DESDE EL SÓTANO
Nº: 195 . 3ª época. Año III
Editorial Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 

Editorial

Hace unos días vi una película en la que el protagonista (Van Damme) se escapaba de una celda en un submarino fantasma de la CIA y, luego, se pasaba una hora recorriendo el buque subiendo y bajando cubiertas sin que se le acabara nunca. No era una película para recordar (salvo que seas muy amigo de ese género de acción), pero me pareció muy gracioso ese submarino estilo la Tardis del Doctor Who (¡más grande por dentro que por fuera!).

La película vino después de una partida en la que nos habíamos reído mucho con el ataque de unas cucarachas gigantes. No eran rival para nuestros veteranos personajes, pero ha sido uno de los momentos más divertidos de nuestras últimas aventuras. Tanto que a uno de los personajes le apodamos ahora «Cucal».

Ambos hechos, inconexos, se juntaron en mi adormilado cerebro (era tarde y la película no requería mucho esfuerzo); unas cucarachas que no suponían un desafío y un submarino absurdamente grande eran divertidas. Mi pensamiento, que a veces viaja por libre, llegó a la conclusión de que nos estamos volviendo muy serios, nos reímos poco; demasiado cómo se juega y muy poco cómo divertirse.

Me dije que aprovecharía este espacio de la revista que me prestan para reivindicar partidas sin momentos intensos, sin revelaciones trascendentes, sin personalidades profundas, sin clímax narrativos, solo diversión y momentos que recuerdes con una sonrisa. Ese es el rol que más me gusta.

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