Septiembre 2016

Polémica incautación del presidente de Cunia

Tras una detención de un narcotraficante internacional que pretendía instalar una base de operaciones en la ciudad, el gobierno federal ha aplicado, por primera vez, una polémica ley aprobada en la anterior legislatura y que le permite quedarse con los bienes incautados para uso del gobierno o la ciudadanía. El gobierno ha pretendido donar las obras de arte al museo de la ciudad, pero este las ha rechazado diciendo que son de muy mal gusto y escaso valor artístico. El gobierno, por su parte, se ha quedado con algunos vehículos, entre los que destaca un Lincoln Continental modelo 2017 que aún no está a la venta. La oposición ha criticado la decisión y ha solicitado que los bienes se vendan y lo recaudado se destine a fines sociales. En respuesta, el gobierno ha expuesto el vehículo de la polémica en su sede para que, según sus palabras, "la ciudadanía compruebe que no se trata de un vehículo especialmente lujoso". Lejos de conseguirlo, los ciudadanos han podido comprobar el alto nivel de dicho automóvil, pero algunos consideran que dará buena imagen a la presidencia.

Trama General

Indignación entre los diputados de Cunia en el Congreso

Tras la votación en el Congreso del pasado 2 de septiembre, los diputados electos de Cunia dieron una rueda de prensa en el Congreso. Se quejaron de las presiones sufridas por la prensa y por las informaciones que aseguraban que el Partido Popular ganaría la segunda vuelta de la investidura porque los diputados de Cunia habían sido comprados. Los lectores recordarán que esto no hubiera sido la primera vez que pasaba, pero, en esta ocasión, los representantes de la ciudad han acusado a los medios de comunicación y a sus compañeros diputados de prejuzgar sus actuaciones. Preguntado por un periodista de un conocido medio nacional si entonces debíamos asumir que los del "no" les habían pagado más, los diputados, enfadados, abandonaron la sala.

Trama General

El juez ordena prisión incondicional para un miembro de la ejecutiva del sindicato.

El pasado marzo de 2015 un hombre murió arrollado por el metro de Cunia. Las investigaciones posteriores demostraron que había sido empujado y, gracias a las investigaciones de la Agencia malaya, se detuvo al autor material de los hechos. El presunto asesino moriría en la cárcel poco después y el caso se cerró sin más investigaciones. Sin embargo, el juez de instrucción número10, tras un escrito presentado por la familia de la víctima y la confesión manuscrita de su presunto asesino, creyó que había indicios suficientes para seguir investigando.

Cinco agentes judiciales se personaron en la casa de Emilio Robles cerca de la medianoche y se llevaron detenido a este dirigente de un sindicato de trabajadores del metro. Su familia, su mujer y dos hijas, estuvieron presentes durante la detención y los agentes tuvieron que separarlas pues trataban de evitar que se lo llevaran abrazándose a él. Los vecinos increparon a la policía por la detención.

Trama Expansión

Los cuerpos hallados en la playa de Cunia hace dos meses murieron en agua dulce

Las investigaciones forenses han revelado que los cadáveres de los tres subsaharianos se ahogaron en agua dulce, no en el mar como pareció en un primer momento. La policía ha descartado que se trate de una vendetta entre bandas rivales y se refuerza la hipótesis de STOP Racismo que acusaba de una operación encubierta de limpieza de las playas. La policía espera que el contenido bacteriológico del agua pueda dar una pista del lugar donde fueron ahogados y torturados, aunque cree que sin más datos será difícil localizar a los autores del crimen.

Trama Vendetta

Detenido ciclista bomba en el bulevar

Un joven de origen árabe ha sido detenido por la policía cuando circulaba por un carril bici en el bulevar. Otros ciclistas habían llamado la atención sobre el detenido pues iba excesivamente vestido (con chaqueta a 35 grados) y era evidente su mal manejo de la bicicleta. La intuición de los ciudadanos mostró ser acertada porque el detenido llevaba un chaleco de explosivos bajo su chaqueta. Por fortuna, el sistema no estaba armado y la detención se pudo realizar sin víctimas. Los policías creen que el ciclista esperaba llegar a algunos de los cruces más grandes para activar y después detonar la bomba. Se calcula que las víctimas podrían haber superado la decena. Fuentes no oficiales han comentado a La Verdad que parte de la carga no explosiva del chaleco eran tiras de papel con un número escrito en ambas caras: 230

Trama 230

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