Hace muchos años se murió Johnny Weissmüller cuyo nombre quizás no os suene, pero seguro que habéis visto alguna de sus películas de Tarzán. En aquella época, lo conocía como todos, pero no era especialmente fan de su trabajo, pero recuerdo su muerte porque mi padre al oírla en el "parte" (aún sigue llamando así a los telediarios) se puso muy triste: ¡Anda, se ha muerto Johnny Weismüller!. A mí me sorprendió el tono de pena con el que dijo aquella expresión.

Con el tiempo comprendí que no es que tuviera un cariño especial por esa persona ni ese personaje, pero sí era un referente de sus años mozos, de cuando iba a ver películas al cine. Su tristeza era una forma de darse cuenta que empezaba a morir gente que conocía.
Esto es parte de la vida y cada día, los actores, músicos, escritores que anuncian su muerte en los telediarios se van a aproximando a tu quinta. Es algo que ya había observado en el mundo de los wargames o de los videojuegos de Spectrum, pero, me temo, ya estamos llegando.
Hace pocos días se murió el fundador del club Auryn (uno de los más antiguos o el más de España) y redactor de la revista Troll. Quizás su nombre, Luis d'Estrées, no te diga mucho, pero cuando me enteré de su fallecimiento dije: ¡Anda, se ha muerto Luis! en el mismo tono que mi padre dijo lo de Tarzán. Coincidimos en alguna ocasión, pero no teníamos un trato cercano, pero no deja de ser doloroso que aquellas personas que han sido un referente tuyo del rol desaparezcan.
La revista de este mes se la dedicamos a él con todo nuestro respeto. La revista Desde el Sótano le debe mucho a la Troll.
#yojuegoarol
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