Nº: 237 . 3ª época. Año VI
Operaciones: 41-11 Operación Flipper Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 
 
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Operación Flipper

Estamos a finales de 1941 y la situación para los británicos no es muy halagüeña. Los soviéticos lo están pasando mal en el este y los alemanes podrían alzarse con la victoria en las estepas rusas, lo que dejaría a los británicos, de nuevo, solos contra el imparable (hasta el momento) ejército nazi. Urgía expulsar al Eje del norte de África, lo que permitiría asegurar la ruta corta de abastecimiento a través del Mediterráneo y, a la vez, abriría la posibilidad de abrir un segundo frente en el sur (Francia, Italia o Grecia eran firmes candidatos). Sin embargo, el Afrika Korps, dirigido con bastante acierto, por Rommel se interponía en la planificación estratégica británica.

Fue el Octavo Ejército (rival del Afrika Korps en las arenas de Libia y Egipto) quién propuso una misión de comandos para atacar el cuartel general alemán y acabar con la vida de su comandante en jefe. Hay que decir que esta misión se diferenciaba de misiones previas que tenían objetivos militares, de identificación u observación. Era la primera que se planificaba algo para matar a una persona, aunque, en su defensa, diremos que la muerte de Rommel no era el objetivo oficial de la misión, sino desbaratar el cuartel general enemigo antes de la operación Crusader (ataque del 8º Ejército a las posiciones del Eje en el norte de África). Dicho de otra forma, no se decía lo de matar a Rommel, pero estaba implícito en la orden de desbaratar el mando alemán.

El teniente-coronel Robert Laycock y el teniente-coronel Geoffrey Keyes fueron los responsables de planificar y dirigir la operación. Laycock se encargaría de proteger la retirada de los comandos (tema sobre el que había expresado muchas dudas) y Keyes el responsable del asalto al Cuartel General alemán.

[F]El HMS Torbay fotografiado en 1943. Imagen del Imperial War Museum. Dominio Público.

Keyes, junto a 25 comandos, embarcó en HMS Torbay (un submarino de la clase T) que le llevaría en la noche del 14 al 15 de noviembre hasta la playa Khashm al-Kalb, cerca de la ciudad de Hamama, a unos 400 kilómetros detrás de las líneas enemigas. Los comandos desembarcaron en canoas guiadas por dos tripulantes del SBS (Special Boat Section). Laycock y otros 25 comandos llegaron a la zona en un segundo submarino de la clase T, el HMS Talisman. Sin embargo, solo pudieron desembarcar a 7 hombres de los 25 previstos (algunos se ahogaron en el intento).

Fuera de la playa, los comandos contactaron con Haselden, un miembro de la LRDG (Long Range Desert Group) que habían llegado por tierra y cuya misión era ayudar a los comandos en el desembarco, pero que se retirarían una vez comenzara la misión. Ante la reducción de efectivos, Laycock decidió dividirlos en 3 grupos (en vez de los 4 previstos): Laycock y 3 hombres se quedaron en la playa asegurando el punto de reunión (y huida), Keyes se llevó a 25 hombres para atacar el cuartel general alemán, y el teniente Cooke y seis comandos tenían la misión de destruir las instalaciones de comunicaciones de Cyrene (cercano a su posición).

[F]Geoffrey Keyes. Imagen del Imperial War Museum. Dominio Público.

La misión más complicada fue la de Keyes, claro. El cuartel general estaba a tres días de camino, subiendo algunas estribaciones y recorriendo canales y barrancos de noche para evitar ser descubiertos. Además, el tiempo no acompañó y llegó a ser tan malo que los guías árabes se negaron a avanzar hasta que no amainara. Keyes los dejó atrás y continuó. Tras esto se encontró con un grupo árabe armado con fusiles italianos (a todas luces del otro bando) quienes a cambio de un soborno en moneda italiano se comprometieron a llevar al grupo hasta el Cuartel General.

El asalto al objetivo no fue como se esperaba. Tuvieron dificultades para encontrar un acceso y, al hacerlo, se toparon con algunos soldados de guardia. La escena es muy "rolera" así que la contaremos. El segundo al mando, Campbell, sabía llamar alemán, así que llamó a la puerta y pidió entrar. El guardia del interior abrió confiado siendo deslumbrado por la linterna del segundo mientras Terry (tercero al mando) trataba de matarle de una cuchillada, pero falló (alcanzó el abrigo del centinela) y este forcejeo y gritó haciendo que todos supieran que estaba pasando algo. El intercambio de disparos posterior fue inevitable.

Keyes y Campbell empezaron a registrar las habitaciones una por una y, en una de ellas, fueron recibidos a tiros. Keyes resulto herido de gravedad (moriría poco después) y su segundo al mando caería herido, al parecer, por fuego amigo. Esto dejó el mando en manos del sargento Jack Terry, que perdido el elemento sorpresa, dio la orden de retirada hacia la playa. No tuvieron suerte en la retirada pues se toparon con una unidad de paracaidistas italianos (según las crónicas buscaban a los atacantes de Cyrene). Tras varios intercambios de disparos los británicos se hicieron fuertes en una cueva, pero la mayoría lucían alguna herida. Se acabarían rindiendo ante la amenaza del oficial italiano (el subteniente Mercuro) de utilizar lanzallamas.

La cosa no fue más sencilla en la playa. El mal tiempo impidió el reembarco y Laycock y sus hombres fueron descubiertos por gendarmes italianos de la zona, quienes avisaron a las tropas alemanas y entablaron combate con los británicos. Viendo que no podían superar a sus enemigos, Laycock dio la orden de separarse y que cada uno tratara de alcanzar territorio Aliado o neutral por sus medios. Muchos fueron capturados, pero Laycock, el sargento Terry y uno de los pilotos del SBS (John Brittlebank) sobrevivieron 37 días en el desierto hasta que fueron encontrados por las tropas británicas.

La operación fue un fracaso (se mire por donde se mire), pero para añadir más escarnio, Rommel nunca estuvo en ese cuartel general ya que era el cuartel del centro logístico de Beda Littoria (o no supieron entenderse con los árabes o estos les llevaron mal a propósito). Por si fuera poca la mala suerte, días antes de la operación, Rommel se había marchado a Italia para hablar con el Alto Mando y tratar de conseguir más refuerzos para sus tropas. Cuando se enteró del ataque, el general alemán replicó: "los Aliados deben conocerme poco si creen que mi Cuartel General está a 400 kilómetros del frente". Y, en verdad, Rommel tenía el defecto (aunque esto daría para un debate mucho más profundo) de estar más cerca de la primera línea.

El resumen de la operación fue: dos británicos muertos (uno de ellos Keyes) sin contar a los ahogados previos al inicio de la operación, 28 capturados (3 de ellos heridos) y 3 escapados. Los alemanes perdieron 4 hombres. Estos, junto el cuerpo de Keyes, fueron enterrados en un cementerio católico cercano por orden de Rommel.

Mucho se ha discutido entre los historiadores de la Segunda Guerra Mundial si la operación Flipper tenía como objetivo el Cuartel General o Rommel. Testigos supervivientes del HMS Torbay aseguran que en el discurso previo a la misión Keyes informó a los comandos que tenían que cazar a Rommel, pero es cierto que esto no se menciona en la planificación de la misma. Por otro lado, no fue la última vez que los Aliados lo intentaron (en Julio de 1944 lo volverían a intentar: operación Gaff).

Otra de las polémicas de la operación fue la elección de Keyes como oficial de la misma. Al parecer su carrera se debía más a la amistad de su padre con las altas esferas que a sus capacidades. De hecho, se dice que era miope y ligeramente sordo, cualidades que no le señalaban como comando.

 
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