DESDE EL SÓTANO
Nº: 142 . 3ª época. Año III
Operación Manna y Chowhound Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 

Operación Manna y Chowhound

En los primeros meses de 1945, las autoridades Aliadas fueron conscientes de un problema que estaba surgiendo en los territorios ocupados por los alemanes. Alemania estaba en sus últimos momentos y toda la estructura logística había colapsado. Había escasez de muchos productos, pero la principal dificultad es que no había ninguna manera de distribuirlos a las diferentes poblaciones. Los pocos vehículos disponibles estaban requisados por el ejército y aunque hubiera habido, no había gasolina para moverlos ni carreteras seguras para ellos. La población civil corría el riesgo de morirse de hambre antes de que acabara la guerra.

Holanda fue uno de los países que se enfrentó a esta hambruna en peores condiciones. Tenían los mismos problemas que los demás y, además, sufrían la venganza de su colaboración con la fallida operación Market-Garden de septiembre de 1944. Aquel invierno de 1944-1945 fue el más duro. Los ciudadanos holandeses hacían viajes de 3 o 4 días, cientos de kilómetros, en bicicleta para ir a otras ciudades donde había comida, poder conseguirla y llevarla de vuelta a sus familias. Un viaje no exento de peligros y muy duro debido a la debilidad provocada por la falta de alimentos. Las temperaturas ese invierno de 1944-45 fueron muy duras y la falta de alimentos estaba agravada por la falta de carbón para las calefacciones. Muchas ciudades perdieron todos sus árboles aquel invierno.

El gobierno holandés solicitó ayuda al gobierno sueco (sus familias reales estaban emparentadas y los suecos, aunque neutrales, tenían tratos con el gobierno alemán). El gobierno sueco reaccionó rápidamente, pero los gobiernos británico y alemán tardaron mucho en dar su consentimiento para que los suecos pudieran enviar la ayuda. No fue hasta el 24 de enero que un barco con 3.700 toneladas de comida salía de Suecia con destino al puerto de Delftzijl desde donde se llevó la carga a Rotterdam en barcazas de río bajo la supervisión de la Cruz Roja Internacional. Otro barco con 4000 toneladas llegaría en febrero y en marzo otros dos más. Los suizos también reaccionaron a las necesidades holandesas y propusieron llevar la comida desde Suiza bajando por el Rin hasta Holanda, pero los Aliados se negaron porque tenían planes de minar las aguas del río. Finalmente, gracias a la colaboración portuguesa y española, un barco con unas 6000 toneladas, incluyendo medicinas, partiría de Lisboa con ayuda para los holandeses.

Las ayudas de Suiza y Suecia no eran suficientes y el gobierno holandés presionaba a los Aliados para que expulsaran a los alemanes de su territorio cuanto antes, pero la maquinaria militar tenía otras prioridades. Los holandeses se quedaron sin gas y electricidad en Febrero de 1945 (no así los alemanes en Holanda) y el peligro de un completo colapso holandés estaba más cerca que nunca. Es en esas circunstancias en las que el gobierno holandés (y, en concreto, el príncipe consorte de Holanda: Bernardo de Lippe-Biesterfeld) empezaron a trazar un plan para que los Aliados abastecieran a la población holandesa en los territorios ocupados por los alemanes. Los alemanes exigieron que se detuvieran los avances Aliados en los territorios holandeses (cosa que, de hecho, ya había sucedido aunque las autoridades alemanas no lo sabían); también tuvieron que convencer a Churchill y a Eisenhower de que todo aquello no era una trampa de los alemanes. Y, finalmente, tuvieron que convencer a los rusos de que no se trataba de un intento de firmar la paz con Alemania por su cuenta. Eisenhower recibió la autorización de negociar un acuerdo con los alemanes en Holanda el 23 de abril.

El 29 de abril comenzaron los vuelos de 242 Lancaster de la RAF para lanzar comida en una serie de puntos previamente acordados con los alemanes. Los bombarderos volarían bajo (por debajo de la altura de lanzamiento de tropas paracaidistas) y los alemanes se comprometieron a no dispararlos, aunque, por precaución, colocaron baterías antiaéreas en los puntos de lanzamiento. Era el principio de la Operación Maná (Manna) y como anécdota comentar que los alemanes aún estaban negociando los detalles cuando la operación se puso en marcha. El acuerdo definitivo no se alcanzaría hasta el 2 de mayo. El número de aviones implicados en la operación aumentaría en los siguientes días y, en total, los británicos llevarían unas 1000 toneladas diarias de comida a los holandeses.

El 1 de mayo, tras ver que los británicos llevaban dos días llevando comida sin incidentes, los estadounidenses se unieron al puente aéreo con casi 400 B-17. Era la Operación Chowhound (que podría traducirse como Comilón) y que también llevaría unas 1000 toneladas diarias de comida a Holanda.

El 5 de mayo, las tropas alemanas en Holanda se rindieron a los Aliados y las operaciones Maná y Chowhound se sustituyeron por la Operación Faust, el envío de comida a Holanda en 200 camiones.

Tres aviones se estrellaron al fallarles los motores durante la operación y algunos aparatos volvieron a sus aeropuertos con agujeros de bala en el fuselaje o las alas (al parecer, no todos los soldados alemanes estaban de acuerdo o estaban informados de las operaciones de abastecimiento). Ambas operaciones fueron un buen precedente de la operación de abastecimiento de Berlín Occidental que tuvo lugar solo unos pocos años después.

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