Bunyi
Baja la montaña,
sube al viejo árbol,
bunyi, bunyi, bunyi!
se esconde entre la hierba,
se sumerge en el río,
bunyi, bunyi, bunyi!
corre cuanto puedas,
no sirve de nada,
bunyi, bunyi, bunyi!
se come a tu madre,
y también a tu hermana,
bunyi, bunyi, bunyi!
y si no duermes hoy,
¡VENDRÁ MAÑANA!
Canción de cuna de Kotham.
El bunyi es una criatura temida y odiada por igual. En realidad nadie recuerda haberle visto nunca, todo el mundo dice que "alguien que conozco" o "un amigo de un familiar" lo vieron una vez. Sin embargo, desde tiempo inmemorial, cada vez que en un poblado desaparece un niño y no hay otra explicación plausible, se dice que "se lo ha llevado el bunyi".
Se supone que es un monstruo que se alimenta de niños y viejos, a los que se lleva cuando se adentran solos en el bosque o los arrebata de sus lechos en mitad de la noche sin que nadie se dé cuenta. Su cuerpo está cubierto de grueso vello marrón, sus grandes orejas le permiten oír el ruido de una mariposa posándose en una rama, sus garras y sus colmillos son negros y están tan afilados que pueden partir a un hombre en dos y su sigilo es proverbial; también cuentan que es capaz de volverse invisible cuando nadie le mira, y que ni los mejores cazadores son capaces de seguir su rastro.
Se supone que el bunyi vive en una profunda y helada cueva situada en una alta montaña, aunque depende de quién cuente la historia ésta está situada en las Montañas Grises, la Cordillera Blanca o el Macizo de Agatjar; en lo que sí que coinciden todas las historias es en que, en los inviernos más crudos, cuando la caza y la pesca escasean, baja de la montaña para acechar los campamentos y rondar por los alrededores de los grakin en busca de presas. Se dice que a su cueva solamente se puede acceder cruzando a través de una cascada de aguas tan frías que nadie, excepto él, es capaz de atravesarla. En ella se acumulan los huesos de sus incontables víctimas, formando una alta pila sobre la que duerme durante todo el verano, ya que el bunyi odia el calor y el fuego; por este motivo se dice que es bueno hacer una gran hoguera durante las noches frías, porque así el bunyi no se acercará al campamento. También se cuenta que, si alguien fuera capaz de dar muerte a esta criatura, con su pellejo podría hacerse una piel capaz de volver invisible a quien la llevase puesta sobre los hombros. Otros, sin embargo, creen que quien llevase esa capa durante mucho tiempo terminaría tarde o temprano por convertirse en un nuevo bunyi.
¿Existe realmente el bunyi? Eso es algo que tendrá que resolver cada DJ en su campaña. Puede que realmente haya una criatura como ésta recorriendo el mundo de Pangea, pero también es posible que no sea más que un cuento creado para asustar a los niños y hacer que se duerman, que tenga relación con el temido Wukran o, peor aun, que sea una historia creada ad hoc para servir de oportuna excusa cuando la comida escasea y se hace necesario deshacerse de los miembros más débiles del grupo (como los viejos y los niños enfermizos).
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