de un tiempo los Avatares me llamaron a su presencia en una llanura de arena cercana al mar, y allí conocí a otros que eran como yo pero que pertenecían a otras razas: Iase, el primer dwandir, era un joven pacífico y amigable; Lorr y Aeny eran el primer dwaldur y la primera tikki que existieron, y parecían llevarse muy bien. A todos nos sorprendió Toep, el primer bronto, y yo me pregunté porque había tanta diferencia entre nosotros. Luego vi a Saygh y a B'lyss, los primeros drak y h'sar, y comprendí que cada uno tendría un propósito y que estaba creado con todo lo necesario para cumplirlo, y nada más.

Había otros cuyos nombres ya no recuerdo, como una durk muy agradable o el altivo gruba que estaba a mi lado. Pero todos nos quedamos boquiabiertos cuando apareció Ymore, el primer arwan. Voló sobre todos nosotros y se posó entre el gruba y yo; No volví a ver a muchos seres en lo que me restó de vida, pero jamás vi algo tan hermoso como aquello, era la perfección, y el orgullo de su creadora Honsdra. En ese momento fue cuando vi tan claro como el agua que, aunque se supone que todos estábamos creados sin rastro de maldad ni de corrupción en nosotros, los sentimientos enfrentados existirían en todos nosotros. La mirada felina del gardan, celoso de Ymore, se me quedará grabada para toda la eternidad.

Allí estábamos las dos manos y dos criaturas creadas por los Avatares bajo encargo del Gran Espíritu, y prácticamente había oscurecido cuando nos reunimos todos. Entonces llegó Chroun, el Avatar Perdido, y trajo consigo a la raza que sería las dos manos y tres, una raza sucia y horrenda a la que él llamó "ogros". Orot, el primer ogro, era un ser desagradable que destacaba entre todos nosotros por sus movimientos bruscos y descuidados, y por su mirada que relucía de pura maldad, aunque era una paradoja puesto que el pobre Orot luchaba por intentar adaptarse al resto de nosotros, dejando claro que su aspecto no tenía porque determinar el interior.

El resto de los Avatares, en especial Honsdra, no lo vieron así. Dijeron a Chroun que su raza no tenía lugar en Pangea, y que tendría que destruir a Orot para preservar la pureza del ideal del Gran Espíritu. Chroun dijo que de ningún modo pensaba hacer eso, y la arrogante Honsdra hizo el ademán de aniquilar ella misma al ogro, con una sola mirada mortal. Chroun se interpuso, y comenzaron a pelear.

Los mortales solo nos salvamos por la protección que nos brindaron el resto de los Avatares, a la vez que parecían protegerse ellos mismos, pero el resto del paisaje quedó rápidamente eliminado, y para cuando terminó el combate había transcurrido no mas de un nudillo. Honsdra yacía sobre la montaña de polvo que sustituyó la arena y el agua y las rocas que antes existieron, y parecía dormida. Orot seguía vivo, y Chroun también, y tras cerciorarse de que Honsdra seguía viva, Chroun dijo un quedo

YO OS MALDIGO y se fue volando hacia el cielo, llevándose a Orot. El Avatar Kinard reconstruyó el lugar y nos depositaron de nuevo en la arena, pero todos estábamos ocupados viendo como los dos renegados se desvanecían en el cielo, entre las nubes. Esa jornada, que se suponía alegre, fue una de las más tristes de las vidas de todos.

Tras el incidente y una vez recuperada Honsdra, sin mucha ceremonia nos llevaron a cada uno a un extremo de Pangea, y una vez Smegba me depositó en el suelo de una zona llena de árboles frutales y cercana al mar, cerca del lugar que ahora conocéis como las Tierras de los Akari, me encomendó la misión de hacer que mi especie creciese lo mas posible. Para ello creó a mi fiel Useri, aquel que sería el padre de mis hijos pero que nunca supo de verdad que ocurría fuera de nuestro bello bosque, y no le preocupo el estado de nadie más que de mí y de las cuatro manos de hijos que llegamos a tener, dos manos machos y dos hembras. Aunque te parezca imposible para mí no resultó doloroso tener tantas crías, y en mi vida sentí ninguna clase de dolor, mas que el deseo que me invadía por las noches, cuando lo que quería era que en lugar del buen Useri fuera Ymore quien estuviera a mi lado, y que mis pequeños y pequeñas pudieran volar hacia el sol... Pero eso no pudo ser, y yo nunca volví a ver ni a los primeros nacidos ni a nuestros poderosos padres, que eran mucho más complejos que nosotros y en ellos mismos si albergaban sentimientos contradictorios, como todos vosotros haríais mas tarde.»

Y una vez pronunciadas estas palabras, Kora se desvaneció y el símbolo se borró de la pared como si alguien estuviera raspándolo de la piedra con un cuchillo.

EN TÉRMINOS DE JUEGO

Bueno, como veis aquí la idea no sólo es reflejar los acontecimientos transcurridos que aparecen en el libro básico de Pangea, más bien profundizar en los protagonistas de dichos eventos. Puede que a veces leáis cosas que os sorprendan y os obliguen a replantearos vuestra opinión con respecto a Pangea, pero espero que el resultado obtenido hará que merezca la pena.

No hay mucho para poner en la tabla, pero lo suyo es empezar por algún lado, así que vamos a ello:

CRONOLOGIA PRIMORDIAL DE PANGEA

    Creación de Pangea a manos del Gran Espíritu
    El Gran Espíritu crea a sus Trece Avatares
    Creación de todos los elementos y las razas por parte de los Avatares
    Reunión de los Avatares y los Primeros Nacidos
    Expulsión de los Ogros y exilio del Décimo Avatar, Chroun
    Ubicación de las Doce Razas Primeras por la superficie de Pangea
    Creación de los Segundos Nacidos
    Expansión de las Primeras Razas

Si alguno de vosotros se anima, nos encantaría oír vuestras opiniones al respecto de todo este proyecto, así que animaos a escribir a dasombra@edsombra.com; incluso si tenéis vuestras propias ideas acerca de acontecimientos que podrían haber ocurrido en Pangea nos encantaría escucharlas y, si no rompen con la continuidad del juego, incluirlas en esta cronología, la idea es hacer el mundo de Pangea lo más vivo posible. De cualquier modo gracias por estar aquí, lo agradezco enormemente.

 

 

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Cita

«Matar, matar más japoneses.»

Insignia Delbert W. Halsey