Corporación VET-TEC
La Corporación VET-TEC, con sede social en el planeta Vettera, se dedica al desarrollo tecnológico-industrial dentro de los confines de la RFP. Fundada hace poco menos de 100 años, en el 3389 dV, pocos imaginaron que crecería hasta abarcar un capital social que alcanza decenas de planetas. Sus fundadores, William Ashburn, un genio tecnológico humano, y Pence Posh, un emprendedor margabán, empezaron en un pequeño almacén de Vettera. En diez años, tras unas arriesgadas maniobras de Posh, llegaron al top quince de la Bolsa de Vettera. Los desarrollos de Ashburn les valieron un arsenal de patentes que les reportaron mucho beneficio durante este periodo. Cinco años después, tras varias OPA's hostiles, adquirieron pequeñas empresas tecnológicas en otros planetas que transformaron en sucursales de VET-TEC, convirtiendo a la corporación en una auténtica gigante, llegando a los cinco primeros puestos de la bolsa.
Su crecimiento casi se ve truncado por las prácticas poco ortodoxas del hijo de Pence, William "Will" Posh, que le valieron varias multas multimillonarias por espionaje corporativo, "extracción" (léase secuestro) de recursos humanos y OPA's fuera del marco legal. La corporación se balanceó en la cuerda floja, mientras los accionistas vendían todas sus participaciones, hasta la desaparición en extrañas circunstancias de Will, quedando su hijo Hughes como heredero de una vasta fortuna y todas sus acciones. También heredó la mala prensa que rodeaba a VET-TEC y decidió dar un golpe de timón y volver al origen de su éxito. Durante tres años hizo una serie de depuraciones internas eliminando aquellos puestos que su padre había afianzado para sus agresivas políticas empresariales. También creó la Fundación Posh, dedicada a obras sociales y desarrollo económico sostenible de las zonas donde instalaban sus fábricas. Aquello le valió una buena prensa que hizo subir las acciones de VET-TEC y realizó una serie de convenios con diversas facultades a lo largo de la RFP para contratar a científicos e ingenieros recién graduados con un amplio programa de desarrollo profesional dentro de la corporación. Los resultados no se hicieron esperar y pronto la demanda superó la oferta.
El siguiente paso lógico fue continuar con su expansión. Como corporación refepera, encontró dificultades en su entrada en otros mercados, como la Alianza Oeoniana o la Unión Pangaláctica. Como contrapunto curioso, el Imperio Tyrano sí les permitió instalarse dándoles unos beneficios fiscales importantes. Todo es puro utilitarismo, VET-TEC es una de las corporaciones punteras en el desarrollo de robótica y gestión industrial, y el Fa.Ra.Li quiere tener acceso a dichos beneficios. Para su desgracia, Hughes ha demostrado con creces su astucia y todos los productos son fabricados fuera del Imperio Tyrano, limitándose a ensamblarlos en las factorías designadas del brazo Remba. El espionaje industrial ha sacudido las centrales de VET-TEC, pero lo avanzado de los diseños hace imposible a los tyranos poder copiarlos, al carecer de la base tecnológica que permite su recreación. En respuesta, el Fa.Ra.Li ha designado una serie de observadores y técnicos que supervisan los procesos productivos de las fábricas dentro de su territorio. La relación entre las partes es tensa, pero los beneficios para ambas exceden las reticencias, por lo que la colaboración prosigue.
Reparto accionarial
Actualmente, Hughes mantiene la mayoría absoluta con su 21% de participaciones. El 79% restante está muy fragmentado entre población civil, gobiernos, corporaciones y empresas de inversión, ninguno llegando a superar el 5%, por lo que es casi imposible que se pueda crear un grupo de oposición al margabán. Las acciones se dividen en un total de veintiún bolsas, siendo la principal las de Vetera y Velder.
La mesa de accionistas se compone de Hughes, como presidente. El secretario general es Marcos Vegille, también secretario de Hughes. Los intereses del Imperio Tyrano son representados por Elisahia Varentto, un aristócrata tyrano seleccionado por el Fa.Ra.Li, como una imposición del tratado económico, representando al accionariado tyrano con el 3,5%. El resto de los puestos son ocupados por representantes civiles, gubernamentales y corporativos hasta un total de veintiuno.
Secretos
Si bien VET-TEC ha conseguido lavar su imagen de cara al público, tiene bastantes asuntos turbios entre manos. Por una parte, Hughes no deshizo todo lo que su padre creó, conservando entre otras divisiones, un departamento contraespionaje con especialistas en diversas áreas (incluyendo la militar) para defenderse de sus competidores. Las operaciones de dicho grupo, conocido simplemente como Departamento 13, son grises en la mayoría (como el espionaje o sabotaje corporativo), aunque no temen mancharse las manos si es necesario. La existencia de este departamento es quizás el secreto mejor guardado de la corporación, respondiendo solo ante el presidente y su secretario, Marcos Vegille. Tienen a sus espaldas treinta años de experiencia acumulada y un entrenamiento intensivo. Para sus operaciones, VET-TEC les proporciona un equipamiento especial, no disponible en el mercado, según la misión que les encomienden.
Para asuntos más mundanos la empresa suele contratar a profesionales externos de forma anónima a través de hombres de paja con identidades falsas o intermediarios de confianza.
Recientemente, VET-TEC ha comprado varios planetoides en puntos indeterminados de la ruta Thalamir y los ha convertido en un campo de pruebas para sus últimos prototipos. La excepción es RFX15-B (conocido simplemente como "La Roca", donde han trasladado sus laboratorios más controvertidos donde trabajan en genética, cibernética y algún campo, incluso, más oscuro. También en esta base está la central del Departamento 13 y su campo de entrenamiento. La base dispone de las más modernas medidas de seguridad controladas por Sofía, incluyendo un Campo Ciego, un conjunto de dispositivos que piratean y modifican activamente los escaneos de la zona para mostrar solo "un satélite sin ningún interés".
Las investigaciones realizadas en La Roca son marcadamente ilegales e incluyen la experimentación genética y cibernética con sujetos vivos no siempre voluntarios. Según algunos rumores los operativos del Departamento 13 podrían tener algunas mejoras genéticas y cibernéticas en sus cuerpos en función de sus especialidades, incluso ser antiguos conejillos de indias con un lavado cerebral, pero su habitual opacidad hace imposible corroborarlo.
La Fundación Posh también tiene su lado oscuro. Debido a sus acciones sociales, tienen acceso a información sensible, como preferencias de los consumidores e información de primera mano de sus competidores en cada zona, lo que permite a VET-TEC disponer de información privilegiada y al Departamento 13 poder marcar objetivos potenciales.
Ideas para aventuras
A la caza del Zelonita: VET-TEC ha descubierto la presencia de un Zelonita cerca de uno de sus centros y quiere capturarlo vivo para poder llevarlo a La Roca y diseccionarlo en pos de averiguar los secretos de su mutabilidad. Lo que no saben es que un equipo EXO también le sigue los pasos.
Secretos al descubierto: Un operativo del Departamento 13 es enviado a eliminar a un espía tyrano que, por accidente, ha descubierto un secreto corporativo que Hughes no quiere que salga a la luz. Tienen que atraparlo antes de que abandone el espacio refepero.
Espionaje corporativo: Una corporación tecnológica rival va a sacar un nuevo prototipo en el que VET-TEC está muy interesado. Para conseguirlo, mandan a un grupo de infiltración del Departamento 13 a conseguir el diseño y, si es posible, al científico responsable del mismo.
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