Número: 62. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Es uno de los peores antros en los que puedes pasar la noche si estás en el centro de la ciudad y tienes poco dinero. Las condiciones higiénicas apenas rozan lo aceptable, en recepción te tratan poco mejor que a un perro, y si pagas para que te sirvan la comida, a cualquier hora del día te traerán un plato hondo con el contenido de una lata al azar dentro. Todo el mundo sabe que aquí es donde traen las putas a sus clientes, y donde la gente que se resigna a vivir en la calle pasa alguna noche.
1.- EntradaEl motel tiene 3 plantas de habitaciones. Carece de ascensor y la escalera es algo estrecha. Las tarifas son las siguientes:
2 horas o fracción: 20 euros.
1 noche: 40 a 60 euros (cama individual o de matrimonio).
1 semana: 140 a 200 euros (individual o de matrimonio).
El pago siempre por adelantado y en efectivo. Se cambian las sábanas una vez a la semana o cada cambio de cliente. La señora de la limpieza pasa los sábados (y no le gusta que nadie esté en las habitaciones, lo usa de excusa para no limpiarlas). El salón de la planta baja está abierto a cualquier hora. La televisión va por monedas.
Muchos clientes entran, pero no todos salen. La gente que suele quedarse no suele decirlo, (el padre de familia que se tira a una yonki por poner un ejemplo). En realidad, el dueño del hotel se dedica a aprovecharse de la gente y luego deshacerse de ella, literalmente, quitando de en medio al cliente de alguna prostituta, o aceptando los cadáveres de los demás delincuentes. Luego llevan al "paciente" a la lavandería del motel, sacan lo que puedan de dentro y tratan de colocarlo en el mercado negro del comercio de órganos. También asisten a partos o abortos de prostitutas previo pago, y muchos casos, comprando al niño por un precio ridículo para revenderlo más tarde.