DESDE EL SÓTANO
Nº: 214 . 3ª época. Año III
Carreras verticales Por: David García
 

Carreras verticales

Existe un deporte de riesgo en Eriloe que se practica desde hace generaciones. Su origen se remonta a la creación de los pueblos colgados. La principal característica de estos asentamientos es que se encuentran construidos en las paredes verticales de los bordes continentales, aunque hay alguno situado en acantilados del interior de las islas flotantes.

Surgió de los constructores, quienes, para dar emoción a su trabajo, comenzaron a hacer apuestas para ver quien alcanzaba con mayor rapidez las zonas más bajas cuando debían anclarse los cimientos de las viviendas.

Con el paso del tiempo la gente de los asentamientos cercanos comenzaron a acercarse para ver estas competiciones. Muy pronto los curiosos se convirtieron en multitud y las apuestas por las carreras verticales en un importante ingreso extra para estos trabajadores.

Hoy en día este tipo de carreras son un auténtico reclamo para los visitantes de las zonas de los bordes. Han aparecido grupos de gente de todas las razas que han tomado estas competiciones como su modo de vida y viajan a lo largo y ancho de Eriloe en busca de estas competiciones.

Las reglas de las carreras verticales son sencillas. Antes de su comienzo colocan unas plataformas de madera que suben y bajan por medio de un sistema de poleas. En ellas se sitúan los jueces y aquellos adinerados que han podido permitirse el pagar para disfrutar de las carreras desde un lugar privilegiado.

Una vez colocados los jueces, los participantes descienden trepando, sujetos con cuerdas de seguridad (aunque hay algunas carreras en las que se apuestan grandes sumas de dinero en las que los participantes no llevan seguridad). Durante el descenso a los jugadores se les permite cualquier cosa, lo que suele significar que acaba habiendo duras luchas y sucias tretas para salir vencedores (muchas veces estas tretas suponen la muerte de algún jugador).

Las carreras en las que se consiguen premios más caros y también las más complicadas, son aquellas que se celebran durante el invierno, cuando gran parte de las rocas están cubiertas de hielo y nieve. Por supuesto son también las que más reclamo consiguen.

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