Adiós Dunkerque, adiós.
3 de junio de 1940, queda tan solo un día para que la huida de Dunkerque finalice. Lleváis varios días huyendo hacia la costa, pero vuestro viaje ha sido accidentado y con constantes retrasos. Estáis desesperados, rodeados de tropas del eje y sabiendo que no llegaréis a tiempo para salir de Francia. Sin embargo sabéis que aún podéis hacer algo por vuestros camaradas. Puede que vosotros no logréis salir con vida del país, pero no pensáis caer sin dar antes un poco de guerra.
Sabéis que los aviones de la Luftwaffe no han dado cuartel a los vuestros. Escondidos en villas abandonadas, cabañas de caza o pueblos bombardeados habéis sido testigos silenciosos de los cazas sobrevolando el cielo hacia la costa. Entonces, por un golpe de suerte, o quizás por cuestiones del destino, os habéis topado con un aeródromo ocupado por las tropas del eje desde donde un grupo de cazas de la Luftwaffe reponen combustible y se preparan para salir contra Dunkerque.
Lleváis unas horas observando y habéis decidido explotar los tanques de combustible del aeródromo, los cuales están muy cerca de los aviones y seguramente destruya algunos aparatos en el proceso. Es una misión arriesgada, de la que es posible que no salgáis vivos, pero sabéis que será una ayuda para las tropas de la costa. Si es así moriréis como héroes, aunque nadie habrá allí para que la historia os recuerde.
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