Editorial
En mi última editorial hablaba de las SomCon y de lo bien que nos lo habíamos pasado. Quince días después de escribir aquello, me fui a Málaga a otras jornadas: las Iberorol. Ya he hablado de ellas en el diario (), pero según han ido pasando los días me he dado cuenta que olvidé mencionar un detalle importante. Las personas que organizaban las jornadas (Málaga Quest) hablaban de los juegos de rol con mucha pasión. Una intensidad propia de la juventud, cuando uno se entrega sin pensar en las consecuencias. Lo más significativo es que muchos de ellos estaban cerca de mi edad. Su pasión era envidiable y un gran ejemplo.
Maquetar este número no ha sido sencillo por culpa de un exceso de trabajo en otras áreas de Sombra. Escribo estas líneas en el límite de tiempo, pero cuando peor estaba la cosa, cuando pensaba que no íbamos a llegar, recordaba a esta gente de Málaga y me decía: «se puede». Gracias.
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