15 cm sIG 33 (Sf) auf Panzerkampfwagen I Ausf B

La doctrina alemana para la SGM enfatizaba la cooperación entre las diferentes armas del ejército. Un ejemplo es el empleo de piezas de artillería para apoyo directo de la infantería. Muchas naciones contaban con cañones para el apoyo de la infantería, pero Alemania empleó uno de mayor calibre de lo habitual, el sIG 33 (schweres Infanterie Geschütz 33) de 150mm.

La invasión de Polonia demostró no obstante que los sIG 33 asignados a las unidades de infantería no podían mantener el ritmo de las unidades blindadas. De ahí que se decidiese montar el cañón en chasis de tanques desfasados. Alkett diseñó un prototipo en muy poco tiempo, usando un sIG 33 con su afuste completo, montado en unos railes sobre el chasis de Panzer I Ausf. B, al que se le había quitado la superestructura y la torreta. De hecho, el primer prototipo no contaba con ningún tipo de blindaje.

Posteriormente se le instaló una superestructura de acero, con planchas de 13 milímetros de grosor, aunque apenas protegían al arma y al artillero de fuego de armas ligeras y metralla. El resto de los servidores del arma quedaban completamente expuestos.

El espacio era tan limitado que no transportaba munición, que tenía que ir en otro vehículo. A pesar de estas limitaciones, Alkett recibió la orden de producir treinta ocho unidades, ensambladas todas en Febrero de 1940. El vehículo recibió la denominación de 15 cm sIG 33 L/12 (Sf) auf Geschüetzwagen I Ausf.B. Algunas fuentes lo citan con el sobrenombre de "Bison" (Bisonte), aunque no hay ninguna constancia de que se usara durante la guerra, y todo parece indicar que su origen es posterior.

Todas las unidades sirvieron en la campaña de Francia, en las schwere Infanteriegeschütz-Kompanies 701 y 706, asignadas a diversas Panzerdivisions, sobreviviendo todos ellos. Posteriormente participaron en las operaciones de los Balcanes y en Grecia. Para el comienzo de la operación Barbarroja, solo permanecían operacionales los Bison asignados a las Panzerdivisiones 7ª y 10ª. Continuaron en servicio hasta mediados de 1943, cuando se pierde constancia de su existencia

La campaña de Rusia no hizo más que poner en evidencia los defectos del diseño, El chasis estaba sobrecargado, lo que provocaba numerosas averías, en especial en su tren de rodaje. La estructura, que apenas protegía a los servidores del arma, era muy alta, lo que la convertía en un blanco fácil. Y el hecho de no transportar su munición era un defecto crítico.

Pero, la importancia de este vehículo no está en sus prestaciones, o su contribución al frente. Radica en que se convirtió en un banco de pruebas para el concepto de artillería autopropulsada, dando origen a una larga serie de vehículos más capaces.

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