El Pozo de Cristal, la última ciudad rodéntida.
Hace mucho tiempo que los rodéntidos dejaron de ser una raza independiente, con su propio territorio y sus propios imperios. Hoy en día la cultura rodéntida (que no la especie) está al borde de la extinción, amenazada con ser absorbida por el resto de culturas de Eriloe. Sin embargo aún queda hoy una ciudad en pie legado de aquel antiguo imperio de hombres rata.
La última ciudad rodéntida está construida alrededor de una inmensa geoda cristalina en el interior de una caverna. Allí las viviendas se edifican entre los gruesos cristales de mineral y se comunican por medio de pasarelas colgantes de cuerda y madera. La vida en este lugar sería muy complicada si no fuera por la curiosa particularidad de los cristales de mineral de esta zona de Eriloe, los cuales, al llegar el día en el exterior, comienzan a brillar con luz azulada.
Las cuatro castas.
Según cuentan las historias sobre el origen de esta ciudad, hace mucho tiempo la especie rodéntida estaba dividida en cuatro razas diferentes llamadas castas. Durante mucho tiempo estas cuatro castas estuvieron inmersas en una cruenta guerra civil por el territorio y los recursos. Cuando esta llegó a su fin los líderes de las cuatro castas se reunieron para firmar un tratado de paz. Muchos hombres rata acudieron a aquel día ante tal evento y allí donde se firmó el tratado se fundó la primera ciudad unificada de la especie rodéntida.
Estas castas eran:
- La casta de las pardas, formada por hombres ratas corpulentos de espeso pelaje marrón.
- La casta de la luna, cuya principal característica es su pálida piel y su pelaje entre el blanco y el gris.
- La primera casta, denominadas así a todos aquellos hombres rata que venían de la zona norte donde se creía que era original esta especie.
- La casta de los navegantes, los cuales pasaban la mayor parte de su vida en navíos flotantes de construcción propia.
La gruta de cristal.
En sus orígenes la ciudad ocupaba una gran extensión de las colinas de los alrededores y no fue hasta casi medio siglo después cuando se descubrió la inmensa caverna que existía bajo ella.
Se trataba de una gran cavidad cuya principal característica era el afloramiento y unos inmensos cristales minerales que se alzaban como agujas. Algunos de estos medían una decena de metros y otros, mucho más gruesos y grandes, podrían alcanzar los centenares de metros.
Cuando los cuatro líderes de la ciudad se enteraron de aquel descubrimiento no dudaron en extender la urbe en aquel subterráneo pues los problemas con la demografía en la superficie eran cada vez mayores. La ciudad no tardaría en tomar el nombre de la ciudad de Cristal.
La ciudad hoy.
Mucho tiempo ha pasado ya desde la Fundación de esta urbe. La raza Rodéntida ha sido asimilada casi en su mayor parte por el resto de culturas de Eriloe hasta tal punto que la ciudad de Cristal es el único asentamiento que puede considerarse puramente rodéntido.
La urbe se divide en distintos barrios. La barriada superior es aquella que se encuentra en la zona exterior de la ciudad, lugar de comerciantes y punto de encuentro con aquellos visitantes que llegan de nuevas. El barrio de la entrada es la zona donde se encuentran la mayor parte de la guardia de la ciudad (todos ellos gente rata), situado en las galerías superiores de la ciudad. El siguiente nivel por orden de profundidad es el del barrio de los joyeros, llamado así por el gran número de talleres de estos artesanos qué hay. Se cree además que allí hay una de las principales delegaciones del gremio de joyeros de todo Eriloe. Los dos barrios siguientes son aquellos donde viven la mayor parte de habitantes de la ciudad. Por un lado el barrio alto, situado entre los inmensos cristales, hogar de las familias de rodéntidos más adinerados. Por el otro el barrio bajo, donde vive la clase media. El último barrio es el que tiene peor fama. Situado en la parte más baja de la gruta, allí donde termina toda la suciedad de los barrios superiores (para acabar en un río subterráneo) esta el Pozo, un lugar lleno de chabolas, nido de maleantes y ladrones.
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