1x11 - Ceros y unos (1)

Eva Clausel es una prometedora periodista del diario La Verdad. No hace mucho que ha dado el salto de ser una becaria más a investigar y escribir sus propias noticias. Según se dice es un valor en alza, lista, mordaz, inquisidora, tozuda,… Clara y Eva se conocen por frecuentar los mismos círculos sociales y, aparte, son clientas del Gimnasio Edelweiss localizado en el Barrio Gótico, Bulevard Este, entre Carmen de los Fosos y Río Bermejo.

Por ello no duda ni un momento en contratar los servicios de su agencia. Le han robado el portátil por el método del estirón. Los dos 'delincuentes' iban en una moto y se lo arrancaron violentamente. Las magulladuras y pequeñas heridas que se hizo al caer al suelo son lo que menos le preocupa. Ni siquiera el valor del portátil en sí. Su intranquilidad se focaliza en ciertos ficheros que contiene.

No hay problema en perder los datos ya que tiene copia de seguridad. La inquietud es el contenido. Lleva un tiempo tras un tema muy peliagudo que, de poder llevar la investigación a su fin, seria un buen espaldarazo a su carrera periodística, amén de sacudir a Cunia. El disco duro está encriptado pero ello no es óbice para que, con tiempo, se pueda acceder a la información. Aunque a todas luces parece el robo de unos vulgares rateros, Eva cree que realmente se lo arrebataron para intentar acceder a su investigación. Por el momento, para no poner en peligro a nadie más, le pide a Clara que trate el caso como un robo del que se desea recuperar el artículo sustraído.

Pone en manos de Andrés el tema tecnológico, para ver si puede localizarlo aprovechando el programa que tiene instalado para estos menesteres. Mientras tanto Clara se pasea por los antros que conoce 'negocian' con material de dudosa procedencia. Tiene una somera descripción de los dos jóvenes y su moto. Con ella y cierta persuasión intenta sacar información válida. Unos vagos datos, sacados casi con sacacorchos, y la nulas pesquisas de Andrés sobre su posible localización, que les hacen suponer que, o bien está apagado desde el robo o si alguien lo tiene para intentar acceder está en algún sitio aislado para evitar que se conecte de ninguna manera y ser rastreado.

Por ello deciden seguir con los dos datos conseguidos por Clara. Picoteando aquí y allí llegan a situar a los dos posibles sospechosos en el Barrio Libertad. Ello hace necesario que Clara tire de cierto contacto en la zona, del que consigue identificar a los ladrones. Además le comenta que últimamente se les ha visto acudiendo con sus botines a un almacén abandonado por la zona del Barrio del Puerto. Han debido de encontrar un nuevo jefe se les supone.

Una ronda de vigilancia intensiva por la zona descrita logra que den con la moto en una zona de almacenes abandonados. Una posterior búsqueda les lleva a uno de estos, de un pequeño tamaño, y en el que encuentran una escalera que parece bajar a un sótano. Un sótano que se adentra bastante en el subsuelo y de paredes de hormigón.

Y allí, entre material robado y revuelto, encuentran los cadáveres de los dos jóvenes, apuñalados repetidas veces. El portátil de Eva se encuentra entre un montón de componentes, destrozado e inservible…

Continuará...