Nº: 59 . 3ª época. Año VI
Vehículos: VTS Por: Sergio Jurado
 
 
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Vehículo Táctico Submarino (VTS)

El VTS es, desde hace un milenio y con apenas cambios en el diseño original, el vehículo estándar de la Armada de la R.F.P. para entornos subacuáticos. Creado en los comienzos de la 1ª Guerra Verriana, es fruto de un error de percepción de esa época, que preveía una feroz y encarnizada guerra de conquista en la que los humanos tendrían que defenderse planeta por planeta de la amenaza alienígena. La Clannard S.L., una compañía hoy desaparecida, rápidamente desarrolló el primer VTS y se lo vendió a los gobiernos de muchos planetas acuáticos, afirmando que servirían como "última línea de defensa" frente a la inminente invasión por parte de las "hordas verrianas". Esta impresión, como pronto se demostró, resultó estar del todo equivocada; los verrianos, una raza extraplanetaria, no tenían ninguna intención de emprender en una difícil y costosa guerra de conquista de los mundos. El resultado es que la inmensa mayoría de los VTS resultaron ser una inversión inútil, ya que nunca llegaron a ser empleados en combate real.

Durante los siguientes siglos, la licencia de fabricación fue pasando de un fabricante a otro, sin que ninguno lograra sacarle excesivo partido. Sin embargo, hace 150 años fue adquirida por la todopoderosa Hegaton Multiestelar, que construyó cientos de unidades VTS para usarlas en "Muerte bajo las olas", un juego de rol competitivo en el que los participantes capitaneaban los sumergibles y combatían entre sí con torpedos de baja carga explosiva, tomando todas las decisiones tácticas en la gran batalla por el control de las aguas de un archipiélago situado en un popular planeta vacacional.

Cuando jugar a "Muerte bajo las olas" dejó de ser un divertimento de moda entre los miembros de las clases pudientes de la República, la Hegaton regaló los VTS que aún le quedaban en buen estado a la Armada de la R.F.P., como parte de una campaña de mejora de su imagen pública y "aportación de Hegaton al esfuerzo de la guerra contra los insectoides".

Por supuesto, los VTS no le servían absolutamente para nada a las unidades regulares de infantes de marina (embarcadas en las naves que combatían en el frente verriano), así que fueron inmediatamente cedidos a las unidades especializadas de la Armada, en concreto a los batallones subacuáticos que están acantonados a lo largo y ancho de la R.F.P. Muchos de esos vetustos VTS permanecen en servicio a día de hoy, como por ejemplo los VTS de los Marrajos de Necrópolis (ver página 39 de El Grito) que fueron usados recientemente en el conflicto civil de Arisia.

Hace apenas unos meses la corporación militar TKO adquirió la licencia del viejo VTS de manos de la Hegaton. Según parece, Karl O'Brien tiene previsto lanzar al mercado una nueva versión de este clásico de los vehículos submarinos. Varios analistas de mercado de la corporación han cuestionado abiertamente que ésta sea una decisión acertada pero O'Brien, en contra de su costumbre habitual, se ha negado a salir al paso de estos comentarios, limitándose a disciplinar administrativamente a los críticos. Puede que los analistas se equivoquen o tal vez el viejo teniente sepa algo que ellos ignoran...


VTS

A falta de ver el nuevo modelo de la TKO, el viejo VTS fabricado por la Clannard S.L. era un vehículo capaz de transportar cómodamente hasta unas quince personas, si bien en caso de emergencia podía ser manejado por solamente una o dos.

Los VTS "civiles" empleados por la Hegaton en su juego de rol sacrificaban tripulación a cambio de un mucho mayor espacio vital y otras comodidades (salón-comedor, un androide camarero, etc.), y solamente estaban preparados para transportar a unas 4-6 personas. Sin embargo, desde que los viejos VTS son utilizados por los militares de la Armada han vuelto a ser reconvertidos a su configuración original, y ahora pueden transportar una dotación completa de tres hombres (piloto, artillero y tecno) junto con una decuria de infantes y todo su equipo subacuático de combate.

El VTS estándar mide 17.3 metros de eslora, 7.8 metros de manga y 3.3 metros de calado. Está dividido en tres compartimentos: ingeniería, zona de vivienda y puente de mando.

El VTS emplea un sofisticado sistema de propulsión magnetohidrodinámica que le permite desplazarse a una velocidad táctica de entre 20 y 27 nudos bajo el agua y 22 en superficie, así como alcanzar puntas de velocidad subacuática de hasta 48 nudos durante cortos períodos de tiempo. Está preparado para operar a una profundidad de entre 300 y 500 metros de profundidad, aunque puede resistir sin problemas hasta los 900 metros. Probablemente podría llegar a soportar una profundidad máxima de 1.300 metros, pero eso sería forzar el límite de resistencia de los materiales.

Se impulsan con un motor de fusión alimentado por agua. Los residuos contaminantes que se generan durante este proceso son almacenados para ser empleados posteriormente como combustible de las naves estelares que transportan a las tropas. Gracias a su motor prácticamente eterno, a un eficiente sistema que combina la electrólisis del agua y el hidrógeno proveniente de las baterías eléctricas para generar aire, y a la aplicación de la ósmosis inversa para obtener agua dulce del exterior, en realidad el único límite real del tiempo que el VTS puede permanecer sumergido es la reserva de alimentos de la que dispongan los ocupantes.

Los VTS militares están armados con un tubo lanzador de torpedos (habitualmente portan tres, aunque puede acoplárseles una plataforma adicional con otros ocho, lo que reduce la velocidad máxima del VTS en seis nudos). También pueden ser equipados con un sistema de sembrado de minas subacuáticas. Por supuesto, también disponen de un sistema de medidas defensivas para burlar a los torpedos enemigos.

Los VTS no están disponibles en el mercado civil; únicamente la Armada y un puñado de ejércitos planetarios disponen de ellos. Las escasas tropas subacuáticas del antiguo Oeon disponían de un modelo muy parecido llamado Brandtaucher, casi con toda seguridad una copia del original obtenida mediante ingeniería inversa sin el permiso del fabricante. Algunos de esos modelos han llegado al mercado negro por lo que podría ser posible adquirir uno, aunque es difícil debido a que se trata de un artículo sin excesiva salida comercial.

 
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