¡Universo!
Este mes traemos la reseña de un cómic de ciencia ficción de autoría española, publicado inicialmente a través de la web Panel Syndicate, que aloja trabajos de autores independientes en formato digital, sin DRM y en paga lo que quieras. En España y en papel se ha publicado a través de la editorial Astiberri en un tomo recopilatorio. Se trata de historias autoconclusivas pero conectadas entre sí en las que el brillante guión y el estupendo dibujo, ambos de Albert Monteys (al que muchos conocerán por su trabajo en la revista El Jueves), nos harán pasar muy buen rato leyendo sobre razas extraterrestres que han trascendido, viajes espaciales que duran décadas, desplazamientos temporales, capitalismo futurista, matrimonios de humanos con androides, una IA que se presenta a alcalde…
Un cómic para fans de Exo
Una de las virtudes de EXO es la amplitud de su mundo de juego. Con una galaxia entera que explorar, múltiples naciones con sus propias culturas, y dentro de cada una cientos de planetas con sus propias sociedades, por no hablar de todos los planetas aún por explorar, el juego permite dejar volar la imaginación y plantear casi cualquier premisa de ciencia ficción.
Ese espíritu enlaza perfectamente con el cómic ¡Universo! en el que cada número plantea un problema de enormes dimensiones, único, nuevo, que en muchos casos altera dramáticamente la sociedad en la que tiene lugar.
Un par de historias tienen que ver con viajes en el tiempo; esta tecnología en principio no es posible en el universo de EXO. Sin embargo, el empresario megalómano de "¡El pasado es ahora!" que pretende que toda la vegetación del planeta provenga de una cepa patentada por él y por tanto le pertenezca, encaja perfectamente en nuestro juego. Qué demonios; encajaría perfectamente en nuestro mundo actual (te miro a ti, Monsanto). En el mismo número, que un explorador espacial inicie en secreto una raza inteligente en un planeta deshabitado sería un gran gancho de aventura.
En "Desconsuelo mecánico en la fábrica del amor" se nos cuenta una historia de género negro que perfectamente podría ambientarse en el Imperio Tyrano, con androides sexuales perdiendo el control. Otro gancho de ese mismo número sería una IA intentando ser considerada un ciudadano más, con capacidad para ejercer los mismos derechos democráticos que el resto de personas de la nación.
El lanzamiento de una serie de misiones simultáneas a varios planetas con posibilidad de albergar vida y la intención de integrar a las especies que se encuentran en una nación sería el tipo de proyecto propagandístico que el presidente Ayala pondría en marcha sin duda. La raza extraterrestre descubierta además en este capítulo ("Lo que sabemos de Taurus-77") es muy interesante para incluirla en una campaña de Exo. Quizás solo personajes con poderes PSI puedan comunicarse con ellos. El desarrollo de tecnologías para hacerlo, como las máquinas que usan los ognis podría ser un gancho de aventura de espionaje industrial.
Esa misma raza en un estado anterior de evolución aparece en el cuarto capítulo "Lo que sabemos del planeta tierra". De este número, su forma de reproducción es un estupendo ejemplo de cómo la vida se abre camino de formas muy originales cuando tienes toda una galaxia donde mirar. Qué maravillosa aventura surgiría para un grupo de exploradores que llegasen a un mundo como este justo en ese punto de evolución de la especie.
Reconozco que me cuesta horrores encontrar una semilla de aventura para "¡La Cristina del mañana!" La historia depende tanto del concepto de viajes temporales que… Sin embargo, una persona con un nivel alto de clarividencia podría verse en un problema similar al que sufre la protagonista del último número del recopilatorio, con algún cliente realmente furioso con las predicciones acertadas y dramáticas.
En resumen, este cómic, premiado en España y finalista incluso en los premios Eisner nos puede aportar muy buenas ideas, además de ser en sí misma una lectura agradable, estimulante, que creo que vas a devorar de una sola tacada pero también releer varias veces.
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