Las Islas del Sur
Las islas del Mar del Sur son un conjunto de arrecifes de carácter volcánico que se surgieron hace muchos años, en una región de intensa actividad tectónica. La enorme distancia que las separa del continente, ha favorecido la aparición de una serie de fauna y flora local absolutamente dispar con la que habita en Pangea. Lo que es más importante, hace mucho tiempo, antes incluso que la guerra con el Wukran, una tribu se lanzó al Océano en busca de un lugar que en el continente les había sido vedado, arribando en estas islas, asentándose, y en definitiva, hacer de las mismas, su tierra y su hogar.
Las islas del Sur, (como las vamos a denominar a partir de ahora), son un grupo de cinco islas principales, y un sinnúmero de arrecifes y atolones que las rodean, y son un oasis en medio de un desierto acuático. Son usadas por multitud de animales para pasar las épocas de cría, en la estación de fuego. Son islas con costas largas y escarpadas, sin llegar a ser acantilados, pero sí de difícil acceso, lo que supone un refugio ideal para la gran cantidad de especies de focas, pingüinos, y demás aves que anidan en sus alrededores. Por supuesto, la riqueza animal se completa en el mar, con el gran número de ballenas, delfines, tiburones, orcas, y bancos de peces que pululan entre las algas y la gran barrera de coral que rodea dichas islas. El interior de las islas principales, es una tierra fértil, con muchas praderías abiertas, y grandes grupos de árboles, similares a los que existen en la selva del Gran Espíritu. En ellas, lémures, murciélagos, pequeños cérvidos y una sorprendente abundancia de insectos y reptiles de pequeña envergadura, hacen de la floresta su hogar. En los arrecifes y atolones, la flora local se reduce a una hierba rala y corta, espinosa, que es el alimento de las abundantes iguanas marinas que por allí pululan, además de servir como zona segura de desove para las tortugas gigantes.
La isla principal, al Noroeste, es la mayor de todas, y la que contiene un mayor número de animales y flora, así como poseer el mayor número de isleños. Las demás, si bien están extensamente pobladas, lo cierto es que son regiones secundarias para los habitantes mendwan, existiendo pequeños poblados dispersos en ellas.
La raza que domina sin lugar a dudas sobre las Islas del Sur son los mendwan, representando un 100% de la población inteligente total. Antiguos descendientes de los habitantes del sur del continente (no de la península de Entrovia), sus pieles morenas, casi marrones, y sus ojos rasgados, han creado un tipo racial diferente al resto de habitantes de Pangea. Suelen habitar en pequeños grupos familiares de unos treinta a cincuenta individuos, reuniéndose sólo en celebraciones especiales, como el Día del Valor, el inicio de la estación de Fuego, y similares. Son bajos, (no suelen sobrepasar la vara y media), y de pelo oscuro como la noche, quedando el resto de su cuerpo lampiño, por lo que suelen decorarlo habitualmente y de manera extensa con pinturas, y tatuajes, hechos a partir de saliva, y tinta de un pulpo de curioso brillo azul que habita en la zona.
También suelen usar como vestido, las fibras vegetales de las palmeras de la isla, dejando a un lado el cuero o las pieles, en parte por innecesarias, en parte, por ser inaccesibles. Los líderes de las tribus demuestran su estatus portando capas que llevan tejidos adornos como caparazones, dientes de tiburón, y si es verdaderamente importante (el jefe de jefes, el líder de todas las tribus), se lleva una capa hecha con las plumas de Kowai, un ave que no puede volar, y de hábitos nocturnos.
La moneda de cambio en el ejercicio del trueque es normalmente, las conchas marinas o las perlas, aunque esto es como todo, subjetivo, ya ue por muchas perlas que tengas, si lo que deseas es comer, quizás te sirva más para trocar ese mazo de madera que llevas contigo.
Las armas por excelencia son las lanzas, y las mazas, estas últimas llamadas, Tuu´lweena, procedentes de un árbol de madera terriblemente resistente, y muy clara, casi blanca, que es temible en combate, aunque lo cierto es que la vida contemplativa y tranquila que llevan los habitantes de estas islas, hace que las peleas y conflictos, sean muy escasos. Suele pintarse para dan un aspecto brillante, y estéticamente, bello.
Suelen tener una gran pasión por la música, y suelen hacer uso de instrumentos musicales tales como el ukelele, que son los grandes protagonistas en las reuniones sociales. Los jóvenes aprenden a tocar dicho instrumento, en parte como un aspecto de su educación, y por otro lado, como método de encontrar una buena esposa.
Los habitantes de las islas (que se llaman a si mismos, Kabotae), no conocen nada sobre la guerra del Wukran, y consideran a esta como un aspecto dual de la Taga, un aspecto negativo de la misma, pero no especialmente pernicioso. Sus chamanes suelen ser más consejeros del los líderes tribales, que figuras santas, aunque poseen una tarea específica asignada para ellos, la custodia de los Moais, dólmenes de piedras que asemejan rostros de personas, de tamaños cercanos a los dos metros, que suelen concentrarse en las islas más pequeñas e inaccesibles del archipiélago.
Actualmente, las barcazas kabotae han iniciado un viaje en búsqueda de nuevas tierras, y aventuras, para escapar al tedio de la vida cotidiana en las islas, por lo que es posible que en un período corto de tiempo, se establezca contacto con la tierra continental.
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