De todas las áreas salvajes
[C]«De todas las áreas salvajes que amo, tú eres la más inhóspita». -Suede (2018). All the wild places The Blue Hour.-
Mientras haces un resumen de lo ocurrido y la mesa de juego se prepara para dar sus siguientes pasos, reproduce este tema .
En este capítulo desgranamos los distintos ganchos que tienen los personajes para arrastrar a Almirall hacia su propia ruina por motivos distintos de los que han llevado a su enfrentamiento. Esta lista de zonas agrestes de su existencia puede parecer excesiva, pero no olvidemos que lleva ya bastantes años construyendo su éxito a través de la violencia y la corrupción, no estamos ante la mejor de las personas.
No es necesario que los personajes lo intenten por todas las vías, ni siquiera varias a la vez. Están aquí escritas para que cuando los personajes por su propia iniciativa investiguen al político encuentren una o más de ellas, dependiendo de hacia donde apunten.
Primera estrofa: la caverna del deseo
Empecemos por el primero de esos puntos flacos del ex-policía y actual político. Almirall, como muchas personas que se meten a política por deseo de poder y un rasgo de personalidad narcisista, se siente invulnerable a la moral. Quizás piensa que lo que hace en beneficio de de sí mismo y de algunos privilegiados le habilita para no cumplir con la ética en otros espacios. Como muchos antes que él, esto le ha llevado a buscar una distracción que entra directamente en el lodazal de lo indecente.
En concreto, Almirall aprovecha su relación comercial con los Metropolitanos para entrar y salir como uno más de la familia de un local, propiedad de la banda, llamado «Luciérnaga Shop». Se trata de una tienda de productos eróticos y sexuales de todo tipo, desde juguetes a vídeos, pasando por profilácticos, cremas, lubricantes, muebles, disfraces, material BDSM… El negocio se distribuye en de dos plantas públicas (la que da directamente a la calle y un sótano) y una privada en el segundo sótano, que es de la que más uso hace el rival de los personajes.
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[F]Imagen de Ben Sutherland (2011). «Madrid Sex Shop». Imagen con licencia Creative Commons Atribución.
¿Y qué hay en ese segundo sótano? Esta decisión la vamos a dejar en manos de la Dirección de Juego. No, no es en absoluto falta de ganas, es que los horrores que van a esconderse ahí abajo debe calibrarlos la DdJ para cada mesa de juego. Desde luego, productos y servicios relacionados con el sexo. Por supuesto, ilegales. Quizás relacionados con la explotación de personas, quizás aún peor. Sustancias para enervar la experiencia, para incluir alucinaciones, para someter a otras personas. Grabaciones de cualquier tipo que puedas imaginar y que tu mesa de juego tolere. Ordenadores conectados a la dark web. Cualquier cosa.
Lo que sí vamos a definir es que sea un espacio lleno de espacios más pequeños. No hay apenas pasillos, sino salas interconectadas por puertas o cortinas. Desde cualquiera de ellas se puede escuchar el susurro del placer, el chasquido de un mecanismo neumático, el chirrido del látex, el chasquido de un flagelo, el tecleo frenético. Por supuesto por las salas pululan hasta tres miembros del personal, armados y malencarados. A estos se les permite entrar en cualquiera de las habitaciones, con independencia de lo que esté haciendo el visitante. Con algunas excepciones puntuales, claro, como es el caso de Almirall.
Seguridad en luciérnaga
CUE 6
DES 5
INS 6
INT 4
PRE 4
Habilidades:
Correr 16
Descubrir 17
Escuchar 17
Intimidar 18
Pelea 20
Pistola 16
Sigilo 14
Otros datos
Puntos de vida 18
Ajuste por fuerza +1
Alerta 18
Esquivar 15
Iniciativa 5, 5
Josep Carles acude al Luciérnaga una vez cada entre cinco y quince días, aproximadamente. Suele ir de diario, en horarios los que apenas haya nadie, camuflado tras de unas gafas de sol y una gorra. Llega solo y a pie, después de haber dejado el coche bastante lejos y siguiendo una ruta distinta cada vez. En consecuencia seguirle tiene un grado más de dificultad a las TAs de los personajes en una tirada enfrentada. Disfruta del servicio y se va sin pagar nada en ese momento, ya lo hará enviando un correo.
Como decíamos, este es un desahogo que tiene el político para superar el estrés de su vida criminal. El morbo de la ilegalidad y el riesgo del sitio le compensan pero cada vez menos. Dispuesto a hacer su vida cada vez un poco más tranquila, ha ido espaciando sus visitas y no tardará en dejar de hacerlas. Los personajes tienen poco tiempo para pillarle y demostrar sus vicios. Ojo, porque por motivos obvios, ese local puede tardar mucho en ser investigado de verdad por la policía. Tendrán que encargarse ellos mismos.
Estribillo
Quizás, decidan ir por otro camino que no sea el policial. El seguimiento a Almirall debería llevarles a descubrir sus discretas visitas a una mujer llamada Rebeca Lopera. Rebeca vive en un pisazo del barrio de la Reina y sale poco. Una de sus salidas habituales es cuando Almirall detiene el coche bajo su balcón y hace sonar dos veces el claxon.
Otra de ellas es cuando sale a trabajar algunas horas en un puesto al que entró a dedo por ser propietaria de Loperasa, una de las principales constructoras de Cunia. Rebeca es presidenta de la Cámara de Comercio de la ciudad. Evidentemente, ni le harán gracia los devaneos pornodelictivos de su amante ni le conviene el escándalo. Quizás le interese colaborar con los personajes para hundir a Almirall ahora que su relación no es todavía pública, pero solo de alguna manera en que sea imposible seguirles el rastro hasta ella.
Rebeca Lopera
Habilidades:
Actualidad 15
Burocracia 20
Buscar datos 15
Comercio 20
Descubrir 16
Derecho 18
Dialéctica 18
Protocolo 15
Otros datos
Alerta 15
Segunda estrofa: el palacio dorado
Precisamente para procurar esa tranquilidad futura, Almirall ha comenzado a distraer y acumular dinero en el extranjero gracias a su función pública, sobre todo a través de mordidas por concesiones de contratos públicos a conocidos. Este dinero está procurando que acabe en dos cuentas corrientes, una de ellas en Delawere y otra en las Islas Salomon.
Es complicado que los personajes accedan a esta información de buenas a primeras, pero no sería raro que decidan investigar sus cuentas. Una forma de saber que desvía dinero a paraísos fiscales y de dónde salen las cantidades es en entrevistar a antiguos empleados o compañeros de partido expulsados. Alguno habrá que quiera hablar con la adecuada presión de un soborno, amenaza de violencia, etc.
Aparte de estos personajes con razones para tenerle tirria a Almirall, una vigilancia adecuada llevará a descubrir la existencia de Chelo Guerrero, su contable, una rubia en forma, elegante y más joven de lo que parece, que hace una vida espartana. De casa al gimnasio, del gimnasio al trabajo, de ahí a casa (donde trabaja o hace ejercicio un poco más), salir a tomar algo con algún ligue y a casa. No se va a casa de nadie ni se lleva a nadie a casa en la primera cita, y hace mucho que no tiene una segunda. Es una mujer que no se va a dejar intimidar con facilidad, pero que ignora todo lo que hay de sucio en Almirall, más allá de lo económico. Curiosamente, mientras que engañar a hacienda le parece algo justificable, si se le exponen el resto de delitos del político, es más fácil que decida ayudar. Claro, que, debe creer primero a los personajes.
Chelo Guerrero
Habilidades:
Burocracia 20
Buscar datos 17
Comercio 22
Descubrir 17
Derecho 15
Protocolo 14
Otros datos
Alerta 18
Otra forma más directa de obtener la información es acceder a alguno de los ordenadores del criminal o a los de su banco (su contable solo lleva los números legales), para lo cual necesitarán buenas dotes de latrocinio y quizás ayuda de los Mekong. Solo en uno de los ordenadores de Josep Carles hay información concreta sobre el origen del dinero, en concreto mordidas de cursos de formación, apps y otros servicios contratados por el gobierno federal o directamente por su comisaría. Una vez delante del ordenador, que por supuesto está cifrado con contraseña, aún harán falta tiradas de Electrónica primero y Burocracia, Buscar datos o Comercio después. Por desgracia, su hogar está muy bien guardado, como podrá verse en el siguiente capítulo de esta campaña, en un posible enfrentamiento final.
Estribillo
Las distintas vías de investigación que desgranamos en este artículo podrían dar con el nombre de Almirall sobre la mesa de un periodista o medio de comunicación, como vimos en el capítulo anterior. Sin embargo, los personajes podrían querer llevar todo a un juez.
Algo de investigación les llevará a concluir que, aunque no es muy querido por la judicatura, las veces que se ha intentado investigar a Josep Carles las pesquisas eran rápidamente silenciadas y cerradas. Sin embargo, también podrían descubrir que una en concreto, sobre unos pagos al extranjero que habría hecho a través de terceros a una mafia extranjera, tardó en cerrarse. Al parecer, el juez se resistió más de lo debido. Este juez se llama Luis Manuel Cardés, es un veterano calloso que solo se ha asustado aquella vez en toda su vida, por la presión que recibió de personajes muy oscuros al investigar a Almirall. Sin embargo, estaría deseando volver a por él.
Tercera estrofa: el bosque de sangre
Almirall no es alguien muy apegado a su familia y ha tratado de tal manera a algunas de estas personas que se podría contar con ellas para ayudar al grupo de juego en el descalabro.
Entre los trapos sucios que podrían encontrar sobre su rival, está la noticia de cómo heredó el caserón familiar en un pueblo a algunos kilómetros de Cunia (cerca de la yeguada Los Cantos Blancos, qué gracia), un edificio ya entonces valorado en un pico y convenientemente situado en unos terrenos que después se revalorizaron. Allí es donde vive Almirall habitualmente.
La casa era propiedad de su padre, Artur, pero este dejaba vivir en ella a su hermano Joan, un hombre conocido por su candidez y su falta de recursos para manejarse en la vida, al que su sobrino Josep Carles llamaba «tío Juanito». De hecho, «Juanito» era y es un parado de larga duración que dependía de la amabilidad de su hermano. Al morir este Almirall echó a su tío de la casa de malas maneras.
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[F]Imagen de Jeena Paradies (2017). «Older man». Imagen con licencia Creative Commons Atribución
Joan «Juanito» Almirall
CUE 4
DES 5
INS 4
INT 3
PRE 5
Habilidades:
Descubrir 15
Electrónica 16
Mecánica 18
Sigilo 17
Otros datos
Puntos de vida 12
Ajuste por fuerza +0
Alerta 12
Esquivar 13
Iniciativa 5, 4
Juanito vive ahora en una residencia de mayores de titularidad pública y lleva muchos años sin recibir una sola visita. A pesar de su bondad inherente, guarda un justificado rencor hacia su sobrino. No es lo único que guarda: tiene llaves de la casa (Almirall ha añadido alarmas pero no cambiado los bombines) en una caja de puros en su cuarto de la residencia y un mapa de la finca y el edificio en su cabeza.
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[F]Imagen de Loredana Lavino (2013). «Le sexe de l'âme». Imagen con licencia Creative Commons Atribución
Otra posible colaboradora es Lorena Almirall, hermana pequeña de Josep Carles. Lorena no era la favorita de su padre pero le bastaba con pasar desapercibida. El problema es que al morir Artur, la tremenda homofobia de su hijo mayor quedó sin trabas. Los gritos, amenazas, desprecios y acoso al que era sometida por su hermano llevaron a Lorena a dejar la casa familiar nada más cumplir los dieciocho y no volver nunca. A través de sus conexiones con el Sindicato, del que es afiliada y representante en la cadena de restaurantes para la que trabaja, se ha ido enterando de los rumores sobre su hermano, su forma de trepar en el mundo y alguno de los cabos de los que podrían tirar los personajes (elija la DdJ los que crea más convenientes).
Lorena Almirall
CUE 5
DES 7
INS 6
INT 5
PRE 6
Habilidades:
Comercio 18
Descubrir 15
Dialéctica 17
Esconder 15
Juego de manos 17
Protocolo 18
Sigilo 16
Otros datos
Puntos de vida 15
Ajuste por fuerza +0
Alerta 18
Esquivar 20
Iniciativa 6, 7
En este momento Lorena vive con su pareja, una bailarina profesional de ballet llamada Nadia, y ambas estarían encantadas de dar alguna pista a los personajes, incluso de prestar ayuda directamente. Lorena no puede meter en esto al Sindicato de manera directa pero sí indirecta a través de Las Invisibles, que harán su aparición en un capítulo posterior y son de hecho otro de los enemigos que se ha ganado Almirall.
Tanto Lorena como Juanito saben el uno del otro y aunque llevan tiempo sin hablar, pueden referenciarse mutuamente como contacto que pueda ayudar a los personajes.
Coda
«Tuvimos que enterrar a nuestra compañera delante de su asesino. Hubo que soportar que nos diera el pésame. Volvimos a la oficina a trabajar para él. Supongo que nunca nos tuvo en cuenta. Antes solo queríamos justicia, ahora queremos revancha.»
Mientras preparáis la siguiente sesión, repartís experiencia, etc, puedes volver a utilizar el tema de salida habitual de esta serie .
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