DESDE EL SÓTANO
Nº: 98 . 3ª época. Año III
Nevaba en Berlín Por: Ana Goya
 

Nevaba en Berlín

Este libro cayó en mis manos gracias a la bolsa de bienvenida de las Som Con. Confieso que no tenía muchas esperanzas de lo que me iba a encontrar en su interior: era un libro regalado, de un autor que no conocía y la contraportada: "una historia en la que resuenan los ecos del Tercer Hombre" no ayudaba mucho; nunca me ha gustado este tipo de publicidad. Tras leérmelo, debo decir que me ha sorprendido.

Portada del libro

Nevaba en Berlín trata una historia en la capital alemana el año siguiente a la rendición, a finales de 1946, una época casi coincidente con la de El Tercer Hombre de Graham Greene y que, posiblemente, llevó al publicista a introducir esa desafortunada frase de la contraportada. La verdad es que las comparaciones se acaban ahí. La novela de Greene está ambientada en Viena y el horror de la guerra y de las personas está medio oculto, se insinúa o, si lo preferís, se asoma a la novela. En Nevaba en Berlín la violencia, la guerra, la deshumanización de las personas está a flor de pie, crudamente visible y te golpea la cara según vas leyendo y conociendo la dividida ciudad de Berlín.

Yo incluiría esta novela dentro del género negro más clásico (y no en el de espías). A mí me recuerda más a Cosecha Roja de Dashiell Hammett, tanto en la forma de retratar a los personajes, como en la forma de ir profundizando poco a poco en la podredumbre de la sociedad. Mientras lees Nevaba en Berlín te van entrando ganas de cerrar el libro, darte una ducha reparadora y repetir varias veces: "la gente no es así, la gente no es así", pero no puedes dejar de hacerlo porque esperas que al final la "humanidad" triunfe.

El libro está escrito de una forma un poco rara. Aunque está agrupado en capítulos, dentro de cada uno se van intercalando pequeños fragmentos, como escenas, y Dan Vyleta, el autor, va saltando de un narrador a otro sin orden ni concierto. Durante los primeros capítulos, esta forma de contar la historia, un poco caótica, me molestó y me costó acostumbrarme, pero al acabar el libro creo que fue una decisión creativa consciente y creo que ayuda mucho a crear esa atmósfera de caos y locura que fue el Berlín de 1946. Otro elemento que me ha gustado mucho es la permanente presencia del frío invierno de ese año. Es un hecho histórico que fue uno de los peores inviernos del siglo y que mucha gente murió a causa del frío (en realidad, a causa de no tener nada con lo que encender fuego). Ese frío está presente a lo largo de la novela y llega un momento que hasta tú mismo sientes ese frío (una novela ideal para el verano). Finalmente, si buscáis un personaje en la novela con el que sentiros identificado, un héroe, no lo vais a encontrar. En el más puro estilo de la novela negra, es "negro" hasta el apuntador.

Además de la razón evidente para comentar esta novela en Desde el Sótano, me ha parecido oportuno traerla a esta sección para los directores de juego (y jugadores) de Comandos de Guerra. La descripción del Berlín de 1946 creo que es fácilmente extrapolable a los primeros años de casi cualquier ciudad "liberada" de la Segunda Guerra Mundial y seguro que será una fuente de sugerencias e ideas para ambientar partidas en los años finales del conflicto. Por otro lado, los personajes de la novela, la mayoría civiles, también se podrían extrapolar a esas ciudades y pueden ser una buena fuente de PNJ carismáticos en las partidas.

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