DESDE EL SÓTANO
Nº: 234 . 3ª época. Año III
¡Nos atacan! Por: Juan Becerril
 

¡Nos atacan!

La ruta fijada estaba siendo tranquila; es de las menos concurridas, pues el cargamento valioso que se está transportando requiere de discreción y de evitar las principales carreteras. Todo iba bien, en orden, hasta que el radar ha empezado a pitar…

Las maniobras evasivas no han valido de mucho; las contramedidas y las defensas han resultado inefectivas. Una fuerte sacudida se ha sentido por toda la carlinga, la mayoría de la tripulación yace en el suelo por el terremoto que la nave ha sufrido en el frío y basto espacio, pero no solitario.

Un ataque contra la nave ha sido perpetrado, y la situación es la siguiente: los motores se han apagado, por lo que la nave va a la deriva; varias zonas de la nave han sufrido graves daños, llegando incluso a ser aisladas por los sistemas de la propia nave; las cápsulas de escape están atascadas, las comunicaciones fallan, las defensas no funcionan y están a punto de ser abordados.

Sugerencia de abordaje 1: los asaltantes han saltado desde su vehículo hasta su objetivo, y ahora se encuentran moviéndose por el casco de la nave buscando puntos de entradas, o haciéndolos mediante herramientas y armas.

Sugerencia de abordaje 2: los enemigos van a agarrar la nave para acoplarse, lo que hará que el asalto sea eficaz y coordinado. Ganchos, garfios, agarre magnético…la prioridad de la tripulación protagonista es evitar que sean enganchados, o ganar el máximo tiempo posible antes de que los malos consigan su meta.

Sugerencia de abordaje 3: los atacantes han usado modelos de abordaje, por lo que han agujereado el exterior de la nave y ya están dentro. Pequeños pelotones están ya en los pasillos y las salas de la nave. Es probable que cada uno tenga una misión determinada: algunos deberán tomar el puente de mando, otros irán a la zona de carga…

Sugerencia de peligro: ¿Y si la nave estuviera cerca de un obstáculo espacial que pueda suponer un verdadero problema para cualquier nave? Unos asteroides son un buen ejemplo, y un reto que asumir después de lidiar con los maleantes.

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