Iglesia del Santo Retorno
La Iglesia del Santo Retorno es una orden religiosa de la Iglesia Católica fundada hace 38 años por Diego Rodríguez (sacerdote jesuita) y aprobada por el papa Juan Pablo I, una de las pocas cosas que le dio tiempo a hacer en su corto pontificado. A diferencia de otras órdenes religiosas, el objetivo de esta no es difundir la palabra de Dios sino realizar obras misericordiosas y no está vinculada a otras órdenes religiosas ni a la jerarquía de la Iglesia de Roma. El número de miembros de la orden es desconocido, pero se calcula que no son muy numerosos. Algunas fuentes no oficiales dicen que son 33, la edad que tenía Cristo a su muerte según el evangelio de Lucas, pero otras fuentes creen que es en homenaje a los 33 días de pontificado de Juan Pablo I. Sea como sea, su número es pequeño y las identidades de sus miembros secretas.
La Iglesia tiene unas oficinas en la calle de San Tomé, cerca de la plaza de Ronda y si no fuera por los adornos religiosos de las paredes (algunos de bastante valor), parecería una oficina de una financiera o de unos especuladores de bolsa. Todo el personal contratado ha estudiado en universidades católicas (es una condición curricular), pero son especialistas en diversos campos: abogados, economistas, etc. Dicha oficina es el centro de recaudación de la orden. Es ahí a dónde te tienes que dirigir para realizar una donación a esta iglesia. Puedes concertar cita a través de la página web, pero no te aceptarán tu donativo sin una entrevista personal y sin conocer tus intereses piadosos. Sus donantes son grandes empresas y acaudalados particulares. Si intentas realizar una donación pequeña, 1000 euros, te atenderán con amabilidad, pero no eres el público objetivo de la organización.
Con el dinero recaudado, la Iglesia del Santo Retorno realiza diferentes obras de índole cultural no siempre benéficas. Participan en patreon de artistas emergentes, en crowdfunding, en subastas u organizan esos actos para particulares, dan subvenciones a centros de investigación, crean becas de estudio, etc. Hay siempre un componente espiritual en sus actuaciones, pero no tiene porque ser muy evidente. El verdadero objetivo de estas obras es ayudar a personas cristianas a iniciar sus carreras sin venderse al cientifismo moderno o, al menos, eso dicen sus panfletos.
Como organización religiosa se aprovecha de algunos beneficios fiscales y al estar reconocida como entidad receptora de donativos, los donantes también pueden desgravarse sus donaciones frente al fisco.
Lo que la realidad esconde
Muchas personas de Cunia creen que la Iglesia del Santo Retorno es una entidad destinada a blanquear dinero para organizaciones criminales. Algunos jueces, que han durado poco en la magistratura, han pretendido demostrarlo sin éxito. Una de las razones de no haber podido demostrarlo es que, en realidad, no blanquean dinero y, sin entrar en los detalles, no hacen cosas ilegales.
Lo que hace la orden es coger dinero legal de empresas y organizaciones e invertirlo o donarlo en causas a las que esas empresas u organizaciones no quieren quedar vinculadas (por la razón que sea). Pongamos un ejemplo para explicar la forma de funcionar de la Iglesia del Santo Retorno:
Imagina que eres un empresario de alto nivel de Cunia que quiere obtener un contrato del episcopado, pero, naturalmente, no puede aparecer que le ha hecho un regalo al obispo para que le den el contrato de restauración de la Catedral de Cunia. Entonces acudes a la Iglesia del Santo Retorno y le haces una donación de un millón de euros. Ese millón podrás descontártelo de los beneficios (es un gasto) y, además, desgravarte un 15% por donaciones. Todo es positivo.
Del millón recibido, la Iglesia del Santo retorno se queda con un 15% (que la cifra sea igual al descuento del Estado no es casualidad) y con los otros 850.000 euros comprará un retablo en madera del siglo XII que casualmente se subastaba en una casa de subastas de Londres. La talla será cedida, como parte de la misión de la orden, al Museo de la Catedral de Cunia y en el momento de la entrega, un acto público con presencia de personalidades y mucho revuelo, un miembro de la orden del Santo Retorno murmurará una palabras la obispo: "este retablo es un detalle de..." y dirá tu nombre "...un hombre piadoso que ruega se le tenga en cuenta en la restauración de la catedral". Solo queda hacerte el sorprendido cuando el episcopado te llame para firmar el contrato.
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