Así en la tierra como en el cielo

Intro

Los PJ se encuentran de paso en un sistema llamado Panacil (sector Berast), un pedazo de roca verdosa con una población de algo más de 300.000 habitantes al servicio de la megacorporación Hedgerson (se trata de una colonia corporativa). Panacil es un sistema formado por tres gigantes de gases y un único planeta habitado: Panacil-Prime, una colonia que, para su reducido tamaño, posee un avanzado astropuerto y astillero así como un importante nodo comercial en órbita en el que se lleva a cabo un gran volumen de negocios, que es precisamente lo que ha traído a los PJ hasta este lugar…

El grupo ha llegado hace apenas unas pocas horas con un flete en el que, para variar, todo ha ido como la seda y les ha supuesto cobrar una suculenta comisión. Por este motivo se encuentran celebrándolo en la superficie del planeta, disfrutando de una opípara comilona en una marisquería situada frente a un pintoresco y soleado paseo marítimo.

Los PJ se encuentran relajados y satisfechos cuando, repentinamente, se interrumpe el programa de deportes que estaban viendo (grabaciones de viejos partidos clásicos de pel·les) y la pantalla ofrece imágenes en directo de la gran sala de embarque del astropuerto orbital. El lugar en donde, se supone, en estos momentos los operarios están descargando y reabasteciendo su nave.

En la imagen, una atractiva mujer rubia informa de que, desde hace escasos minutos, una fuerza militar desconocida está intentando tomar control del astropuerto. La reportera informa de que se está librando un encarnizado combate en el exterior de la estación entre los atacantes y la fuerza de defensa espacial local. Mientras relata lo sucedido se escuchan ráfagas de disparos y una lejana explosión hace temblar la estructura, haciendo tambalearse a la periodista. Comienza a sonar la alarma antiincendios y se cierran los iris de seguridad que sellan las mamparas plásticas de las paredes. El robocámara cambia de plano y se ve a varias personas huyendo así como a un par de agentes de seguridad de la estación corriendo hacia el fondo de la sala con pistolas en la mano.

En ese momento, los PJ escuchan sobre sus cabezas el estampido de una nave que ha roto la barrera del sonido. Una lanzadera de asalto desciende en picado desde la órbita sobre la ciudad…

La lanzadera levita durante un instante a unos cien metros de altura y deja caer cuatro aeroblindados ligeros, que inmediatamente encienden sus motores antigravíticos y se dirigen a diversos puntos de la urbe. Segundos después, una segunda lanzadera desciende del cielo siguiendo la estela de su hermana. Al parecer, Panacil-Prime está siendo ocupado militarmente…

Todos los clientes de la marisquería se han quedado helados y están mirando en silencioso estupor el cielo o las noticias, ya sea en la pantalla o bien a través de sus dataópticos personales. Si los PJ siguen mirando el parte, éste continúa ofreciendo confusas imágenes del astropuerto, en donde continuamente se escuchan ráfagas de disparos de fondo. Tras unos minutos, varias figuras ataviadas con uniformes militares entran en la sala de embarque y se despliegan, tomando posiciones defensivas. La rubia se tira al suelo con las manos sobre la cabeza gritando "¡Prensa, prensa!" y uno de los asaltantes le grita que se quede quietecita. Un humano fornido de piel oscura con el pelo cortado a cepillo se acerca al robocámara, que se ha quedado enfocándole en medio plano. Sobre la lámina cerámica que cubre su pecho una placa anuncia su nombre y rango: "Brg. F. Perth". El hombre se acerca al objetivo y dice:

- Esta es una operación militar de Boinas Negras S.L., comisionada por la megacorporación Syntex al amparo del Convenio Bélico Multicorporativo de 3441. La documentación legal que respalda nuestras acciones está siendo enviada al gobierno de la colonia en estos mismos instantes. Ciudadanos de Panacil-Prime, despejen las calles y las pérdidas y daños materiales serán mínimos. Gracias por su colaboración.

Tras lo cual desenfunda una pistola de su cinturón y dispara al objetivo del robocámara. La pantalla se va a negro…

Otro par de lanzaderas descienden del cielo, oscureciendo el sol sobre la ciudad. Los clientes y empleados de la marisquería se levantan y salen corriendo hacia sus casas ¿Qué es lo que hacen ellos? Intentar regresar al astropuerto no solo es peligroso sino que es imposible (el servicio de transporte público órbita-superficie ha quedado interrumpido). Lo más juicioso sería procurarse un alojamiento antes de que las tropas de ocupación les sorprendan en las calles y les detengan…

Qué ha pasado

Los mercs han sido contratados por Syntex, una megacorporación rival de la Hedgerson, la corporación que gobierna el planeta. Los atacantes están asaltando y tomando el control de los edificios clave de la ciudad: oficinas administrativas de la Hedgerson, comisaría policial, centro de tráfico aéreo local, estación de transportes, etc.

Durante las siguientes seis horas se producen combates intermitentes entre los mercenarios y la Policía local, la cual se encuentra en franca desventaja. Finalmente, el Director Ridler, máxima autoridad de la colonia, es detenido y no tiene otra opción que dar la orden de rendición a las fuerzas que siguen luchando.

Una media hora después los Boinas negras difunden un comunicado a través de la esfera de datos local en el que aseguran que se encuentran en una misión de rescate. Los mercs dicen que un importante ejecutivo de Syntex fue secuestrado hace unos días y que se encuentra retenido contra su voluntad en la ciudad por la Hedgerson. Ante este anuncio, en el canal local se improvisa rápidamente un debate en el que un portavoz de la compañía niega tajantemente estas acusaciones. Algunos de los tertulianos indican otras posibles razones para la invasión, como que simplemente se trata de un movimiento empresarial especialmente agresivo; una mujer de piel azulada incluso insinúa que todo esto no es más que un intento desesperado de hacer subir la cotización en bolsa de la Syntex, que se había desplomado en las últimas semanas. La discusión termina súbitamente cuando varios mercenarios irrumpen en el plató y cortan bruscamente la emisión.

Un trabajo sencillo

Esa noche, los PJ son contactados en su alojamiento por un hombre que se identifica como Farret, directivo de la Hedgerson y "Delegado del área de crisis" del gobierno de la colonia. Farret les dirá que, a diferencia de los demás jefazos locales de la Hedgerson, él ha conseguido eludir la detención. Les explica que en estos momentos él es la máxima autoridad del gobierno legítimo de la colonia y que el mismísimo director Ridler le encomendó la tarea de coordinar los esfuerzos de resistencia y subversión en el caso de que se diera una situación como la que ahora están viviendo. La cuestión es que Farret ha comprobado los antecedentes de los PJ en los bancos de datos de la compañía y está interesado en contratar sus servicios para resolver los dos problemas que ha causado la invasión.

El primero, y el más obvio: el gobierno de Panacil-Prime solo cuenta con un reducidísimo número de efectivos militares, realmente más un cuerpo de policía que un ejército. Además, casi todos sus mandos se encuentran detenidos y al resto se les ha implantado un chip de control de movimientos para tenerlos localizados. Farret les dirá que, siguiendo el "protocolo de invasión establecido", acaba de dar orden de "movilización" al Cuerpo de Reservistas Civiles de Panacil, un cuerpo de voluntarios "altamente preparado y motivado". Si alguno de los PJ tiene el trasfondo apropiado, se dirigirá directamente a él y le dirá que Panacil precisa de personal entrenado y con experiencia militar capaz de liderar a los milicianos.

El segundo problema es incluso más apremiante. De los seis pilotos que componían la fuerza de defensa orbital local, dos murieron enfrentándose a los mercenarios en el asalto a la estación y los otros cuatro han resultado capturados. Según sus datos, los PJ tienen amplia experiencia como tripulantes espaciales y podrían ser capaces de pilotar una de las naves... con lo que llegamos al meollo del asunto: está dispuesto a ofrecer una compensación económica de hasta 12.000 e. por cabeza, aunque inicialmente ofrecerá menos (con la intención de embolsarse la diferencia). Además, prometerá una prima no especificada y otras futuras prerrogativas (exención de tasas en el astropuerto, reparaciones y repuestos gratis, etc.) en caso de que obtengan un "éxito completo" en la misión que va a encomendarles, en el caso de que acepten.

Si los PJ aceptan, Farret explicará lo que espera de ellos: en una instalación a cierta distancia de la ciudad se encuentran almacenados cuatro satélites de combate que estaban destinados a formar la futura rejilla de defensa planetaria local. El gobierno de la colonia lleva meses retrasando deliberadamente su despliegue debido a temas presupuestarios: aún no ha terminado de pagarlos del todo y, según las clausulas del contrato firmado con el pobre suministrador, no tenía que hacerlo hasta que no estuvieran en funcionamiento. Sin embargo, la actual situación de crisis proporciona la perfecta cobertura legal para que la Hedgerson pueda poner en funcionamiento los satélites antes de pagarlos. Varios tecnos están trabajando a marchas forzadas en ellos para activarlos así como intentando poner a punto una nave que pueda desplegarlos en órbita. Y aquí es donde entran los PJ. Farret quiere que piloten esa nave.

Los satélites, controlados remotamente, pueden disparar tanto contra blancos en el espacio como contra objetivos en superficie y sin duda serían una seria amenaza para las fuerzas enemigas (según los datos de Farret, su nave nodriza está desarmada y las lanzaderas de asalto solo llevan armamento ligero). Así pues, Farret quiere que los PJ coordinen a los milicianos y protejan la instalación hasta que los tecnos terminen de poner a punto todo. Y que luego desplieguen los satélites en órbita. En sus propias palabras: "un trabajo sencillo".

Así en la tierra…

Los PJ son trasladados hasta las afueras de la ciudad en un vehículo discreto. Si así lo desea, el DJ podría crear en este punto alguna complicación adicional. Se ha dado orden a la población de permanecer en sus casas excepto por motivos de urgencia, por lo que las calles se encuentran vacías y la presencia de un vehículo en las mismas podría resultar sospechosa para una patrulla especialmente suspicaz. Una persecución por las calles de la ciudad podría ser el resultado de sus recelos.

Sea como sea, a unos treinta kilómetros de la urbe se encuentra un pequeño aeródromo civil en cuyo hangar principal se esconden los satélites que deben desplegar. Varios tecnos se afanan en terminar de ponerlos en funcionamiento así como en reparar una vieja lanzadera de enlace fuera de servicio. A los pobres tecnos no les vendría mal la ayuda de alguien más ducho que ellos en estas lides...

Una vez en el aeródromo, los PJ son recibidos por una mujer de unos noventa años que se presenta como Loreto Mylan, capitán del Cuerpo de Reservistas Civiles de Panacil (CRCP). Mylan, que fue soldado cuando era joven (luchó como infante de marina en la guerra contra los verrianos), les explicará que los reservistas son civiles que voluntariamente reciben una instrucción mínima (quince días al año) y colaboran puntualmente con las fuerzas de Seguridad de Panacil en materia de protección civil. Nada en su adiestramiento les ha preparado para participar en un conflicto bélico real. Efectivamente, Farret les mintió sobre su nivel real de competencia (¿Qué esperaban? ¡A fin de cuentas es un político!).

En cualquier caso, Mylan tiene órdenes de otorgarles el rango temporal de teniente del CRCP, con todos los efectos. Durante esa noche y a lo largo del día siguiente, irán llegando en un continuo goteo los que serán sus hombres: en total poco más de un centenar de voluntarios, un tercio de los que esperaban. El resto de los reservistas o no ha podido o no ha querido responder a la orden de "movilización".

Para los PJ pronto será obvio que sus tropas apenas poseen un rudimentario entrenamiento, del todo inadecuado para enfrentarse a mercenarios profesionales. En cuanto al equipo disponible, éste está en buen estado pero resulta bastante limitado: corazas ligeras de monómero de duraluminio (protección 2/4 en torso), cascos abiertos del mismo material (semiprotección 2/4 en cabeza), rifles ligeros AD-T, tres o cuatro Ferend AE-2600, algunos lanzagranadas con material antidisturbios, uno o dos lanzacohetes V-8…

Y sí, querido DJ, el enemigo pronto descubrirá la concentración de los reservistas en el aeródromo. Al día siguiente, los mercs detendrán a un tipo que intentaba llegar al aeródromo saltándose un control. El hombre, muy nervioso, se comportará de forma sospechosa (¡por no decir que lleva en una bolsa su uniforme!) así que será detenido e interrogado. De este modo, los mercs descubrirán la existencia del "punto de reunión" (el aeródromo) del CRCP. Minutos después, un minucioso barrido de sensores realizado desde la órbita por la nave que trajo a los Boinas negras descubrirá la presencia de una nave en el hangar, por lo que las fuerzas de tierra recibirán la orden de asaltar el aeródromo. Por suerte para los PJ, la nave nodriza que transporta a los mercs (un inmenso transporte de agua reconvertido en transporte de tropas) carece de armamento capaz de realizar bombardeos orbitales, que si no…

Unos cuarenta mercenarios (treinta novatos y diez veteranos) respaldados por un aeroblindado dirigirán al aeródromo… con el brigada F. Perth al mando ¿Adivinas cuándo? Exacto, justo cuando los tecnos están a punto de acabar la puesta a punto de la lanzadera (a la que están instalando un cañón ligero).

… como en el cielo.

Los mercs atacarán el aeródromo y los PJ deberán terminar de poner a punto y despegar con la lanzadera (emplea el perfil de una Daedalus) en medio de las explosiones y disparos propias de la batalla. Por cierto, si los PJ no han conseguido cargárselo antes, ahora tendrán que enfrentarse al aeroblindado. Éste les perseguirá en su ascensión y podría llegar a derribar o dañar seriamente la nave.

Una vez en órbita los problemas no habrán terminado aún ya que los Boinas negras aún disponen de un trialón (antes tenían dos, pero el otro fue destruido por los valientes pilotos de Panacil) y éste saldrá a su encuentro en un último y desesperado intento de evitar que desplieguen los satélites (cosa que no podrán hacer si el caza les está hostigando).

Epílogo

Si los PJ logran inutilizar o destruir al trialón podrán desplegar los satélites defensivos. Los mercs quedarán atrapados en el planeta y se verán obligados a alejarse de la órbita planetaria y sentarse a negociar. Su nave nodriza no puede acercarse al planeta sin riesgo a ser dañada y los satélites son muy capaces tanto de destruir las lanzaderas de asalto (si en algún momento es necesario, las lanzaderas de asalto emplean las características de una LAP, pero están armadas solo con un cañón ligero (AL) y tienen capacidad atmosférica) como de disparar hacia objetivos situados en tierra (como un edificio ocupado por los mercs). Dejamos al DJ la resolución final de las negociaciones entre ambas corporaciones. Misión cumplida.

Reparto

Brigada F. Perth

Merc veterano (10)

Merc novato (30)