Nº: 111 . 3ª época. Año VI
Comunicación: Araspam Por: Kennell
 
 
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Araña Publicitaria

Araspam

Greo Mandahol fue un efímero artista vanguardista que destacó en una exposición de arte galáctico celebrada en la ciudad de Sila en el año 3387. Presentó a la exposición un cubo de plástico lleno de arañas mecánicas. No era algo raro y otros artistas habían experimentado ya con los mecanodroides como parte de su trabajo. Greo los presentaba en un cubo y algunos críticos tempraneros quisieron ver en su obra un burdo mensaje sobre la obsolescencia de la tecnología. Sin embargo, en el momento que se hacía la inauguración oficial, con visita de los más altos dignatarios, todas las arañas se activaron, abandonaron el cubo y se desperdigaron por las paredes. Las arañas de Mandahol se fijaban en un objetivo, lo fotografiaban y se dedicaban a acompañarle proyectando su imagen sobre la pared más cercana. Fue todo un éxito de arte vanguardista y pronto, durante la exposición, la gente perseguía a las arañas para que le hiciera una foto y mostrara su foto por las paredes como si fuera alguien importante. Algunos críticos creyeron ver cierta inteligencia artística en las arañas y sus composiciones fotográficas, pero Mandahol explicó después que la IA de sus arañas era muy limitada que el arte sólo estaba en los ojos de los espectadores. Toda la crítica alabó su propuesta artística: convertir a los asistentes en protagonistas de la exposición artística, pero su fama fue efímera, pues Greo nunca fue un buen relaciones públicas y cuando le preguntaron por este tema, respondió: "No se equivoquen, el protagonista es la vanidad de los fotografiados"

araspam

Sederel Jobran, un úkaro asistente a la exposición que trabajaba en una empresa de marketing, vio el enorme potencial de la obra de Mandahol aplicado a la industria publicitaria. Habló con el artista y fundo una pequeña empresa llamada Mandabran Inc. Vendieron las arañas con el poco imaginativo nombre de "arañas publicitarias" y su objetivo era proyectar imágenes en los lugares que el usuario quisiese. En los túneles de los transportes públicos (incluso en el interior), en fachadas de edificios, sobre anuncios de la competencia, etc. La legislación, en aquella época, no era muy clara sobre los lugares donde se podían proyectar imágenes publicitarias y como se podía programar a las arañas para realizar un recorrido, sorteaban las limitaciones legales de las imágenes en posiciones fijas. Una de las grandes ventajas del producto de Mandabran Inc. es que era bastante barato y se lo podía permitir compañías y comercios con menos recursos. Las arañas eran habituales en los accesos de los edificios residenciales anunciando los locales del propio edificio.

La estrella de Mandabran se eclipsó cuando las corporaciones de publicidad exigieron que las leyes limitaran el uso de estos aparatos, considerando que hacían publicidad no deseada y perjudicaban el buen nombre de la publicidad responsable. Sin embargo, la ruina y desaparición de la empresa sucedió cuando la opinión pública conoció que las arañas publicitarias se vendían al planeta Qasal-3 (un planeta con leyes xenófobas). Las autoridades obligaban a los no humanos a llevar una de estas arañas que debía proyectar sobre la pared más cercana un mensaje de advertencia: ¡Cuidado, alienígena en las proximidades! Después de eso, nadie más quiso utilizar las "Arañas Publicitarias"

Diez años después de estos incidentes y con la mayoría de los productos de Mandabran en el reciclaje o en los vertederos, la corporación CADRETEL compró la patente de la araña, modificó algunas especificaciones y la comercializó con el nombre de "Memo 3400". Sin embargo, la sabiduría popular acabó denominándolas "Araspam".

El "Memo 3400" es una evolución de las arañas originales que incorpora una conexión de datos a la GWW y que pueden manejarse con el dataóptico. Se comercializan como una herramienta portátil y autónoma para la proyección de imágenes sobre superficies, ideal para conferencias, presentaciones y demás. Uno de sus usos, o así lo publicita la compañía, es la trasmisión de mensajes de emergencia en catástrofes. Las arañas pueden, por ejemplo, avisar de las rutas de huída más seguras. Muchos edificios y fuerzas de seguridad dicen tener un ejército de estas arañas para estos casos.

Sin embargo, el "Memo 3400" también es una herramienta de publicidad y se utiliza como tal en locales de moda. De hecho, uno de los usos más habituales es monitorizar la conexión a la GWW de los usuarios del local y proyectar imágenes de las cosas más buscadas en la red de datos. Por ejemplo, puedes estar en un local tomando unas bebidas con tus amigos y si muchos de los parroquianos muestran interés por el partido de pel·les, alguna araña se dará cuenta y proyectará una web de resultados deportivos en algún lugar del recinto.

Las "araspam" tienen una cabeza gruesa de unos 10 centímetros de largo y cinco patas que, extendidas, alcanzan otros 10 centímetros. En la punta de cada pata lleva una fijación Van der Waals que es lo que le permite fijarse y andar por cualquier superficie (como el sistema utilizado para las salidas extravehiculares, pero en tamaño reducido). Los araspam necesitan tener apoyadas, al menos, tres patas para soportar su peso. Puede proyectar una imagen nítida a unos 5 metros de distancia en un tamaño similar a las 42 pulgadas. Llevan un sistema informático que les permite deformar la imagen para que no se vea afectada por el ángulo de proyección. Así pueden proyectar imágenes sobre superficies que estén a sus pies, frente a ellas o sobre ellas.

La legislación contra la grabación de imágenes públicas obligó al fabricante a suprimir una cámara que venía en los primeros modelos. Las limitaciones legales y diferentes de cada planeta hacían imposible que el modelo fuera aprobado por todas las cámaras de comercio. Los "araspam" carecen de cámara, pero es cierto que su objetivo no es tomar imágenes y reproducirlas, como ocurría en los mecanodroides de Mandahol, sino sólo trasmitir imágenes que le llegan bien vía GWW o bien conexión codificada propia (este modelo es más caro).

Un "Memo 3400" puede costar entre 50 y 500 euros. La principal variación del precio es la potencia del proyector y el tipo de conexión.

 
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