Nº: 244 . 3ª época. Año VI
Callejero: Clínica Valverde Por: Francesc Almacelles
 
 
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Clínica Valverde

Hay quien dice que está en algún punto de la sierra, otros aseguran que es más cerca de la costa, por donde empiezan las fincas de lujo que nadie sabe a ciencia cierta quién posee. Lo que está claro es que no hay un solo rastro oficial: ni licencias médicas, ni planos del edificio, ni una mísera factura de suministros. Ni registro catastral, guía sanitaria o mapa oficial.

Y, sin embargo, existe.

Los rumores hablan de un antiguo palacete de fachada austera y restauración sobria con materiales de primera. Un edificio solitario, con muros altos, verjas eléctricas y vigilancia privada que no lleva ningún uniforme reconocible. Dentro, dicen, los pasillos están tapizados en madera antigua y las habitaciones son de un lujo más cercano a un hotel cinco estrellas que a un centro médico. Hay quirófanos. Hay laboratorios. Y hay médicos (de los buenos), aunque nadie sabe bien de dónde vienen.

Este lugar, al que la gente llama Clínica Valverde, no figura en ningún registro. Pero los pocos que lo conocen saben que no hay otro igual en toda Cunia.

El edificio central (bloque principal) es una construcción señorial de tres niveles: una planta baja, dos plantas superiores más un sótano, con fachada de piedra clara y tejados inclinados de pizarra oscura.

  • Planta baja: Alberga la recepción discreta, sin ningún tipo de identificación en el exterior. Aquí se encuentra también una sala de espera mínima, un pequeño despacho médico de primera evaluación y un puesto de control de seguridad civil pero discreto (una mesa con dos agentes de paisano y acceso a cámaras)
  • Primera planta: Dedicada a despachos administrativos y médicos, incluyendo: dirección médica (ocupada por el Dr. Salvatierra, un reputado internista), sala de gestión de historiales (digitalizados, encriptados) y despachos de consulta (usados para primeras visitas o revisiones)
  • Segunda planta: Más despachos privados y oficinas reservadas para visitas de directivos, personal de confianza o inspectores externos, en caso de que alguno fuera lo bastante valiente como para intentar acercarse
  • Sótano: El verdadero corazón quirúrgico. Aquí se encuentran: quirófanos principales (5 salas totalmente equipadas), área de esterilización, zona de recuperación postoperatoria y los servicios técnicos del edificio: calderas, sistemas de gas, electricidad y sistemas auxiliares de mantenimiento (todo está duplicado por seguridad)

Dos alas laterales (una a cada lado del edificio central), cada una de ellas dispone de habitaciones individuales (de 6 a 8 por ala, una por paciente) y tiene su propio control de enfermería, acceso restringido al personal autorizado y medidas de aislamiento acústico.

En la planta baja de ambas alas se alojan los accesos de servicio, material médico y zonas de descanso para el personal nocturno.

Se puede acceder a la zona exterior desde la parte trasera del edificio principal, de la que parte un camino de piedra que atraviesa un jardín ornamental, con bancos, una fuente de estilo clásico y pequeñas esculturas. Más allá, el sendero continúa hacia un bosquecillo privado, donde los pacientes pueden pasear en soledad o con escolta, según la naturaleza de su estancia.

No hay cámaras visibles en esta zona, pero eso no significa que no se vigile. La privacidad y el silencio son parte del tratamiento.

El perímetro está rodeado por una valla electrificada camuflada entre la vegetación que crece en los muros. El único acceso oficial es una carretera secundaria cerrada con una barrera automática custodiada por un vigilante armado.

Hay al menos dos rutas de emergencia, una para evacuación médica (helicóptero) y otra para fugas discretas, que conecta con un viejo camino de servicio que desciende al valle.

¿Qué hacen allí? Lo que haga falta, mientras pagues.

  • Tratamientos de rejuvenecimiento: hormonales, genéticos, experimentales. Nada de bótox y cremitas. Aquí hablamos de cosas que harían sudar a un comité de bioética. Sueros que reactivan tejidos, células madre modificadas, sustancias traídas de algún laboratorio europeo que nunca pasaron pruebas clínicas
  • Reconstrucción corporal: cirugía reconstructiva, ortopedia avanzada, prótesis de diseño, injertos. Si te han dejado hecho un cristo en un ajuste de cuentas, aquí te pueden arreglar la cara, el brazo o incluso el hígado sin preguntar de dónde viene el agujero
  • Desintoxicaciones de urgencia: para políticos o empresarios pillados en una orgía con demasiadas sustancias en el cuerpo
  • "Desapariciones médicas": si necesitas que tu historial clínico desaparezca, aquí saben cómo hacerlo. También pueden dejarte en coma inducido y simular tu muerte. Por un módico precio, claro

Y todo esto sin dejar rastro. Aquí no hay recibos, ni tarjetas sanitarias. Aquí solo hay favores, maletines y discretas transferencias desde cuentas en paraísos fiscales.

No esperes ver famosos de la tele ni influencers. Este sitio es para los peces gordos. Gente con mucho poder y demasiados enemigos. Mafiosos de alta gama, exmilitares, políticos corruptos, herederos problemáticos, banqueros que necesitan un riñón nuevo sin hacer preguntas.

No es un centro médico. Es un seguro de vida para los muy poderosos.

Llegar hasta la Clínica Valverde no es sencillo. No hay dirección. Se llega tras una cadena de llamadas, de referencias cruzadas, de silencios incómodos. Alguien que conoce a alguien te da una cifra y una localización aproximada. Te recogen en coche. Te tapan los ojos. Y si todo va bien, te despiertas en una cama con sábanas más suaves que tu conciencia.

Los pacientes no preguntan. Los empleados no hablan. Y los cuerpos que llegan muertos, que también llegan, no salen de allí.

La Clínica Valverde es un mito entre los bajos fondos de Cunia. Algunos la niegan, otros la temen, y unos pocos saben que es real. En una ciudad donde todo se compra, hasta la vida tiene un precio. Solo hay que saber a quién pagarle.

Y si alguna vez escuchas que alguien se está "recuperando en la sierra", tal vez deberías preguntarte…

¿recuperándose de qué?

¿Y quién más está allí con él?

La Clínica Valverde es un entorno perfecto para historias turbias, amenazas veladas y decisiones difíciles. Aquí van algunas ideas para meterla en una partida:

  • Un paciente que no debía sobrevivir: un pez gordo, dado por muerto tras un atentado, ha sido "resucitado" en la Clínica. Sus enemigos creen que está enterrado, pero alguien ha visto una foto suya, caminando por una finca privada. Los PJ son contratados para confirmar si está vivo… o para asegurarse de que vuelva a estar muerto
  • Error en la cadena de favores: Uno de los PJ fue salvado hace años por un médico de la Clínica. Ahora ese médico ha desaparecido. Su hija contacta con los jugadores: cree que ha sido sacrificado por saber demasiado. Lo último que dijo fue que alguien estaba usando los tratamientos para fines muy distintos
  • Robo de datos (o de ADN): Un contacto habitual de los PJ les ofrece un trabajo delicado: entrar en la Clínica Valverde (o interceptar un transporte) y sacar datos biomédicos de un paciente. O directamente un frasquito con su sangre, semen o médula ósea. El problema es que el "donante" es alguien poderoso… y muy vengativo
  • Falsa cura: Una conocida estrella de cine ha salido rejuvenecida tras pasar por Valverde. Lo que nadie sabe es que ahora se comporta raro. Alguien cree que han hecho algo más que curarle. Tal vez la han programado. Tal vez han clonado su cuerpo. ¿Y si la verdadero murió y la que ha salido es una copia?
  • Huida desde dentro: un interno con información peligrosa quiere escapar. Pero está atrapado entre la seguridad, los tratamientos que lo mantienen vivo y los secretos que conoce. Los PJ son contratados para sacarlo discretamente, pero nadie entra o sale sin pagar… y sin jugarse la vida

 
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