Granada Eisil Anarcótica
Otro tipo (¡Y ya van tres! ver artículos anteriores sobre Armamento de la UPL y la Granada eisil ) de exóticas granadas usadas por los eisil que, hasta hace apenas unos años, eran desconocidas para el resto de la galaxia.
Oficialmente denominada modelo AUR-19 y más conocida como "granada anarcótica", se trata de una granada de gas que libera un agente químico capaz de reducir al enemigo sin dañarlo. Tienen la forma de un dodecaedro dorado, a menudo decorado con motivos geométricos o tribales, con un fino cristal opaco que se rompe con el impacto contra el suelo (o mediante un mecanismo temporizador). Las granadas anarcóticas han sido vistas en dos formatos: pequeño y grande. El pequeño tiene el tamaño de una granada de mano, puesto que esa es precisamente su función. El grande es empleado a modo de mina o bomba-trampa, aunque también puede ser lanzado con cierta dificultad. Ambos modelos liberan un gas incoloro e inodoro que, al parecer, afecta a la mayor parte de las especies conocidas (aunque no se ha visto a prueba más que contra una pequeña muestra de ellas). La composición de este "gas anarcótico" es desconocida, puesto que no ha sido posible recoger muestras y los análisis realizados a sus víctimas no han arrojado ninguna luz sobre la misma (al parecer se metaboliza muy rápidamente).
Los efectos del gas anarcótico en la psique se caracterizan por variar enormemente de un individuo otro, de una especie a otra y de una situación concreta a otra. Se considera que los efectos del gas anarcótico son en gran medida imprevisibles y que dependen del contexto de la exposición y de la situación mental particular en que se encuentre el objetivo que la sufre. De acuerdo a las investigaciones llevadas por el Instituto de Investigación sobre Salud Mental (un departamento de la prestigiosa Facultad de Medicina de Oeon (el centro médico más avanzado de toda la galaxia), podemos establecer que los efectos psicológicos del gas anarcótico son los siguientes:
A corto plazo el gas afecta al estado de ánimo. En líneas generales, el individuo que resulta expuesto entra en un estado de susceptibilidad emocional que lo pueda llevar tanto a la tristeza intensa como a la euforia, que tiende a derivar en muchos sujetos en sensaciones de omnipotencia. En ocasiones el gas produce un aumento de la ansiedad mientras que en otros casos hay un descenso de los niveles de ansiedad que puede permitir al individuo hablar de temas que normalmente le resultan vergonzantes, dolorosos o difíciles de afrontar. Los sujetos tienden a preocuparse solamente por los eventos que suceden en el momento inmediato y a perder interés por los eventos del futuro y del pasado. Muchos manifiestan un súbito interés por las relaciones interpersonales con sus compañeros y camaradas de armas. Esto deriva muchas veces en una incrementado facilidad para sentirse herido por los demás o ignorado, pero en casos extremos también puede ocasionar reacciones paranoides (más frecuentes entre personalidades con predisposición a las mismas, como es el caso de muchos militares).
Con frecuencia se presenta una mayor sensibilidad a los estímulos sonoros y visuales, leves distorsiones de la imagen corporal y otras distorsiones visuales que suelen ser ilusiones, aunque pueden en ocasiones llegar a ser alucinaciones muy reales. También es habitual la sinestesia de todo tipo (música que produce visiones, imágenes visuales que producen olores, etc.). También se han dado varios casos de alteración de la percepción del tiempo (sentir que el tiempo se detiene, o que el tiempo va hacia atrás o que se acelera, etc.), así como una percepción alterada del mundo externo como algo inestable y escurridizo, etc.
La sustancia suele estimular los procesos del pensamiento, ocasionando el paso acelerado de una idea a otra. Puede ocasionar una disrupción del pensamiento o de los conceptos. Esto se ha interpretado como confusión o pensamiento psicótico, pero también se le ha considerado como un impulso creativo. Por último, y quizás como efecto más interesante, el gas anarcótico tiende a producir sentimientos de unidad con el entorno, una sensación de comprender la vida y la existencia, inspira experiencias religiosas y una fuerte tendencia a pensar en términos existenciales. Estos efectos se interpretan como el resultado de la acumulación de los anteriores efectos cognitivos y emocionales producidos por el gas.
La versión pequeña de la granada anarcótica emplea las reglas habituales de granadas, mientras que la versión grande puede arrojarse a cierta distancia con la habilidad Lanzar o bien programarse verbalmente (el mecanismo solo admite el idioma eisil, sin emtrades que valgan; es necesario hacer una TA de idioma para programarlo) para que se activen al cabo de un determinado plazo de tiempo (que puede ser incluso de años), liberando lentamente su carga durante varios minutos (tantos minutos como el resultado del dE de la TA de Lanzar o de Idioma).
Los primeros efectos se manifiestan en cuestión de minutos. El individuo expuesto al gas anarcótico debe realizar una TA de VITalidad o quedar sujeto a los efectos de la misma durante tantas horas como el resultado del dE de dicha tirada. En los boron, los efectos son permanentes, lo que en la práctica suele suponer que sus víctimas son ejecutadas por sus camaradas a menos que sean abandonados o se pierdan (¿Alguien quiere sacar un boron existencialista en sus partidas?).
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