Editorial

Mientras escribo esto, han pasado catorce días desde las SomCon Uno Siete y aún me duelen algunos músculos del cuerpo que no sabía que tenía. No, es broma, lo que aún me dura es la sonrisa. Ojalá pudiéramos hacer algo así cada pocos meses porque salimos de las SomCon con las pilas cargadas y con la cabeza llena de ideas y de proyectos. Es cierto que supone un esfuerzo de mucha gente y que se resienten otras cosas y proyectos antes y después, pero recibimos mucho más de lo que esperamos.

El número de este mes es hijo de las SomCon. Las aventuras, las noticias, algunos artículos nacen de un comentario en una partida, de una charla improvisada, de unas risas mientras tomas café. No sé si se notará al leer las páginas de este número, pero está ahí, creedme.