Escorpión gigante del desierto
(Harena Jaekelopterus)
Como su nombre indica, el escorpión gigante del desierto, habita en entornos calurosos y arenosos. Mide unas tres varas de largo y una de ancho, aunque es muy plano, apenas un puño de altura. En la cabeza tiene dos mandíbulas externas. Las primeras son muy grandes y están armadas con púas que le sirven para atrapar y retener a sus presas. La segunda, más articulada, la utiliza como si fueran brazos para llevarse la comida a la boca. Esta segunda tiene dos fuertes pinzas capaces de arrancar trozos de la presa si esta es muy grande. Su cola está formada por varias corazas anidadas que oculta un gran número de pequeñas patas (no muy largas) que mueve de forma descoordinada. En el tronco tiene dos pinzas atrofiadas que recuerdan a una aleta y que utiliza para girar en la arena (abriendo una u otra según donde quiera dirigirse) y para saltar y sorprender a sus presas. Es capaz de saltar hasta dos pasos con un solo impulso de sus aletas.
Mucha gente cree que el escorpión gigante del desierto se mueve debajo de la arena, pero es la forma de desplazarse la que da esa impresión. Las piernas de la cola le dan impulso y la arena pasa por encima el cuerpo que recuerda un poco al de una tortuga alargada. Además, su color no permite distinguir bien que partes de su cuerpo están expuestas y que partes están cubiertas por la arena que el mismo empuja en su avance. Además, el apéndice final de la cola va moviéndose en zigzag borrando las huellas del paso del escorpión. Aunque casi todos los animales del desierto le ganan en velocidad sobre la arena, su avance es sigiloso (suena como la misma arena que cae de las dunas) y normalmente pilla a sus presas desprevenidas (TA de Alerta).
Carecen de ojos, pero un par de antenas en los laterales de la cabeza le permite sentir las vibraciones en la arena a casi una jornada de distancia y son unos infatigables acosadores de sus presas. Son carnívoros y se alimentan, principalmente, de roedores y pequeños mamíferos. Suele cazar en solitario, siguiendo sigilosamente a una presa hasta que esta se detiene para descansar o dormir. Si están muy hambrientos pueden atacar a criaturas más grandes y si las presas son numerosas (o hacen mucho ruido) varios escorpiones pueden aparecer por la zona. No son territoriales, por lo que la presencia de varios individuos no provocará enfrentamiento entre ellos. Por razones y mecanismos desconocidos, son capaces de coordinar sus ataques para que ocurran todos al tiempo.
Los casi extintos gruba, al menos los que vivían en la zona del desierto, lo consideran un manjar. Les cortan las aletas, les dan la vuelta y dejan que se sequen al sol. La carne reseca del interior queda muy sabrosa.
Aunque comparten desierto, es difícil ver a escorpiones gigantes y escorpiones de fuego cerca. Ya que suelen atacarse nada más sentirse. La falta de territorialidad de los escorpiones gigantes no se aplica a los de fuego. De todas formas, sus zonas habituales no están cerca y si alguna vez se encuentran es porque un gigante ha perseguido a su presa hacia el norte más tiempo del debido.
Escorpión gigante del desierto
FUE 4/12. Iniciativa 18, Avistar 15, Esquivar 11, Fondo 11, Sprint: 3, Rastrear: 10, Esconderse: 15. Ataque pinzas externas (Tipo I, presa): 16. Ataque pinzas mandíbulas (Tipo I, mordisco): 16. Ataque aletas (Tipo 0, golpe): 16. Puntos de Desarrollo: 30.
|