Vickers T-15

La neutralidad belga no ayudó mucho al desarrollo de un ejército moderno en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. El gobierno, y la población, seguían defendiendo que la neutralidad era la mejor defensa para el territorio. Si los alemanes y los franceses querían matarse entre ellos, mejor que no les considerasen una amenaza. La llegada al trono de Leopoldo III en 1934 hizo cambiar un poco la diplomacia belga y se comenzó a hablar de «neutralidad armada», lo que permitió que el ejército belga se preparara un poco para la guerra que ya se estaba gestando.

El ejército belga contaba con excedentes franceses de la Primera Guerra Mundial y, en concreto, el Renault FT, un modelo completamente obsoleto. Sin embargo, se dirigió a sus antiguos aliados en busca de un carro ligero. Se fijaron en el Vickers de 6 toneladas británico y en el AMC 35 francés, pero el ejército no llegó a encargar ninguno de ellos. La razón aducida es que eran vehículos «ofensivos» que podían provocar una reacción no deseada en Alemania. En realidad, el problema era que eran los vehículos oficiales franceses y británicos y no podías defender que eras un país neutral si usabas los mismos vehículos que uno de los bandos.

El ejército belga se fijó entonces en un desarrollo de Vickers de 4 toneladas llamado Mark III. El modelo no había sido aceptado por los británicos ni había entrado en producción. Le pidieron a Vickers algunos cambios, un rediseño de la torreta, haciendo que la parte frontal fuera de fundición y soldada, mientras que la trasera fuera remachada. Además, el armamento británico (las ametralladoras de 7,62 mm y de 12,7 mm) no les convencieron y optaron por la Hotchkiss francesa de 13,2 mm. El resultado de estos cambios fue el Vickers T-15.

Las primeras unidades, dieciocho, se entregaron en febrero de 1935 y un segundo lote de 24 llegaría en diciembre de ese mismo año. Algunas unidades fueron modificadas para poder ponerles un arma antiaérea, en concreto un BAR M1918, pero al usarlo, el tripulante quedaba expuesto y su corto alcance no lo hacía muy efectivo contra aviones.

El T-15 llevaba una suspensión por muelles en dos bojes con las dos ruedas revestidas de gomas, que era el mismo sistema que el utilizado para los vehículos ligeros británicos. Eran bastante fiables y sencillos de reemplazar. Llevaba un motor de gasolina Henry Meadows de 88 CV con cuatro velocidades. La torreta se accionaba eléctricamente y no llevaban equipo de radio.

Los belgas decidieron aligerar el blindaje, por motivos políticos, a unos 9 mm lo que le dio más movilidad y velocidad, sacrificando su resistencia a armas pesadas (la tripulación del T-15 iba casi expuesta). El ejército belga creía que su velocidad convertiría al T-15 en un blanco difícil.

Los T-15 operaron en unión con los T-13 (un modelo de cazacarros belga) lo que les dio más versatilidad de la que realmente tenían. De forma individual, era un carro superado cuando la Segunda Guerra Mundial comenzó. Eran fiables y protagonizaron algunos contraataques en las batallas en Bélgica, pero muy pocos sobrevivieron a la batalla. Estos fueron capturados por los alemanes que los denominaron inicialmente Panzerspahwagen VCL 701 (tanque de reconocimiento ligero), pero dada la imposibilidad de conseguir piezas de repuesto, pronto los destinaron a vehículos de entrenamiento.

El T-15 en Comandos

Nota: algunos vehículos, además, podían llevar un BAR como armamento antiaéreo. Aproximadamente uno de cada diez vehículos.