Estación minera Gibyas FR-ID/10-28, en la ruta entre los sistemas Iduci y Elle.

La nave sale del subespacio a más de 5 minutos luz de la mortecina estrella roja del sistema, lo bastante alejada de los puntos de salto que siguen las naves que suelen visitar el sistema como para evitar ser detectada por el sistema de sensores civiles de que dispone la estación minera situada en una de las rocas carentes de vida del sistema pero lo bastante rica en metales pesados como para que sea rentable.

Tras el salto la nave comienza a frenar y apaga los sistemas menos esenciales para reducir al máximo su firma electromagnética mientras se acerca muy lentamente al gigante de gas del sistema, manteniéndolo siempre entre ella y la estación minera.

Tras acercarse lo suficiente al gigante como para que su firma oculte la de la nave, establece una orbita baja y se dispone a esperar con los sistemas al mínimo.

Durante unos días las únicas naves que pasan por el sistema lo hacen siguiendo un curso preprogramado que solo las mantiene en el sistema durante el tiempo que los sistemas de abordo tardan en poder calcular y realizar el siguiente salto. Hasta que por fin llega otra nave con claras intenciones de quedarse en el sistema.

Al contrario que la primera nave esta llega usando un patrón de salto más habitual, en cuanto llega al sistema y comienza las maniobras de frenado envía un aviso a la estación minera anunciando su llegada. Se trata de una nave mercante de la misma corporación, que hace de enlace con la estación, viene a recoger un cargamento de minerales refinados, traer nuevos trabajadores, llevarse a otros en período de descanso y a traer provisiones para que la estación pase un nuevo ciclo de trabajo.

En cuanto la nave emite el aviso de su llegada, la primera nave, escondida tras el campo electromagnético del gigante de gas parece despertar y comienza a moverse mientras enciende todos sus sistemas. Poco a poco la nave va ganando velocidad y aprovechándose del campo gravitatorio del gigante de gas gana velocidad y sale en ruta de intercepción hacía la nave recién llegada, interponiéndose en su camino.

Cuando los sensores de la estación y la nave de enlace detectan la nave que los acecha ya es tarde, la estación está demasiado lejos para poder ayudar a la nave de enlace y esta no puede evitar la intercepción ya que se encuentra en medio de las maniobras de frenado y en ruta directa hacia la nave incursora.

Cuando las naves llegan al alcance de sus armas, la nave de enlace hace uso de sus cañones anti-interceptores contra la nave incursora pero sus proyectiles de 30mm apenas consiguen arañar su grueso blindaje, mientras que la nave incursora ignora los proyectiles y responde con una devastadora salva de 24 torpedos que destroza, literalmente, casi todo el blindaje de proa y babor de la nave de enlace.

Tras este primer intercambio de disparos, la nave incursora maniobra para rebasar a la nave de enlace y solo hace usos de sus cañones anti-interceptores de 50mm para intentar silenciar las armas de la nave minera y termina por destruir todo el blindaje de la proa de la nave, dejando expuesta su estructura interna.

Una segunda salva de torpedos logra impactar en los motores y dejan a la nave de enlace a la deriva y a merced de su agresora, que si bien no lanza más salvas de torpedos usa sus propios cañones anti-interceptores para silenciar definitivamente los de la nave de enlace y así evitar cualquier posible defensa por su parte.

Tras el breve intercambio de disparos, la nave incursora maniobra para igualar la velocidad de la nave de enlace y así poder ponerse en paralelo a ella. Una vez que la maniobra ha finalizado, de su popa surgen dos naves pequeñas, dos lanzaderas de asalto, que se dirigen rápidamente hacia la nave inmovilizada.

Las características técnicas de la nave son:

Incursor verriano