DESDE EL SÓTANO
Nº: 77 . 3ª época. Año III
Hans Frank Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 

Hans Frank

El rey alemán de Polonia

Hans Frank nació el 23 de Mayo de 1900 en Karlsruhe (en el suroeste de Alemania cerca de la frontera francesa). Su padre, de nombre Karl, era abogado. La madre de Hans se llamaba Magdalena y tenía un hermano mayor, Karl Jr., y una hermana menor: Elizabeth.

En 1917, siendo aún muy joven, ingresó en el ejército alemán y fue testigo de su derrota en la Primera Guerra Mundial. Al acabar la guerra y desaparecer este ejército, Frank se apuntó a los Freikorps, donde conoce al general von Epp y terminaría destinado en el regimiento de caballería Seefred (que después, 1920, sería absorbida por la Reichswehr).

Paralelamente, Hans conoció y trabó amistad con Harrer. Era un periodista deportivo de la época que junto a otro grupo de amigos formó un pequeño partido político en Munich. Este pequeño partido político acabaría convirtiéndose en el partido nazi y Hans se vio involucrado en el golpe de estado de la Cervecería (el Putsch que llevaría a Hitler a la cárcel), aunque no fue detenido por ello.

En las horas bajas del partido nazi, Hans Frank aprovecha para terminar su carrera de abogado (se licencia en 1926) y asciende en la organización interna nazi. En 1923, dada su experiencia militar, entra en las SA de Munich donde alcanzaría el título de Obergruppenführer (general). Los grados del SA no son militares, sino honoríficos, pero reflejan su grado de implicación con el movimiento.

En 1928, Hans forma una asociación de juristas del partido nacional socialista. Era un grupo de abogados y personas relacionadas con la justicia que compartían las ideas nazis y para Hans era, además, una forma de estar en contacto con las jerarquías del partido. Un año después, Hitler le invita a formar parte del Cuartel General del partido nazi como director del departamento legal y poco después, Hans se presentaría y ganaría su escaño como miembro del Reichtag (1930). Poco después le nombrarían Reichsleiter (que podría traducirse como: miembro del alto rango del partido) y fue, poco a poco, protagonizando las reformas legales que marcarían el sistema judicial alemán durante el régimen nazi.

Llegados a este punto, uno se pregunta cómo es posible que una persona, versada en leyes, pudiera ser uno de los autores del régimen legal nazi. ¿No veía la contradicción? Posiblemente sí la vio, pero no le importó en exceso. Dos cosas se lo impidieron: una lealtad incuestionable hacia Hitler (por ejemplo, este le ordenó una investigación para aclarar los rumores de su origen medio judío y Hans, a pesar de descubrir que eran ciertos, mantuvo el secreto hasta el final); y una gran ambición; quería ser ministro de Alemania; ese era su objetivo. De todas formas, Hitler y su círculo más privado nunca estuvieron muy convencidos de él. Se oponía a sus planteamientos políticos con razones legales y jurídicas. El hombre de leyes que había dentro de Frank le jugaba, en ocasiones, malas pasadas a su ambición. Hitler lo definió una vez como: "un jurista como tantos otros".

En 1933, Hans Frank se convierte en el Ministro de Justicia de Bavaria (aún no es el puesto de ministro de Alemania que deseaba, pero está bastante cerca). Un año después, Hitler alcanza el puesto de Canciller y Frank espera que le nombre ministro sin cartera como ya había hecho con Himmler, Goering y demás, pero ese nombramiento nunca llegó. La razón de ello fueron sus planteamientos legales opuestos a la doctrina del partido. En 1939 le nombran presidente de la Academia de Leyes Alemana (que es una forma de decir que le quitaron de en medio), pero, más tarde, Hitler le rescataría para nombrarle, tras el inicio de la guerra, Gobernador de Polonia (de aquellas partes de Polonia que no fueron anexionadas a Alemania), puesto en el permanecería hasta casi el final de la guerra.

Como gobernador de Polonia sus decisiones fueron muy duras hacia los judíos y aunque es cierto que no fue responsable de la decisión del exterminio, fue en su territorio donde se ubicaron algunos de los campos de concentración más terribles y él, como gobernador, no hizo nada para evitarlo. En sus memorias, Hans dice que su capacidad de ejercer el poder era bastante reducida y que su objetivo como gobernador era construir una Polonia pro-germana con los polacos. Con ese objetivo en mente tomó algunas decisiones discutibles. Prohibió la reconstrucción de las ciudades polacas y las construyó desde un planteamiento alemán, prohibió determinado tipo de música y espectáculos, pero permitió y alentó la música y el teatro alemán. Su plan de una Polonia polaca pro-alemana se desmoronaba a pasos agigantados con la realidad de la guerra. Por un lado, Alemania exigía cada vez más mano de obra que se retiraba en parte de Polonia y que dejaba a Hans sin posibilidad de usarla en su propio reino (se definió una vez a sí mismo como: "der deutsche Konig von Polen", rey alemán de Polonia). Además, las SS, bajo la autoridad de Himmler, hacían desaparecer cada vez más y más polacos judíos que Hans no sólo necesitaba para Polonia, sino para satisfacer la cuota de obreros que le exigían desde Berlín. Los problemas con Himmler alcanzaron su cenit cuando éste anunció que deportaría a todos los judíos de Europa a los territorios conquistado en el este (a la Unión Soviética). Hans se opuso y Himmler le acusó de traición. El tema no llegó a un tribunal (tratándose de un miembro de alto grado del partido) sino que se resolvió en una reunión entre "camaradas". Dicha reunión se celebró en un tren con la presencia de Bormann, Himmler y el propio Hans. En esa reunión, Himmler sacó todos los trapos sucios que conocía de Hans: le acusó de corrupción, le acusó de que se mujer compraba bienes judíos a bajo precio para enriquecerse o que su cuñado había huido del país y había pedido otra nacionalidad. Posiblemente, alguna de estas cosas era cierta (o todas) porque desde ese momento, Hans no vuelve a contradecir a Himmler e, incluso, acepta que miembros de la SS pasen a formar parte de su "gobierno" polaco.

De todas formas, Hans no disfrutaría de su reinado mucho tiempo más, pero su disgusto con Hitler (y lo que se ha convertido Alemania) es patente. Seis meses después de la reunión en el tren, Hans da unas conferencias en las universidades y ateneos de Berlín, Viena, Munich y Heidelberg. En ellas dice que no es concebible una Alemania que haya dado la espalda al derecho [Nota: un año antes, los tribunales alemanes habían quedado completamente obsoletos porque el Reichtag había aprobado una ley que permitía al gobierno modificar las leyes fundamentales, incluida la Constitución en función de las necesidades]. Sus conferencias no fueron del agrado del partido, pero aunque Hans presentó su dimisión como gobernador, Hitler nunca la aceptó (algunas fuentes dicen que la presentó catorce veces y catorce veces fue rechazada). La realidad es que los rusos estaban ya en Polonia y pocos días después nada quedaba del reino polaco de Hans. Su dimisión fue efectiva por los hechos el 18 de Agosto de 1944.

Hans Frank desaparece de la vida pública y política alemana desde ese momento. Hay pocas referencias de lo que estuvo haciendo, aunque algunos dirigentes nazis presentaron reclamaciones contra él por las suntuosas fiestas que daba en Silesia.

Los estadounidenses lo capturaron el 3 de mayo de 1945. Intentó suicidarse sin éxito en varias ocasiones y, finalmente, fue juzgado en Nuremberg en el juicio que se inició el 20 de noviembre de 1945. Muchas de las pruebas contra él se habían extraído de su diario (40 volúmenes) que llevaba consigo en el momento de la captura. En el juicio alegó que había redescubierto el cristianismo y aseguró haber tenido algunas experiencias místicas, pero de nada le sirvió pues fue condenado a morir en la horca el 1 de Octubre de 1945. Dijo, en una carta escrita poco antes de morir: "Mil años pasarán y la culpabilidad de Alemania aún no se habrá borrado".

« Pág. anterior Subir Pág. siguiente »
Versión imprimible DeS. © Ediciones Sombra