Número: 96. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Este artículo está basado en parte de otro que se publicó, para el juego de rol de Babylon 5, en la revista 'Signs and Portents'. Comenzó siendo una traducción libre pero lo fui retocando y adaptando a EXO, así que al final tampoco se parece tanto al original. Pese a todo, es justo reconocer cuál fue su inspiración.
Con el recrudecimiento del conflicto en el Sector Libertad, millones de militares de la RFP, mercenarios independientes, milicianos libertarios, guerreros sheller y un sin número de grupos de civiles inexpertos pero voluntariosos pronto se verán envueltos en la guerra a una nueva escala nunca vista.
Aunque posiblemente la mayoría de los oficiales de alto rango permanecerán en posiciones seguras durante toda la campaña, muy por detrás de la primera línea de combate, es seguro que los grupos de PJ que protagonicen partidas ambientadas en este conflicto no tendrán tanta suerte.
Aunque por el momento EXO no cuenta con un sistema de resolución de enfrentamientos a gran escala (aunque pronto lo hará con la próxima salida del suplemento INMO), la mayoría de las partidas típicas protagonizadas por grupos de PJ no engloban grandes batallas sino acciones de comandos. Mientras la batalla se lleva a cabo en otro lugar, los PJ llevan a cabo una misión crucial de la que, posiblemente, dependa el resultado final de ésta.
Los grupos exo de la RFP, las espinas de la Marca, las unidades gestalt de los tyranos o los malambralin sheller son, a menudo, los encargados de llevar a cabo estas "misiones imposibles". En este artículo se desarrollan unas cuantas misiones que podrían ser llevadas a cabo por uno de estos grupos, cada una de las cuales podrían ocupar toda una sesión de juego. Alternativamente, podrías mezclar dos o más de estos objetivos que conformasen una "minicampaña" de acción bélica desenfrenada.
Una de las misiones más sencillas y directas que puede asignarse a una unidad militar: a los PJ se les ordena tomar, de la forma más rápida y expeditiva posible, una posición enemiga. Esto podría llevarse a cabo mediante una infiltración sigilosa, un asalto frontal o, más probablemente, una combinación de ambos.
Hay que tener en cuenta que en un asalto frontal los PJ tienen todas las de perder, por lo que solo se recomienda dicha opción si los PJ son extremadamente duros y/o están extremadamente bien equipados. De hecho, conviene ser cuidadoso a la hora de calibrar la oposición que se enfrentará a los PJ, ya que en caso contrario la partida podría convertirse en un remedo de shooter de mesa. Un grupo de PJ embutidos en armaduras de asalto de carburotitánio y provistos de armas de gran calibre (ametralladoras, lanzacohetes o lanzallamas) puede llevarse por delante una unidad enemiga más numerosa, sobre todo si está formada por irregulares, soldados bisoños o pobremente equipados (sin armaduras ni armamento pesado).
El objetivo del asalto puede ser muy variado, desde ocupar una posición estratégica a obtener información importante contenida en ese lugar y que no puede ser obtenida de otra forma. La oposición que los PJ encontrarán no solo se limitará a los soldados enemigos, sino que también podría incluir robosoldados tyranos (empleados tanto por los libertarios como por la Marca), barreras, muros, fosos y otros obstáculos, puertas blindadas, minas, defensas estáticas, etc.
Una vez el asalto haya terminado, los PJ aún podrían tener por delante varios objetivos secundarios: podrían recibir órdenes de defender el lugar hasta que lleguen los refuerzos o hasta que se haya llevado a cabo otra misión en otro lugar, etc. Otro problema es la vigilancia de los prisioneros capturados durante el asalto... a menos, claro, que los PJ decidan resolverlo sin atenerse a las reglas de la guerra civilizada, lo cual a su vez puede traer sus propias complicaciones posteriores en forma de consejos de guerra, acusaciones de crímenes contra los seres sentientes, etc.
En esta misión el objetivo de los PJ es infiltrarse tras las líneas enemigas, obtener información importante y regresar cuanto antes a su base, preferiblemente sin ser detectados. En caso de que sean descubiertos, todo enemigo o potencial enemigo que pueda revelar la presencia de los PJ en la zona deberá ser silenciado, ya sea de forma temporal o permanente y... definitiva. Añadiendo entonces el problema de ocultar los cuerpos en algún lugar en donde no puedan ser encontrados. La clave en este tipo de misión es conseguir cumplir los objetivos lo más rápidamente posible, ya que cuanto más tiempo permanezcan los PJ en territorio enemigo mayores serán las posibilidades de que el enemigo se dé cuenta de que están ahí.
En general, este tipo de misiones son llevados a cabo contra grandes concentraciones de tropas enemigas, normalmente bases enemigas en las que la oposición armada se cuenta por cientos o incluso miles de soldados, que están ahí precisamente para proteger los centros de mando en donde se guarda la información secreta.
Un factor que suelen olvidar los jugadores es que el objetivo de esta misión no es destruir la base o causar daño al enemigo, sino ceñirse al plan inicial y obtener la información que buscan de la forma más discreta posible. La información conseguida pierde gran parte de su valor si el enemigo sabe que ya no sigue siendo secreta, así que ésta es principalmente una misión para PJ silenciosos. Por supuesto, si la destrucción sembrada a su paso sirve para camuflar la obtención de la información también es una táctica perfectamente válida.
El "marcaje", "pintado" o "manchado" de artillería es una de las pocas misiones que los PJ llevarán a cabo durante el transcurso de una gran batalla. Mientras las tropas regulares se enzarzan en encarnizado combate, los PJ son enviados a encontrar y señalar la posición de las piezas de artillería, vehículos, búnkers y otros objetivos estratégicos enemigos. Una vez que los blancos son divisados deben ser "marcados" por un láser invisible que establece su localización exacta. Esta información es inmediatamente transmitida a las unidades de artillería propias o a la "ortillería" (artillería orbital), que se encargarán de borrarlas del mapa.
Este tipo de misión suele ser bastante corta, durando lo que pueda durar la batalla, o incluso menos si los PJ son afortunados y los artilleros consiguen destruir todos sus blancos en la primera salva. Es primordial evitar todo enfrentamiento con el enemigo, que solamente serviría para retrasar o poner en peligro el objetivo real de la misión.
Esta misión requiere que los PJ se infiltren en territorio enemigo y secuestren o maten a uno de sus líderes. Normalmente este tipo de misiones incluyen una incursión sigilosa en una base enemiga fortificada, aunque si se trata de una base pequeña los PJ podrían optar por dejarse de sutilidades y abrirse paso a tiro limpio. Sobre todo, hay que recordar que resulta de suma importancia localizar previamente y con la mayor precisión al objetivo, así como cortar todas sus posibles rutas de huída. Si la misión es de eliminación resulta habitual emplear tácticas de francotirador, bombas trampa, camuflaje de civil y otras técnicas que, algunas especies, califican de "terrorismo", o cuando menos de "espionaje". En el caso de que la misión consista en capturar al enemigo habrá que asegurarse de contar con un medio de transporte rápido y seguro, del cual no pueda escaparse antes de que los PJ logren regresar a su base.
Ésta es una misión defensiva en la que los PJ, para variar, no llevarán la iniciativa de la acción. Al igual que el bando de los PJ, el enemigo puede lanzar ofensivas con el objetivo de capturar posiciones estratégicas, una que defienden los PJ, que tienen órdenes de resistir cueste lo que cueste. O tal vez los PJ solo se encuentran casualmente en el lugar, de paso hacia otro destino o regresando a casa tras el cumplimiento de otra misión cuando el enemigo les sorprende cortándoles la retirada. Puede que los PJ hayan secuestrado a un comandante enemigo y los atacantes hayan sido enviados a rescatarlo. Ahora sus alternativas son luchar o rendirse al que, hasta ahora, era su prisionero y confiar en su clemencia... lo que puede ser bastante arriesgado si durante su secuestro los PJ mataron o hirieron a algunos de sus familiares o camaradas.
A veces resulta inevitable, personas importantes por algún motivo se encuentran en medio de una zona de guerra, ya sea un oficial militar, un político de alto rango o incluso una persona, aparentemente sin importancia, que conoce alguna información vital (como por ejemplo un experto en encriptación que haya conseguido romper un código ultrasecreto o un psiónico que haya visto algún acontecimiento futuro). La persona a la que escoltan no tiene que ser necesariamente alguien sin experiencia militar o totalmente carente de habilidades de combate: puede que se trate de un oficial de alto rango tal vez haya obtenido su puesto gracias a sus conexiones políticas y no debido a sus méritos y capacidades reales. Esto es especialmente común en el ejército tyrano, en donde todos los oficiales de alto rango pertenecen a las castas dirigentes. Estos nobles, a pesar de haber recibido adiestramiento en las más prestigiosas Academias de oficiales, son asignados a posiciones de mando sin poseer experiencia real de combate. De hecho, a menudo sus subordinados son considerados los responsables de sus acciones o, en su caso, de su muerte, ya que se considera que es su labor asesorarles correctamente y protegerles. En cualquier caso, el trabajo de los PJ consiste en asegurarse de que el VIP permanece a salvo ya que, si el enemigo es consciente de su presencia, seguramente intentará matarlo o secuestrarlo.
En esta misión, la forma en que el VIP responde ante el peligro es un importante factor a considerar. Incluso si los PJ le ordenan que permanezca a cubierto puede que al enfrentarse al peligro reaccione de una forma imprevista: puede entrar en pánico y salir despavorido, puede decidir que éste es su momento de gloria llevar a cabo una carga suicida contra el enemigo, etc. El trabajo de los PJ no será solo eliminar las amenazas a su vida sino asegurarse de que su protegido no comete alguna estupidez.
Todos los comandantes militares saben que una forma segura de ganar una batalla es luchar contra un enemigo que no está en condiciones de defenderse. Esto suele conseguirse con un previo bombardeo orbital que "ablande" sus defensas. Sin embargo, en ocasiones el enemigo está demasiado bien atrincherado o ninguno de los dos bandos cuenta con los medios, el tiempo o el suficiente control de la órbita planetaria como para llevar a cabo un bombardeo continuo e intenso. En estos casos se hace necesario debilitar las defensas enemigas por otros medios, generalmente un golpe de mano llevado a cabo por un pequeño grupo de comandos.
Estas misiones consisten en infiltrarse o abrirse paso hasta el corazón de las defensas enemigas y neutralizarlas o destruirlas, frecuentemente mediante la destrucción de sus plantas de energía o el uso táctico de pequeñas detonaciones nucleares (cuando tales acciones no están prohibidas, expresa o tácitamente, por las reglas de enfrentamiento pactadas entre ambos bandos). Un problema añadido a este tipo de misiones es que los PJ tendrán que transportar el explosivo necesario para volar por los aires el objetivo, lo cual puede ser problemático, sobre todo si lo que transportan es un "pequeño" dispositivo nuclear de cincuenta kilos de peso. Por otro lado, el enemigo también suele disponer de explosivos que pueden ser robados por los PJ durante su trayecto hasta el objetivo, creando una interesante "misión secundaria previa" antes de encarar la misión real. Otras alternativas a los explosivos tradicionales pueden ser sobrecargar los generadores de la instalación enemiga, hacer estallar sus arsenales, etc.
Por cierto, los PJ deben tener en cuenta que, una vez que se han colocado los explosivos, deben tener margen suficiente para ponerse a salvo antes de que se produzca la detonación.
Casi idéntica a la misión anterior. Las fortificaciones y posiciones defensas enemigas no son lo único que puede ser volado por los aires con explosivos: líneas de suministro, instalaciones de investigación, satélites de comunicaciones, centros de mando, vehículos de transporte de tropas, estaciones espaciales y todo tipo de infraestructuras de apoyo son igual de vulnerables al sabotaje. Esta misión no tiene por qué ser discreta, aunque eso siempre ayuda...
Aunque suene poco glamoroso, una de las misiones más realizadas tanto durante la paz como durante el tiempo de guerra es patrullar día sí y día también. Durante las hostilidades, las patrullas suelen realizarse en áreas que ya han sido "despejadas" de fuerzas enemigas, y el propósito de las mismas es asegurarse de que éstas siguen permaneciendo así. También pueden enviarse patrullas a investigar zonas de la "tierra de nadie" entre ambos bandos, en donde sí que es más probable encontrarse con las patrullas análogas enemigas.
Las patrullas intentan detectar y evitar posibles incursiones enemigas, asegurándose de que la zona sigue bajo control o que, al menos, no está en manos del enemigo. La mayoría de las patrullas no incluyen combate directo contra el enemigo... excepto, por supuesto, si éste se ha infiltrado en la zona para llevar a cabo una acción de comandos. Solamente en este último caso merece la pena "rolear" una patrulla típica... a menos, claro, que suceda otra cosa que la haga interesante por otra razón particular: un encontronazo con la fauna local (ver suplemento de Exobichos), un intento de asesinato contra un PJ por motivos personales o deudas de juego, un miembro de la patrulla sufre un repentino brote de locura homicida, un primer contacto con una especie desconocida, un duelo entre dos miembros del grupo por cuestiones de honor (algo que está prohibido por la mayoría de los ejércitos, sobre todo en tiempos de guerra, pero que sin embargo sigue dándose), presenciar un fenómeno paranormal de algún tipo, un encuentro con desertores (enemigos o del propio bando), encontrar unas viejas ruinas o una nave alienígenas abandonadas desde hace mucho tiempo, etc.
Las misiones de reconocimiento consisten en adentrarse en territorio enemigo para ver qué es lo que hay allí. El objetivo de este tipo de misión es descubrir y localizar las bases e instalaciones, líneas de suministro y concentraciones de tropas enemigas. El objetivo es evitar todo contacto con el enemigo, aunque finalmente puede ser necesario luchar para abrirse paso si los PJ son descubiertos. Normalmente, las misiones de reconocimiento no se adentran demasiado en territorio enemigo. Puedes considerar que se trata de una patrulla especialmente peligrosa, ya que el grupo estará buscando deliberadamente el contacto con el enemigo.
Similar a las misiones de reconocimiento, si bien en este caso las órdenes de los PJ serán internarse en territorio enemigo para hostigar a las fuerzas enemigas con las que se topen, destrabándose y huyendo si es necesario para volver a golpear poco después, mientras se mueven rápidamente a lo largo de la línea del frente causando tanto caos como sea posible. El objetivo de esta misión suele ser obligar al enemigo a distraer y dispersar sus fuerzas en busca de los atacantes, apartándolas de los puntos clave del frente (que a su vez pueden volverse vulnerables a otros ataques).
Al igual que en las misiones de reconocimiento, las incursiones no suelen adentrarse mucho en territorio enemigo, de modo que la huída resulte fácil en caso de ser descubiertos y atacados por una fuerza superior.
En tiempo de guerra resulta normal que ambos bandos capturen soldados enemigos. Estos prisioneros suelen ser mantenidos con vida, con el objetivo de ser usados más adelante en la mesa de negociación. Lo ideal es que los prisioneros logren escapar por sus propios medios (la mayoría de las especies aceptan el axioma de que "el deber de todo prisionero de guerra es intentar escapar") o, si esto no es posible, que sean rescatados por fuerzas amigas.
Los prisioneros de guerra generalmente son enviados a la retaguardia y confinados en instalaciones de alta seguridad muy al interior del territorio controlado por el enemigo. Por este motivo, el mejor momento para organizar una misión de rescate con visos de éxito son las primeras horas o días tras su captura, cuando todavía se encuentran cerca de las líneas de combate, en instalaciones vulnerables a una operación de rescate; éste puede consistir en una infiltración sigilosa o un asalto frontal, pero en todo caso debe ser extremadamente expedito, ya que un enemigo con pocos escrúpulos que vea que sus prisioneros van a escapar podría decidir ejecutarlos.
Pregúntale a cualquier infante espacial y te dirá que una de las operaciones militares más complicadas son los abordajes espaciales. La forma más habitual de llevarlo a cabo es conseguir acercar un lanchón de desembarco a la nave enemiga esquivando sus disparos, adosarse al casco usando un tractor magnético y perforarlo con plasma.
Los puntos habituales de abordaje de una nave son las esclusas de aire, las salas de ingeniería y, si es posible, directamente en los accesos a los puentes de mando. Una vez el casco ha sido perforado, los PJ deben abrirse paso lo más rápidamente posible hasta el puente antes de que la nave pueda saltar al subespacio o el capitán dé la orden destruirla. Una vez asegurado el control de la nave todavía será necesario asegurar otras secciones clave como son las de Ingeniería, Armamento, etc., eliminando o neutralizando toda resistencia que puedan encontrar. Una tarea nada fácil dados los estrechos pasillos y accesos típicos de las naves espaciales, que obligan a que los combates sean especialmente encarnizados.
Un viejo adagio militar humano dice que un ejército marcha sobre su estómago. La comida, la munición y los suministros deben llegar al frente para que la guerra pueda continuar. Todos los comandantes militares saben esto perfectamente, motivo por el cual el acoso a las líneas de suministros del enemigo es un objetivo prioritario, igual que la protección de las líneas de suministro propias.
Los suministros militares suelen moverse en grandes convoyes, protegidos por naves y tropas de escolta. La misión de los PJ puede ser tanto escoltar como atacar uno de dichos convoyes. Si el objetivo es simplemente destruir los suministros se trata de una misión bastante sencilla pero, si las órdenes de los PJ son robar los suministros, la cosa se complica bastante. Los PJ deberían recordar que no solo deben ser capaces de eliminar a la escolta y hacerse con el control de los transportes, sino que deben tener preparado un plan que les permita llevárselos hasta su base sin que sean atrapados por las fuerzas de refuerzo que, a buen seguro, serán enviadas en cuanto se tenga noticia del ataque.
A veces ocurre. Algún científico-cerebrito inventa algo y los jefes quieren comprobar su efectividad en una "misión real". Los PJ son elegidos para probar algún tipo de nueva tecnología o invención que, según sus creadores, "puede suponer la victoria definitiva en la guerra". Puede tratarse de algún nuevo tipo de armamento, desde algo tan simple como una versión mejorada de sus armaduras, rifles de asalto con mayor alcance o fiabilidad o un nuevo tipo de proyectil perforante, hasta algo tan complejo como un nuevo modelo de vehículo, un traje de camuflaje óptico o un arma de micropulsos PEM capaz de inutilizar vehículos y equipo enemigos supuestamente protegidos.
Una opción más siniestra es que los PJ ni siquiera sepan que están siendo empleados como sujetos de prueba, lo que puede llegar a situaciones extremadamente desagradables si lo que están probando no es mero equipo militar sino nuevas drogas de combate, psicofármacos, medicamentos, ciberimplantes de combate u otros productos que puedan afectar seriamente a su salud y cordura.
Una partida que comienza in media res. Como bien saben todos los comandantes militares: "ningún plan sobrevive al contacto con el enemigo". Algo ha ido terriblemente mal durante la misión y ésta tenido que ser abortada. Las líneas de suministro y/o comunicación han quedado cortadas y no tienen apoyo ni cobertura por parte de otras unidades. Los PJ están solos, aislados y, en el peor de los escenarios posibles, el enemigo lo sabe y los está buscando activamente. Existen múltiples variantes y elementos posibles, pero el común es que en este tipo de misión su único objetivo es sobrevivir y regresar a su base.