Palacio del Gobernador Maseda, Xentoria capital de Xentor III.

Sector Bedia.

El ruido de los disparos y las explosiones que se producían en el exterior apenas afectaban ya al gobernador, tras 3 días de asedio, se había acostumbrado a los disparos de los autodenominados "Frente de liberación de Xentor", insurgentes pro Iroiendi. También se había acostumbrado al peso de la pistola y al áspero uniforme militar que llevaba puesto en lugar de su ropa habitual.

En la sala de comunicaciones reinaba un caos absoluto desde que había estallado la revuelta, los insurgentes habían obtenido varias victorias rápidas, frente a las fuerzas policiales y los milicianos, pero al llegar a la guarnición de las Fuerzas de Defensa, su avance se había detenido. Esto había permitido al gobernador atrincherarse en su palacio, construido como una fortaleza por algún antecesor en el cargo, y con las fuerzas leales que había podido reunir ofrecer una férrea defensa.

Mientras observaba un informe de la situación, comprobando los avances de los insurgentes, Sánchez, un oficial muy joven, se le acercó y le tendió un terminal de comunicaciones en cuya pantalla podían verse una serie de caracteres ideográfico inconexos, diciendo:

- Gobernador, hemos interceptado esta comunicación, enviada en amplio espectro, creemos que proviene de la orbita, pero no estamos seguros. La hemos pasado a su terminal para comprobar si usted puede descodificarla, y así saber si son buenas noticias para nosotros o para ellos.

El gobernador cogió el terminal de comunicaciones y colocó su pulgar sobre el sensor, en apenas unos segundos, los ideogramas variaron y el gobernador sonrió por primera vez en tres días.

- Son buenas noticias, la Fragata RFP Elión acaba de salir del subespacio y se dirige al planeta, está a 15 minutos luz, nos solicitan las coordenadas de la base de los insurgentes y las nuestras - se giró hacia el oficial táctico y le dijo. - Domínguez, pase a mi terminal los datos, los planos de la zona y todo lo que sepamos sobre las posiciones insurgentes para poder enviárselo. - Mientras el oficial táctico transmitía la información se giró hacia Sánchez y sonrió. - Pronto habrá acabado todo.

- Si, gobernador... - Sánchez titubeo antes de añadir. - Pero, no se como podrán enviarnos refuerzos, las naves de desembarco de la marina son demasiado grandes para aterrizar en medio de la ciudad.

- Por eso les envió el mapa de la zona, para que puedan apreciar nuestra situación y las posiciones de los insurgentes a nuestro alrededor, ellos decidirán cual es la mejor opción. - Mientras hablaba, estaba cifrando la información recibida, le devolvió el terminal a Sánchez y dijo. - Transmita esto.

- A sus ordenes, gobernador. - Sánchez se cuadró y se dirigió hacía el puesto de comunicaciones, mientras lo veía alejarse, el gobernador no pudo dejar de pensar en lo jóvenes que eran aquellos hombres y mujeres que habían arriesgado sus vidas para sacarlo a él y a su familia de su casa en medio de un violento tiroteo, mientras los oficiales más veteranos se unían al levantamiento.

Una hora después el oficial táctico informó de múltiples contactos en la orbita, la mayor parte de ellos se dirigían hacía las afueras de la ciudad, y hacía la base de los rebeldes, mientras que otros de los contactos se dirigían hacía otros puntos clave del planeta. En ese momento Sánchez se acerco al gobernador con otra comunicación. Tras descifrarla el gobernador se giró hacia Domínguez y dijo:

- Van a enviarnos refuerzos directamente al patio, debemos despejar la zona y cubrir a las naves de descenso, van a enviarnos un escuadrón de marines como refuerzo inmediato. No se como van a hacerlo, sus naves de descenso son demasiado grandes, pero debemos prepararnos para su llegada.

Mientras, Domínguez impartía las ordenes por los comunicadores, 3 nuevos contactos aparecieron en la órbita del planeta, que se dirigían directamente hacia el palacio del gobernador en rápida sucesión. El fuego de fusilería de los defensores del palacio se intensifico, así como el fuego de artillería ligera y de las armas pesadas, mientras los contactos se acercaban a gran velocidad.

El gobernador se acercó a los proyectores tácticos y vio como estos dibujaban las tres naves de descenso, del tamaño de una lanzadera grande, que se acercaban en picado al palacio. Desde las posiciones de los insurgentes surgió un leve fuego antiaéreo, pero las lanzaderas lo ignoraron y la primera llego al patio justo cuando acababan de retirar el último blindado del patio.

Las puertas de la lanzadera se abrieron antes de que dejara de moverse y por ellas salieron treinta marines que se desplegaron rápidamente. Apenas había salido el último marine cuando la lanzadera se elevó y su torreta abrió fuego, cubriendo la segunda que estaba depositando una nueva unidad de marines, para después elevarse y ayudar a la primera en su labor de cubrir a la tercera lanzadera.

En apenas 30 segundos las lanzaderas habían desplegado casi 100 marines en el palacio y se elevaban nuevamente disparando contra las posiciones de los insurgentes. El gobernador Maseda se permitió sonreír. La armada está aquí.

Las estadísticas de la nave de descenso para CEP son las siguientes:

Lanzadera AIK-320 "Sulidae":