DESDE EL SÓTANO
Nº: 162 . 3ª época. Año III
Divino Tesoro Por: Roberta Alias
 

Divino Tesoro

Divino Tesoro es el nombre de un comercio ubicado en el barrio de la Catedral, muy cerca de esta. También es, y no por casualidad, el nombre del dueño de la tienda. De origen desconocido, aunque quiénes lo conocen de hace tiempo aseguran que es colombiano y que su nombre es real. Su padre se llamaba Fructuoso Tesoro y Divina era el nombre de su abuela por parte de madre. Su padre emigró de Colombia y se estableció en la ciudad de Cunia siendo Divino muy joven, casi un niño. Su padre trabajó en el puerto, en diversos trabajos, pero pocos años después ayudó a su hijo a abrir esta tienda y se retiró.

La tienda es lo que llamaríamos una funeraria, pero no del estilo de las que pueden verse en los tanatorios con ataúdes, ramos de flores y un tipo muy serio. Divino, el dueño, suele vestir camisas llamativas con dibujos que recuerdan playas tropicales o paisajes exóticos en colores fluorescentes. De hecho, el logo de la empresa, el león, también brilla en la oscuridad. Lo que ofrece Divino Tesoro es despedidas de difuntos especiales. ¿Quieres que tus amigos dispongan de barra libre de cerveza mientras velan tu cuerpo? ¿Quieres que tus cenizas se esparzan sobre el monte Etna o que vayan al espacio en el maletero de un coche eléctrico? Seguramente hayas visto en las noticias de la Séptima un entierro Vikingo que se realizó en la Playa de la Infanta. Divino Tesoro fue el organizador.

Ellos se encargan de todo, de los permisos, del atrezo, de los extras, de los coches y demás vehículos y sí, si es necesario, también se encargan de las flores y de los oficiantes de la ceremonia, sean religiosos o no. No son una empresa cara, considerando lo que contratas, pero sí te saldrá más caro que un servicio tradicional.

La mayoría de sus clientes son extranjeros que buscan celebrar la ceremonia según las tradiciones de su país. Un servicio que los tanatorios oficiales no suelen ofrecer si tu país es raro o es muy lejano. Los encargos especiales, como el del barco vikingo que mencionábamos antes, son más raros (y más caros).

Lo que la realidad esconde

Fructuoso Tesoro era un asesino que trabajaba para las FARC colombianas allá en su país. Un día, tras el nacimiento de su hijo, decidió abandonar su tierra y buscar nuevos horizontes. Así fue como él y su padre llegaron a Cunia donde Fructuoso siguió trabajando para las mafias locales de la ciudad. Todo lo que sabía se lo ha enseñado a su hijo quién, fruto de una educación más próxima al siglo XXI ha modernizado el trabajo.

Si sabes las palabras adecuadas, puedes contratar a Divino Tesoro para que haga sufrir a alguien. El nivel de sufrimiento lo decides tú (y lo pagas), pero puede ser desde la muerte en dolorosas circunstancias a lesiones permanentes o el secuestro de algún familiar. Divino solo tiene dos reglas: no actúa por negocios, la venganza debe ser el motivo de su contratación. Cobra por su trabajo, no es altruista, pero pedirle que quite a un competidor de en medio puede provocar que seas tú el eliminado en su lugar. Por ejemplo, si un familiar ha muerto a manos de un conocido, Divino impedirá que el caso llegue a tribunales.

Su segunda norma es que nunca, nunca, le hace nada a niños. 18 años es la edad mínima en la Constitución para votar y para nuestro asesino y torturador para matar.

« Pág. anterior Subir Pág. siguiente »
Versión imprimible DeS. © Ediciones Sombra