A por todas (Go for Broke!)
Esta película no es, posiblemente, una de las más conocidas de la filmografía de la Segunda Guerra Mundial y su director, Robert Pirosh, tampoco es uno de los directores más famosos (aunque los más cinéfilos quizás hayan oído hablar de su carrera como guionista ya que colaboró en películas tan famosas como "Una Noche en la Opera" y "Un Día en las Carreras" de los hermanos Marx y tiene un óscar al mejor guión por otra película de la Segunda Guerra Mundial), pero hemos decidido traerla a esta sección porque trata un tema poco habitual en las películas de este género: la relación del ejército con los estadounidenses de origen japonés.
La película esta basada en las andanzas del regimiento 442 ("Go for Broke!", el título de la película en inglés, es el lema de la unidad). Este regimiento fue formado en 1943 (gracias a una orden especial del presidente) e integrado por voluntarios japoneses (excepto en sus mandos). El 442 combatió en Italia y en Francia (esa práctica estadounidense de mandar a los alemanes al Pacífico y a los japoneses a Europa, excepto los interpretes) y la película refleja el paso de la unidad desde su formación al envío a ambos teatros. Podríamos decir que es una película basada en hechos reales, aunque se han tomado algunas libertades en función de trama. No es una película histórica, pero es interesante porque muestra las dificultades que tuvieron estos soldados, con sus mandos, con sus compañeros y, en general, con la sociedad estadounidense.
La película, además, es un alegato contra la intolerancia y el racismo, algo que puede ser sorprendente en una película de 1951, pero no tanto si tenemos en cuenta que la guerra de Corea acababa de empezar y el cine de Hollywood (muy amigo de estos mensajes) quería presentar a los japoneses (aliados actuales) como los "buenos". El oficial de la unidad (interpretado por Van Johnson) se nos presenta como un incorregible racista (antijaponés) que poco a poco, gracias al ejemplo de sus soldados (todos japoneses) acaba por respetarlos (incluso defenderlos). En realidad es un mensaje para la sociedad estadounidense, a la que durante muchos años les habían presentado a los japoneses como enemigos, para que cambie su actitud; sin embargo, trasladada a la época actual, sólo queda ese mensaje contra la intolerancia.
Otro dato interesante del director es que fue combatiente durante la Segunda Guerra Mundial y durante la película se aprecian detalles militares que en otras películas no son habituales. Las escenas son bastante verosímiles, la rutina del combate, de las pausas, del movimiento de las tropas, etc. Además, algunos soldados veteranos de la unidad, la 422, participan en la película: no son los mejores actores de la misma, pero son soldados bastante creíbles.
Por otro lado, me temo que la película no pasará a la historia del séptimo arte. La narración de la historia va un poco a trompicones y se nota que el director no es (o no era) el más experimentado de la Metro. Los actores son completos desconocidos (algunos ni eran actores) a excepción de Van Johnson que, entre nosotros, no fue una buena elección. Es un actor muy inexpresivo y su papel de racista no es convincente (es como si hiciera la película enfadado con su agente). De todas formas, la Academia la nominó al óscar al mejor guión.
En resumen, una película interesante para ver algunos detalles y, sobre todo, para conocer un tema poco tratado de la guerra (los soldados japoneses en el ejército de EEUU). Es una película antigua y será difícil que encontréis copias a la venta con esta política de la inmediatez de las distribuidoras, pero no sería raro que la echaran algún días por la tele, la descubráis en esa colección de películas que regalan con el periódico (a mi me pasó) o la encontréis en una caja de saldos.
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