Sin noticias de la expedición
Nada se sabe del grupo enviado a descubrir el misterio de la ciudad flotante y que estaba comandado por Daral, la guerrera de Cargrum. Las autoridades creen que aún es demasiado pronto para darles por perdidos, pero algunos comerciantes aseguran que la ciudad flotante ha aparecido de nuevo y eso ha hecho que algunos de los grupos que esperan, menos que antes, exijan que se les contrate para desvelar el misterio y que se dé por perdida a la primera expedición. En las tabernas del lugar los detractores y apologistas de esa decisión llevan sus debates casi a las manos. La guardia ha tenido que redoblar su presencia en las horas más difíciles (al atardecer cuando se acaban las tareas del día).
Trama El Retorno del Emperador
Los ladrones no llegaron al puerto
Los ladrones de libros liberados hace unas semanas y expulsados de la ciudad, nunca llegaron al puerto. Según ha comentado el capitán, después de invitarles a permanecer en sus aposentos todo el viaje, les descubrieron muertos una mañana en la que les acercaban el menú desayuno cortesía de la naviera. Los cuerpos estaban blancos, como sin sangre, y sus brazos y piernas, y en algún caso la cabeza, estaban retorcidos en posiciones imposibles. El capitán, según ha contado, temió que se tratara de alguna enfermedad de la que podrían haberse contagiado en la cárcel y aprovechó que los viajeros estaban en el comedor con el desayuno para arrojar los cadáveres al vacío por la popa. También, dice, arrojaron sus pertenencias, escasas, por si hubieran estado contagiadas. Los marineros encargados de dicha tarea han estado en vigilancia por si presentaban algún síntoma, cosa que no ha sucedido. Uno de ellos relató al llegar al puerto: «era como si una mano gigantesca los hubiera estrujado uno por uno». Sigue leyendo