Insecto Detector - ID23
La corporación MecVen, fabricante de los insectos espía [] y de los insectos asesinos [] (prohibidos, aunque en uso, y fuente de una mala imagen de la compañía ante el público), ha anunciado la fabricación y comercialización de un insecto detector utilizado con fines de seguridad. El portavoz de la compañía se dirigió a este nuevo producto con el apelativo de El Guardián.
El modelo, que recibe el nombre ID23, tiene un tamaño intermedio entre los dos modelos anteriores de MecVen y tiene la capacidad de transportar un sensor muy sensible en su abdomen. Está pensado para volar en entornos cerrados con atmósfera, viviendas, naves espaciales, etc., y es capaz de volar a unos 30 km/h. Puede volar en el exterior, pero si hay vientos superiores a 30 km/h (más fuerte que moderados) se vuelve bastante difícil de controlar y es incapaz de volar con vientos fuertes (60 km/h o superiores).
El insecto detector se suministra con una software de control que permite manejarlo desde una pantalla de datos. En la demostración el portavoz de la compañía lo manejó con un visor de datos delante de un ojo. Esto hizo que surgieran algunas especulaciones sobre la posibilidad de manejarlo con un dataóptico. Al parecer es posible, pero bastante complicado (la compañía no lo recomienda - +1 GD a la TA de Operador). Afortunadamente, el ID23 no requiere que lo piloten, una vez programada su patrulla (una superficie a controlar) una mini IA en su diminuta cabeza hará que la recorra siguiendo un patrón recurrente que le permite pasar dos veces por el mismo lugar cada ciclo.
La capacidad de detección del insecto es bastante alta (20 en TA de Operador Sensores) y su alcance es de 5 metros. Sin embargo, su sensor está limitado a una sustancia concreta y sólo a una. Su usuario debe programar la sustancia que quiere detectar y la zona de patrulla antes de que el insecto eche a volar (esto se hace con una TA de Operador de Sistemas auxiliares). Si se quiere cambiar la zona de patrulla o la sustancia detectada, el insecto deberá posarse y reprogramarse. El sensor "huele" las sustancias que todos los productos liberan al ambiente. Así, se le puede programar para detectar explosivos, venenos, drogas, pero estará ciego ante sustancias inertes (por ejemplo, un diamante) o que estén bien aisladas (en algún contenedor hermético). También se le puede programar para detectar determinadas ondas (frecuencias) o sonidos.
El insecto detector, una vez realizada la detección, modificará su ruta para triangular la posición de lo detectado y avisará a través de la pantalla de datos. Su alcance máximo de comunicación es de 1000 metros (ya hemos dicho que está pensado para su uso en zonas interiores). El insecto se puede programar para seguir la sustancia detectada y emitir su posición (convirtiéndose en una especie de rastreador), aunque su operario debe mantenerse a una distancia menor de 1000 metros o corre el riesgo de perderlo de vista.
La compañía MecVen ha confirmado que el ID23 se puede programar para detectar la presencia de insectos asesinos en su radio de acción. Como otros equipos de estas características, los insectos robots son sensibles al uso de generadores de ruido blanco (página 69 de TCM), de pulsos electromagnéticos y demás sistemas de interferencia electrónica. A pesar de estas debilidades, muchas empresas de transporte espacial han mostrado interés en incluir este insecto detector en sus medidas de seguridad para el interior de sus naves para las zonas de abordaje a las mismas en los espaciopuertos.
La imagen que ilustra en inspiró este artículo está obtenida del blog 2000 (). Se trata de un trabajo compartido en la red Worth1000 realizado por DaemonDCLXVI ()
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