Número: 51. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Esta es una aventura triste donde tus personajes interpretarán a un grupo de civiles alemanes sobrepasados por la guerra en sus últimos días. El objetivo es mostrar la guerra desde el otro lado, desde el lado de los no combatientes. A menudo se piensa que fueron simples víctimas o, si tuvieron suerte, espectadores del conflicto. En ocasiones, más veces de las que uno se imaginaría, también tuvieron su parte heroica.
Estamos en Horn, Alemania, una pequeña ciudad del Rhur. Es principios de Abril de 1945, la semana siguiente a la Semana Santa, los Aliados han cruzado el Rhin hace algunas semanas y han embolsado al Grupo B de Ejércitos, al mando del General Model, de espaldas al río. Se comenta que los alemanes preparan un contraataque para romper el cerco y que las unidades embolsadas puedan participar en la defensa de Berlín (o, al menos, en una defensa más al Este). Los estadounidenses, sin embargo, han comenzado a avanzar hacia el interior de la bolsa. Su objetivo es cortar ésta por la mitad encontrándose con los británicos que están atacando desde el norte. Horn está en medio del avance estadounidense. Los ciudadanos de la ciudad lo saben y han oído lo que les ocurre a las ciudades donde los soldados alemanes deciden presentar batalla. Erwitte, Lippstadt son ahora humeantes ruinas...
Debes crear los personajes de esta partida pensando en personas que pudieran estar en la ciudad de Horn por alguna razón. La mayoría de ellos serán mujeres, ancianos o niños (menores de 14 años), pero no es necesario que lo sean todos. A continuación unos ejemplos de posibles jugadores para esta partida:
La ciudad de Horn fue invadida por los estadounidenses casi sin combatir después de que sus ciudadanos consiguieran convencer a los soldados alemanes que no la defendieran y a los estadounidenses de que no la atacaran. Naturalmente, tus personajes no tendrán ni idea de esto. Lo que te presentamos a continuación son una serie de acontecimientos que sucederán (o no) en la ciudad dependiendo de las acciones de los PJ. El objetivo de la partida es que los jugadores se enfrenten a la situación, pero no tienen forma de "ganar" la partida. Horn será conquistado por los estadounidenses, los que estamos haciendo ahora, como diría el genial Groucho Marx, es discutir el precio.
El enemigo se acerca y para preparar la defensa de la ciudad, llegan unas unidades de la SS al abrigo de la noche. Arrastran un 88mm con un tiro de animales, que parecen demasiado famélicos para arrastrar ese mastodonte. No parece importarles hacer ruido en el pueblo y por ello todo el mundo se entera de su llegada. El líder local del partido, Josef Borgeln (no debe ser un PJ), les recibe y da la bienvenida y el oficial de la SS le nombra (de forma un poco ceremoniosa) responsable de la defensa de Horn (algo así como Comandante de la Plaza). Le contarán (y cualquiera podrá oírlo) que el ejército alemán en el oeste está preparando una ofensiva con unas nuevas y poderosas armas recién construidas y que Horn debe resistir todo lo que pueda para facilitar el trabajo a los soldados. Esta es la batalla de las batallas, si Horn resiste, Alemania se salva.
Los SS instalarán el cañón en una granja en el lado más occidental del pueblo, cerca de un bosquecillo. Mientras, el líder nazi del pueblo movilizará a todo el mundo para organizar una defensa a ultranza. Enviará a todos los que puedan trabajar a talar árboles y construir barricadas en la zona sur del pueblo y en el interior. No hará distinciones ni de sexo ni de edad. Además, recogerá todas las armas del pueblo (la mayoría de caza o viejas antiguallas) y formará una milicia local con los ancianos y los niños, tampoco podrá reparos con la edad, aunque sí con el sexo).
Durante toda esta escena, los personajes deben tener la sensación de que se les ha caído el cielo encima. El líder nazi les presionará, les contará historias de los horrores que hacen los estadounidenses a las mujeres y a los niños, de cómo matan a los viejos y cómo roban y saquean todo lo que encuentran. Les hablara de la gloriosa resistencia de Stalingrado y les dirán que Horn se debe convertir en el Stalingrado del Rhur. En resumen, los personajes deben terminar asustados de lo que se les viene encima y durante todo el proceso no deben dejar de trabajar o prepararse para la guerra.
Al día siguiente, por la noche, la otrora numerosa 116ª División Panzer ha quedado reducida a no más de 800 personas y todas ellas tienen que cubrir un frente de unos 14 kilómetros. Eso quiere decir que al pueblo de Horn llegan poco más de 20 personas. Traen un cañón antitanque de 37mm, varias ametralladoras pesadas y varios Panzerfaust. El oficial al mando no está muy contento con todo lo que ve en el pueblo de Horn y habla, en realidad discute, con Josef Borgeln, el líder nazi. Sólo aquellos personajes que estén trabajando en las barricadas o formen parte de la milicia se enterarán de la discusión. En resumen, los dos puntos importantes del desacuerdo son:
Además de lo anterior, el oficial panzer le cuenta que los estadounidenses están en Ebbinghaussen y Berenbrock. Ambas ciudades son vecinas de Horn al sur, por lo que no tardarán mucho en aparecer. Los soldados de la 116ª se colocarán en diversas posiciones en el pueblo (incluyendo el campanario de la iglesia) e intentarán confraternizar con la población de Horn para que les den alimentos. Si traban amistad, les aconsejarán que cuando empiecen los combates se refugien en los sótanos de las casas y que tengan mucho cuidado cuando se vayan los estadounidenses, detrás de ellos viaja una horda vengativa de prisioneros liberados. En Berenbrock hay un campo de prisioneros rusos que acaba de ser liberado. No deben estar muy contentos. Si les preguntan sobre la ofensiva les dirán: "ofen... ¿qué?"
El objetivo de esta escena es conseguir que los personajes duden de la viabilidad de su futuro. Se pueden haber dado cuenta que la organización militar es un caos y que los mandos militares ya no saben lo que hacen. Las tiradas de moral deben ser habituales y la situación debe pintar muy mal. Puedes agravar la situación con algún saqueo por parte de la 116ª si los habitantes no se muestran muy cooperativos. También puedes hacerles darse cuenta que los SS han desaparecido. De hecho, lo hicieron la noche anterior (a la vez que llegaban los de la división panzer). Uno de los SS ha desertado y ha intentado esconderse en el pueblo. Si uno de los PJ es el cura, le pedirá ayuda, sino, se esconderá en el sótano de alguno de los PJ (le descubrirán cuando intenten refugiarse en él).
Por la carretera se verán los elementos de avanzadilla de una unidad acorazada estadounidense. Es la primera señal de que van a atacar Horn. Algunos ciudadanos de Horn comenzarán a colgar sábanas blancas de las ventanas. Es una señal hacia el enemigo diciéndoles que en ese edificio no hay soldados y nadie va a dispararles. Algunos seguidores del líder nazi pueden disparar a las casas con las sábanas como un aviso para que las quiten.
Cuando los estadounidenses estén a pocos metros de la población, les atacarán los soldados de la 116ª panzer y retrocederán. Ningún vehículo será abatido ni habrá bajas, pero es la forma de actuar de los estadounidenses. A las pocas horas descubrirán el por qué. Primero caerá una bomba en el centro de la ciudad, luego una segunda y finalmente comenzará un intenso bombardeo de artillería. Este se centrará en la iglesia (el campanario es un excelente puesto de observación) y en la zona sur de la ciudad (donde estaban las posiciones de la 116ª).
Tras una primera hora muy intensa, el bombardeo se reducirá a una bomba cada 5 minutos (aproximadamente) que machacará, eso sí, durante toda la noche. A la mañana siguiente el bombardeo continuará con mayor intensidad y se extenderá a toda la ciudad, reduciéndola a escombros (si nadie lo evita, ver más adelante).
Por la noche habrán sucedido dos cosas:
En esta escena hay varias cosas a tener en cuenta para los personajes.
Los estadounidenses permanecerán en la ciudad varios días y no tratarán bien a los alemanes. Registrarán todas las casas, se apropiarán de los objetos de valor que encuentren (muchos estarán enterrados en las afueras de la ciudad si los habitantes de Horn han sido igual de precavidos que sus vecinos). Quitarán los relojes y las carteras a los varones (aunque respetarán a las mujeres). A todo el que vean vestido de militar lo detendrán y enviarán a retaguardia y a todo el que crean que es un soldado (aunque esté vestido de civil) le tratarán como soldado (excepto que una madre llorosa le convenza de lo contrario) y a todo el que sospechen que es de la SS le fusilarán. A los miembros del partido nazi (o que sospechen que lo son) los detendrán y se los llevarán (sin más explicaciones). Y elegirán un par de casas, echarán a sus ocupantes y las usarán de cuarteles o centros de mando.
Pasada la batalla, los estadounidenses abandonarán la ciudad sin dejar ningún defensor ni ningún tipo de policía. De vez en cuando verán pasar policías militares y convoyes de suministros y oirán ruidos de combate alejándose hacia el norte. Los habitantes de Horn serán testigos de diversos acontecimientos en los siguientes días:
Los personajes se pueden enfrentar de muchas maneras a la llegada de estos invitados. En el caso de los prisioneros violentos, la única forma de detenerlos será con violencia. Deberán organizarse y luchar por proteger lo que es suyo. En otras palabras, pueden poner un par de escenas violentas en las que los personajes deberán repeler ataques de prisioneros más o menos desorganizados alternándolas con escenas con otros "invitados". Es una forma de hacer que el final de la partida tenga bastante acción. Además, en estos momentos, a nadie le extrañará que una mujer coja un rifle para evitar que la violen.
Alguien podría pensar en la alternativa de hablar con los estadounidenses para que les protejan, pero no les harán caso hasta que no acabe la guerra (lo que no ocurrirá hasta principios de mayo). En todo caso, el fenómeno de los "invitados" se va desplazando con el frente. En unos pocos días, habrá pasado y, por fin, los habitantes de Horn podrán decir: "se acabó la guerra"
Los sucesos de Horn no fueron raros en Alemania, Muchas ciudades alemanas de la parte occidental siguieron una pauta similar ante el avance Aliado (especialmente ante el avance estadounidense). Hemos escogido el nombre de Horn como un ejemplo de todas estas ciudades. Hemos intentado ser fieles a la historia presentando los nombres de las unidades que participaron y las ciudades cercanas, pero las personas y los hechos descritos se han adaptado a la trama y a la historia.
En realidad, el 4 de Abril de 1945, el 58º Batallón de Infantería Acorazada intentó entrar en la ciudad. En las ventanas de la ciudad había banderas blancas, símbolo de "sin problemas", pero se detuvieron al recibir fuego enemigo. Eran unas pocas unidades de la 116ª panzer. La ciudad fue bombardeada por la artillería americana y las unidades de la 116ª se retiraron al abrigo de la noche. El bombardeo iba a continuar al día siguiente y las tropas iban a entrar por la fuerza en la ciudad, pero tres ciudadanos de Horn (Becker, Keegraf y Kerker) cruzaron la tierra de nadie por la noche y llegaron hasta Lippstadt donde sacando al Alto Mando estadounidense de la cama le convencieron de que no había alemanes hostiles en la ciudad. En la segunda intentona estadounidense al día siguiente, el 58º batallón entró sin problemas en Horn.