Brick, cine negro destilado.
No sé cuántas veces he pensado en ella desde la primera vez que la vi. Quizá demasiadas. De lejos podría parecer pequeña y rara, pero de cerca, todo lo que salía de su figura, gestos, palabras, sonidos y hasta aromas imaginados, formaban un conjunto casi perfecto. Quizá no era la mejor película de género negro de la historia y sin embargo, apenas cruzó el umbral de mi oficina y comenzó a hablarme de su mundo, se convirtió en mi favorita.
Argumento.
Brick es la historia de un grupo de personas lideradas por sus estilos de vida, por sus propios códigos de honor. Sobre todo los de Brendan Frye (Joseph Gordon-Levitt), un estudiante de instituto del sur de California que se implica a fondo en un "caso", los problemas en los que se ha metido su ex novia, Emily (Emilie de Ravin), por la que aún tiene fuertes sentimientos. Cuando Emily le pide que no se involucre, Brendan no podrá evitar hacerlo desde una distancia prudencial. Cuando ocurra lo peor, ejercerá desde ese momento de detective de la trama, al más puro estilo de sacudir los avisperos a ver qué sale de ellos: una trama de tráfico de drogas en la que se entrecruzan los intereses no alineados de camellos, clientes y líderes de la banda. Poco a poco, son demasiados los cables que se cruzan, hasta el punto de que sólo hay una forma de deshacer el ovillo. No la más agradable.
Ahí va un primer trago de la historia para abriros el apetito: (ver vídeo ).
Personajes.
Dirigida por el entonces desconocido Rian Johnson (posteriormente dirigiría y guionizaría éxitos como Looper y Star Wars VII), una de las virtudes de Brick es saber destilar las esencias del cine negro dándoles un marco distinto, aunque no es algo que se haga por primera vez y la referencia a "Bugsy Malone" (1976) de Alan Parker es inevitable.
Los personajes de Brick son lo más interesante de la historia y el ejemplo más claro de adaptación a los criterios noir. Todos tienen dos capas, pero tan estereotipadas cada una de ellas como requiere una película de género. Brendan no parece duro, pero lo es por lo que hace, lo que dice y lo que resiste; sabe que no es fuerte, pero sí que es rápido e inteligente y que ganar las peleas es necesario, por lo que pelea sucio. Su compañero Brian "The Brain" se subordina voluntariamente pero no por la aceptación de la superioridad de Brendan, sino quizá por ser el único que, abusando de él, lo hace con cortesía. Tugger es un matón que podría recordar mucho al Marv de SinCity en sus habilidades y actitudes, pero poco o nada en su nobleza. The Pin (Lukas Haas) es especialmente siniestro por su combinación de aspecto físico absurdo (parece una versión moderna y raquítica de Ignatius J. Reilly) y palabras y gestos mortales; los momentos de conversación entre Brendan y The Pin son los mejores de la película. Mi personaje favorito, con todo, por su duplicidad tan descarada y por su interesada independencia es Kara, más actriz en la vida real que sobre el escenario.
La otra característica que zambulle a Brick en el género negro es la forma de hablar de los personajes, copiada directamente del efectismo pulp, mezclándolo con los conceptos del instituto americano que más recuerdan al cine negro, como los grupos cerrados por intereses o clase social, las visitas al despacho del director o los matones. Permitidme unos ejemplos:
Brendan: ¿Por qué me cuentas esto? ¿A qué juegas?
Laura: Crees que nadie te ve. Almuerzas detrás del edificio, amas a una chica como si ella fuera todo lo que existe en el mundo para ti... Yo siempre te veo. O quizá me gustaba Emily. Quizá veo lo que intentas hacer por ella, tratando de ayudarla y no conozco a nadie que hiciera eso por mí.
Brendan: Vaya, sí que eres peligrosa.
Trueman: Ya ayudaste a esta oficina en el pasado.
Brendan: No, les entregué a Jerr para que lo devorasen, no para verle a usted comer.
Trueman: De acuerdo. Y muy bien expresado.
Brendan: Ingles Avanzado de la Sra. Kasprzyk.
Brendan: A tu musculitos parece encantarle ponerme el puño en la cabeza. Quiero que se largue.
The Pin: Ojito, soldado...
Brendan: O el simio se esfuma o me cierro en banda.
Jugabilidad.
Es evidente que esta película pide Rol Negro. Yo la recomendaría como primera partida para un grupo de personajes nuevo; habría que realizar la creación de personajes hasta que estos llegasen a unos 17-18 años de edad, momento en el cual introducimos esta trama de instituto. Terminada la aventura se pueden terminar los personajes y la siguiente aventura, ya de adultos, podría tener como comienzo una reunión de amigos a petición del contratante, que hubiera ido al mismo instituto que ellos y recordase cómo actuaron entonces.
Un último consejo.
¿Te ves capaz de verla en versión original? Eso espero, por tu bien. Aunque sea con subtítulos. Amigo, el doblaje al español es mortal como una cobra cabreada.
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