2x06 - Decisiones
-Tendrás que decidirte. -Adebbi, como siempre, era tan certero con sus palabras como con su lanza. Su voz sonaba dura en aquella mañana teñida de rocía de Pangea. La luz de Taga arrancaba una cacofonía de amarillos a la tierra que esperaba el invierno. Lobo alzó la vista para mirarle, como con desgana, como si apartar la mirada del hechizo del amanecer fuera doloroso. Su mirada había perdido determinación desde que se toparan con el clan Fantasma, desde que huyeran del clan Fantasma.
-Iremos a Narava -exhaló como si fuera un último aliento mientras se levantaba. Al pronunciarlo parecía haber expulsado el demonio que lo había mantenido encogido. Su espalda volvía a estar recta, su cabeza altiva y sus ojos volvían a ser los del lobo que le daba nombre.
-Dicen que Narava es la tierra del principio -intervino Slissu-, donde nace el río púrpura y las historias. Dicen que es una tierra bendecida donde hasta el Wukran se arrodilla y esconde. Es una buena decisión.
No necesitaba la confirmación de su leal h'sar, pero le alegró recibirla.
-¡A Narava! -gritó Kel por el campamento arrancando los últimos jirones de sueño a esclavos y bestias, brincando, gritando y saltando de un petate de equipo al lomo de Patas, de las cacerolas de Sonrisas, al fuego apagada de los tres guerreros-. ¡A Narava! -grita revolviendo la melena de Motaas e intentando repetir su hazaña con la de Aarthalas y arrepintiéndose en el último momento-. A Narava -añade menos convencido ante la mirada de la mujer.
Y dicen las leyendas, esas que se cuentan en el hogar de los campamentos cuando las llamas brillan en los ojos de los oyentes, que ese día, esa mañana, ante la inoportuna atención de Kel, Aarthalas, la hermosa y silenciosa dwandir, sonrió...
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