Número: 35. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El pasado 13 de Septiembre se cumplieron 100 años de la primera botadura de un dirigible de Ferdinand Zeppelin. No hemos querido dejar pasar esta oportunidad para traer a Desde el sótano y a Comandos de Guerra estos siempre míticos vehículos aéreos.
Los dirigibles llegaron a convertirse en todo un símbolo de la Alemania nazi y, sobre todo, del poder tecnológico de la industria y de los ingenieros alemanes. Comparativamente, un dirigible es relativamente sencillo, pero su historia está llena de grandes y sonoros fracasos. Los dirigibles eran la evolución natural de los globos aerostáticos, pero no fue hasta la llegada de Zeppelin que dicha evolución tuvo una oportunidad. La innovación de este ingeniero alemán consistió en añadir una estructura rígida con la forma del dirigible en cuyo exterior se sujetaba fuertemente una envoltura o piel hecha de tela, lona o seda. Esta cubierta permitía poner en el interior los globos de sustentación sujetos por alambres y protegidos de los elementos atmosféricos. La estructura permitió hacer los dirigibles más grandes y, por extensión, aumentar la góndola (donde va el pasaje o la carga). Los grandes dirigibles de los años 30 eran capaces de albergar cómodamente a 100 personas en su interior.
El dirigible más grande construido en esta época fue el Hindenburg. Tenía 245 metros de largo y 41 de diámetro en la parte más ancha. Podía cruzar el Atlántico en unas 60 horas a una velocidad punta de casi 130 km/h y con una altitud de unos 250 metros sobre el nivel del mar. Podía llevar 50 pasajeros (equipaje incluido) más 60 miembros en la tripulación. En total era capaz de levantar 235 toneladas. La góndola de pasajeros tenía dos cubiertas y estaba diseñada para ofrecer a los pasajeros toda suerte de comodidades. Había una sala Promenade (desde la que podía observarse el exterior), una sala de lectura, una sala de mapas (donde se iba marcando la posición del dirigible), una sala de fumadores (habilitada especialmente con medidas antiincedios), etc.
A pesar de esta innovación visionaria de los Zeppelin, los dirigibles presentaron muchos problemas de diseño. Los motores era una de las partes más preocupantes pues era una fuente de calor (y chispas) junto a materiales altamente inflamables (el hidrógeno de los globos). Además, los zeppelines iban decorados con una pintura especial (que les daba ese tinte planteado) que se fabricaba a base de Aluminio. Como más tarde se comprobó, esa pintura era altamente inflamable. Aunque la causa del desastre del Hindenburg es fruto de especulación aún hoy día, su destrucción, en Mayo de 1937, provocó el fin de estos titanes del cielo a finales de ese mismo año.
Cierto es que el Hindenburg fue uno de los dirigibles más famosos, pero los alemanes tuvieron bastantes más y las rutas aéreas con dirigibles fueron bastante habituales. Algunos modelos, llegaron a realizar más de 100 vuelos entre varias ciudades alemanes e, incluso, llegaron a hacer vuelos internacionales a París y a Londres. La destrucción del Hindenburg fue, sin embargo, un duro golpe para la imagen pública alemana y el gobierno alemán, para evitar cualquier nuevo desastre, suspendió la utilización de estos aparatos. Que se conozca, el último uso que tuvieron fueron unas pruebas aéreas antiradar. Las pruebas fueron un éxito, pero nunca se utilizaron en tareas ofensivas. Tanto los Aliados como los alemanes utilizaron los dirigibles como defensas estáticas antiaéreas o como sistema de observación aérea antisubmarina (donde eran bastante efectivos si podían alejarse lo suficiente de la aviación enemiga).
En la actualidad, 100 años después de que el primer Zeppelin volara, los dirigibles están viviendo una especie de segunda época dorada. Su uso como elementos de marketing es habitual (el dirigible de Goodyear, por ejemplo), pero también se utilizan como sistemas de elevación de cargas, para medición del clima, etc. Y hay proyectos, basados en la tecnología de los dirigibles que pueden resultar muy interesantes: como sistemas de elevación de cohetes espaciales de baja órbita o como sistemas de transporte terrestre (http://www.projetohorizonte.com.br/iindex.htm). Quien sabe, tal vez la imagen de la película Sky Captain donde un Hindenburg III llenaba la pantalla en las primeras escenas no esté tan lejos de la realidad.
Este dirigible fue construido por los Alemanes bajo encargo estadounidense. Estuvo operativo hasta 1940 y fue el primer dirigible que cruzó el Atlántico en los meses de invierno volando.
Longitud: 200 metrosPosiblemente uno de los zeppelines más famosos de su época. Por encima incluso del Hindenburg antes de su accidente. Tenía en su haber el récord de circunvalación del globo en 12 días y 11 horas y en el momento de su botadura, incorporaba las innovaciones tecnológicas más punteras de su época.
Longitud: 236,5 metrosHermano gemelo del Hindenburg fue el último de los grandes zepellines en ser construido. Tenía una disposición de los motores diferente a la del Hindenburg lo que le hacía distinguible a simple vista. La tragedia de su hermano retrasó su vuelo inaugural y, finalmente, lo anuló al considerar el gobierno alemán que el Hidrógeno era un elemento muy peligroso para usarlo en el transporte civil.
Longitud: 245 metros