Orden del Crepúsculo

La Orden del Crepúsculo fue fundada hace milenios, durante la Edad de los Héroes, cuando un grupo de sabios y guerreros élficos, liderados por la enigmática Aranel Lunaflor, unificaron sus esfuerzos para proteger los secretos ancestrales de los elfos y evitar que cayeran en manos equivocadas, fuerzas oscuras y ambiciosas. Desde entonces, la orden ha operado en las sombras, asegurándose de que solo aquellos dignos puedan acceder a los secretos del pasado.

La Orden del Crepúsculo está organizada en tres ramas, cada una con un propósito específico y liderada por un Maestro del Crepúsculo. La estructura jerárquica se basa en el mérito y la dedicación, con un Consejo del Crepúsculo en la cúspide, compuesto por los maestros de cada rama.

Estas ramas son: Vigías del Alba, encargados de la vigilancia y protección física de los artefactos y tomos antiguos. Son expertos en combate y defensores incansables de los secretos de la orden; Tejedores del Ocaso, eruditos que se dedican al estudio y la preservación de los conocimientos ancestrales y Caminantes en las Sombras, espías y agentes que operan en la clandestinidad, recolectando información y neutralizando amenazas antes de que puedan poner en peligro la seguridad de la orden.

Y la misión principal de la Orden del Crepúsculo es proteger los secretos antiguos de los elfos y evitar que el conocimiento poderoso caiga en manos equivocadas. Esto incluye: Protección de Artefactos, custodiando artefactos y reliquias de gran poder que podrían ser utilizados para el mal; Preservación del Conocimiento, asegurando que los tomos y pergaminos antiguos sean preservados y mantenidos a salvo y Neutralización de Amenazas, identificando y neutralizando a aquellos que buscan utilizar los secretos ancestrales con fines oscuros.

La mayoría de los ciudadanos de Cargum no conocen la existencia de la Orden del Crepúsculo, aunque hay rumores y leyendas sobre una organización secreta que vela por la seguridad de la ciudad. Los pocos que saben de su existencia suelen ser figuras influyentes o aquellos que han tenido encuentros directos con sus miembros.

Es una organización fundamental, dedicada a la protección de los secretos y la preservación del conocimiento ancestral. Su existencia, aunque oculta, es un pilar en la defensa de la ciudad contra fuerzas ambiciosas y, posiblemente, oscuras.